Los paquetes llegan con mayor retraso, pero los carteros tienen más trabajo. Son dos realidades que parecen contradictorias, pero que exponen la situación de Correos en Canarias y, en particular, en Lanzarote y Fuerteventura.

La primera realidad nace de un cambio en el mes de octubre de la normativa relacionada con la Aduana. Hay más paquetes que deben ser revisados y se requieren más datos para que lleguen a su destino en un plazo razonable. Correos admite que el aumento para las Islas es de un salto aproximado de 5.000 a unos 45.000 paquetes que deben ser revisados.

La nueva normativa afecta a envíos entre particulares, pero, principalmente, a los pedidos que llegan de plataformas como AliExpress. En Navidad, con el aumento del tráfico, la demora fue generalizada, pero después ha continuado.

“A principios de marzo vino una chica a reclamar su pedido, que era de noviembre, y no había llegado, y en enero estaban llegando paquetes enviados en octubre”, dice Moisés Caballero, delegado de Comisiones Obreras (CC.OO) en Fuerteventura.

Muchos paquetes se quedan retenidos en Madrid durante semanas hasta que finalmente salen hacia Canarias. “El otro día entregamos un paquete en mano que era de diciembre”, señala Thais Murillo, delegada del mismo sindicato en Lanzarote. Se refiere a mediados de marzo.

Explica que el problema, además del cambio de normativa, es que Canarias “no ha adaptado el programa al servicio real y lo hace manualmente. De 4.000 envíos que podían ser automáticos, pues llegan 500”, apunta.

Murillo dice que es responsabilidad de la gerencia de Producción de Correos en Canarias, que es la que debe adaptar el sistema para que haya mayor fluidez. También indica que la gestión aduanera, que antes hacía Correos de forma directa, se ha subcontratado a ADT Postales.

Desde Correos en Canarias sostienen que algunas situaciones de retraso se deben a “la falta de información de origen de los envíos que, con la nueva legislación, debe llegar del proveedor de los envíos al operador de transporte”.

Aseguran que ahora mismo la situación ya está “normalizada” y que desde el 15 de noviembre se han gestionado en Canarias más de dos millones de envíos. Desde Comisiones Obreras, sin embargo, destacan otras cuestiones: “Faltan recursos y falta personal”.

Los envíos ordinarios no tienen gestión aduanera y también tardan más de lo que deberían. En primer lugar, todo lo que llega desde la Península va primero a Gran Canaria y después a Lanzarote o Fuerteventura. Incluso lo que no debería salir de una de estas dos islas se envía a Las Palmas de Gran Canaria para luego volver. Es decir, tarda más en llegar a su destinatario una carta entre Arrecife y Tinajo que entre Agaete y Arrecife.

Falta personal

En Lanzarote, en los tres últimos años, según fuentes sindicales, se han perdido 20 puestos de trabajo. “Se hacen contratos sucesivos de un mes o de 15 días, o de cuatro horas al día”. En 2012, en la oficina principal de Arrecife trabajaban 25 personas y hoy lo hacen solo 11. Hay zonas o distritos que no tienen cartero asignado. Los carteros y carteras han bajado de 60 a 49 y tienen que cubrir la zona que tienen asignada más aquellas que no están cubiertas y que tampoco se cubren con trabajadores eventuales.

“En marzo vino una chica por un pedido de noviembre y no había llegado”

Según CC.OO, tampoco se cubren las bajas de corta duración. Faltan, según estos cálculos, nueve carteros en Arrecife, mientras que San Bartolomé está dividido en dos zonas y solo hay un cartero. “La Santa y parte de Tinajo han estado 15 días sin cartero”, indican desde el sindicato. “Puerto del Carmen o Playa Blanca se quedan sin gente muchas veces”, señala Murillo, que añade: “Todo el mundo viene a reclamar, la gente ve las colas en la oficina, pero no se da cuenta de que solo hay dos personas atendiendo”.

Frente a esto, Correos asegura que apuesta “por el empleo estable como garantía del mejor servicio” y dice que entre 2020 y 2022 se han incorporado como trabajadores fijos en Canarias 228 personas, y que este mismo año se convocarán en toda España 5.377 plazas de personal laboral indefinido, “la mayor oferta de empleo en décadas” de la empresa pública.

Correos reconoce que se encuentra inmersa “en un proceso de transformación de su modelo negocio para generar los ingresos que reviertan una situación de pérdida de envíos postales”, pero asegura que “sin privatización y sin despidos”.

Ese proceso según fuentes de la compañía, gira en torno a tres ejes: la diversificación de servicios, la internacionalización y una mejora de la eficiencia. Comisiones señala que el año pasado la empresa perdió la gestión de 212 millones de cartas.

Desde Correos apuntan que no han dejado de prestar servicio “en ninguna población de Canarias” y que “la adecuación de la estructura de distribución para ser más eficientes, sin merma de la calidad, es una obligación como operador público y no produce ningún desmantelamiento ni debilitamiento del servicio de Correos en Canarias”.

Resaltan, como avance, la digitalización de los puntos de atención en zonas rurales, 70 de ellos en Canarias “para facilitar el acceso de la ciudadanía a todos sus servicios en igualdad de condiciones que en las zonas urbanas más pobladas” porque se podrán pagar recibos, tributos o comprar sobres y embalajes aprovechando la visita del cartero.

Desmantelamiento

Los representantes de Comisiones Obreras en las islas orientales tienen una visión muy distinta. “No interesa que funcione bien”, señala Caballero, que dice que en 2025 Correos dejará de ser proveedor del servicio público universal postal, que ya no será obligatorio para la empresa: “Cuando acabe la obligatoriedad de servicio público lo privatizarán”. Destaca que solo quedan unos 50 funcionarios en toda la provincia y el resto es personal laboral: “Cuando desaparezcan los funcionarios, puente de plata”.

Thais Murillo destaca que Correos ha perdido muchos contratos por no entregar los paquetes a tiempo y que en Lanzarote “hay empresas privadas repartiendo paquetería china” o, por ejemplo, en Madrid, “Telepizza está repartiendo los paquetes de Amazon”. Dice que “la mala gestión se hace a propósito”.

“La intención está clara: que haya imagen de mala calidad, que parezca una gestión pésima para privatizarlo todo y desmantelar un servicio público”, añade. Apuntan que la filial, Correos Express, que es de la SEPI, es un servicio más caro, “pero sigue el mismo trámite y usa la misma red. Lo que da ingresos lo trasladan a la privada”, concluyen.