REPORTAJE

Cosas que se aprenden de un robot: alumnos del IES Salinas ‘triunfan’ en un campeonato

Los integrantes del equipo de robótica del IES Salinas, junto a sus profesores. Fotos: Felipe de la Cruz.
Saúl García 2 COMENTARIOS 06/03/2016 - 08:14

Todo empezó hace cinco años con el RSX 2.0, más conocido como Rober, un robotito modesto, “muy limitado, pero un talismán”. Fermín Mochón acerca el robot a la mesa, lo mira y lo muestra. “Surge como un reto, porque Robótica aparecía como asignatura en 4º de la ESO y no había libros de texto, así que empezamos como un taller informal”.

Fermín es profesor de Tecnología y el entrenador de los 16 alumnos del equipo de robótica, junto a su colega Jesús Martín. “Pero el gran salto -continúa Fermín- fue hace tres años”. Descubrieron que existía el FLL, el First Lego League, un campeonato del mundo de robots para estudiantes, que ya ha cumplido diez años. En España ya han participado 28.000 alumnos. “Ahí ya nos planteamos unas metas”.

Es viernes por la tarde. En el aula de Tecnología del IES Salinas hay una docena de chavales de 1º y 3º de la ESO buscando soluciones para los problemas de un robot. El taller se imparte los lunes, miércoles y viernes de cuatro a seis de la tarde. Hacen falta muchas horas para intentar superar el reto anual de Lego. Casi todos llevan puesta una camiseta amarilla con el nombre del equipo, Androlanz, y sobre ella una medalla, la que acaban de conseguir en el Auditorio Infanta Leonor de Tenerife el sábado anterior.

Obtuvieron la mención a la mejor idea en competición con otros 45 institutos de Canarias. El reto de Lego consiste en formar un robot que supere una docena de misiones en un circuito ya establecido. Hay que diseñar el robot para que sea capaz de superar todos los retos y programarlo para que haga todas las misiones, pero también hay que llevar ante el Jurado una propuesta científica, un invento, relacionado con el tema elegido para el concurso. El primer año, que no llegaron a competir por falta de fondos, era la naturaleza, el año pasado la educación y este año el reciclaje.

“Lo que cuenta es cerrar el ciclo”, dice Fermín. Para lograrlo, primero se ponen a competir, varios alumnos proponen ideas y se confrontan. Este año la idea surgió de una necesidad. Una niña del taller (sólo hay dos pero hoy no han aparecido) no dejaba de mascar chicle. “Le quitamos el chicle o no aprende”, dijeron. Y se les ocurrió reciclar los chicles. Los más pequeños diseñaron un gummer car, un carro para recoger los chicles del patio.

Los alumnos de robótica del IES Salinas logran una mención a la mejor idea científica en el campeonato de Canarias

“Después los desinfectamos y los tratamos con alcohol, y obtuvimos una masa viscosa que si la aplastas se queda con la forma, y pensamos para qué podía servir”, cuenta Jesús, mientras muestra el power point que usaron para convencer al Jurado. “Eso estaba petao”, dice Juan Pablo, cuando se le pregunta si había mucha gente en el Auditorio durante la presentación.

De momento, la masa viscosa ya tiene varios usos: sirve como una especie de funda para bolígrafos, “como accesorio ergonómico, como plantillas para los zapatos, como prótesis, como junta para grifos...”. Se les valoró también la concienciación sobre el exceso de consumo de chicle y el hecho de poder hacer útil la basura.

Y después está el robot. El hermano mayor de Rober se llama EV3 y tiene una innovación tecnológica que no tenía ningún otro. Detrás cuenta con dos ruedas, pero delante la mayoría llevaba una bola que, sin embargo, hacía que se desplazara el robot más de lo deseado. Este no. EV3 lleva una especie de patín que le permite deslizarse sin desplazarse. La pieza la buscaron en otro juego. “Eso es más que innovar”, dice Fermín.

“Lo más difícil es llevar las ideas a la práctica”, dice Juan Pablo, otro de los alumnos de 3º. Cada uno se va especializando: unos hacen la presentación, otros desarrollan una parte concreta del robot y otros, como Jiten, hacen la programación informática, eso sí, con ayuda de Álvaro, uno de los de los de 1º, que dice que “esto consiste en echar horas”.

“Para mí lo importante –dice el profesor- son los valores, aquí aprenden cooperación, trabajo en grupo, a conocer a sus compañeros, igualdad o integración”

Ahora, después del premio, se les ha abierto alguna puerta en forma de patrocinador y quieren buscar alguno más, porque el próximo reto es competir en el Europeo, que también se celebra este año en Tenerife. Esta vez han tenido que ir y venir en barco, para ahorrar dinero, y llegaron todos mareados. Fermín dice que ha sido posible gracias al esfuerzo de los padres. Bevika, una de las madres, está muy contenta con el taller: “Hay que dejar que desarrollen lo que más les gusta”, dice, y destaca que el concurso “también les sirve para expresarse mejor”.

Fermín dice que él deja que ellos investiguen y hagan el trabajo y destaca que “es importante tener ganas de venir tres tardes a la semana, ser tenaz y no perder la paciencia porque hay que hacer muchos ensayos hasta que sale bien, así que hay que poner una sonrisa y disfrutar”.

Sin embargo, como maestro, para él lo más importante es otra cosa, además del hecho de que muchos alumnos mejoran también en el resto de asignaturas y de que hay niños que tenían problemas de atención y así logran una ayuda para concentrarse. “Para mí lo importante -dice- son los valores, aquí aprenden cooperación, trabajo en grupo, a conocer a sus compañeros, igualdad o integración”. Conceptos muy humanos para un taller que trata de construir un robot.

Comentarios

enhorabuena !!
Felicidades a Fermín y a todo el equipo de Robótica ánimo que lo estáis haciendo genial a por el siguiente campeonato

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