La Policía Local de Tías impuso una multa en mayo del año pasado a una vecina por aparcar en un aparcamiento reservado para personas con movilidad reducida. La multa era de 200 euros. La vecina recurrió, el Ayuntamiento no admitió el recurso y la vecina llegó hasta el Juzgado de lo contencioso administrativo, que finalmente le ha acabado dando la razón y anulando la sanción por la infracción de tráfico.

Lo que argumenta la vecina es que no se le puede sancionar porque en el momento en que se le multó no se trataba de una zona reservada para minusválidos porque no estaba señalizada de forma correcta, ni vertical ni horizontalmente.

Señala el Juzgado que consta acreditada en el expediente la deficiente señalización de la zona de estacionamiento e incluso que “resulta ilustrativo el informe del jefe de la Policía Local” que fue aportado por la recurrente en el que se reconocen todas esas deficiencias y que eso lleva a los agentes a no formular denuncias “al carecer de las señales reglamentarias que deberían tener este tipo de estacionamiento reservado”.

Solo quedaban en el asfalto unos restos de pintura azul por lo que no puede considerase cometida la infracción. Por otra parte, tampoco se ratificó la denuncia que se formuló en su momento por parte de los agentes, que es un requisito indispensable para otorgar a la denuncia la presunción de certeza y veracidad. Las costas las debe pagar el Ayuntamiento.

En este sentido, Salvador Medina, que hoy es presidente de Hay Proyecto en Tías, solicitó a título personal como vecino del municipio y usuario de ese tipo de estacionamientos, que se ajustaran en el sentido correcto estos aparcamientos destinados a personas con movilidad reducida para evitarles perjuicios.

La propuesta se llegó a debatir en pleno pero tan sólo se solucionaron algunos aparcamientos instalados en la Avenida de las Playas de Puerto del Carmen. “Los demás no se han pintado ni se completan con las señales verticales pertinentes”, según señala Medina, que espera que la reciente condena al Ayuntamiento por este caso puede servir “de escarmiento para que la accesibilidad sea una realidad viva y no semántica como es ahora”.