Borja Rodríguez: “Es fundamental que las instituciones nos apoyen y nos dejen crecer”
Desde campeón juvenil provincial de vóley playa hasta entrenador de la superliga femenina (máxima competición del voleibol español) al frente de los equipos grancanarios Olímpico y Ciudad de Las Palmas Hotel Cantur, la ya dilatada -a pesar de su juventud- trayectoria de Borja Rodríguez (32 años) lo convierte en el lanzaroteño más destacado que ha dado este deporte. Tras su regreso a la Isla, la temporada pasada logró clasificar al Club Voleibol Guenia-Teguise para la fase final de la liga canaria sénior femenina, lo que constituía un hito en la historia del vóley insular.
Y desde hace apenas dos meses Borja compagina su puesto como técnico del citado club con la función de delegado insular de voleibol en Lanzarote, cargo desde el que se ha propuesto revitalizar este deporte en la Isla.
¿Cuáles son tus objetivos al frente de la Delegación Insular?
Nos proponemos hacer algo nuevo cada año. Estamos organizando un curso de entrenadores y la siguiente temporada ya pensaremos en organizar otro de árbitros. Además en la tarde de este sábado 26 de octubre comenzamos un circuito de minivoley en la Ciudad Deportiva. Será el primero en la Isla y se jugará por parejas y tríos en pista. Así las niñas no tendrán que esperar hasta diciembre para empezar a competir por sólo haber tres equipos. Y también queremos organizar una liga interinsular con Fuerteventura, precisamente para que haya competiciones con más equipos y más largas. Necesitamos cantidad para llegar a la calidad.
Hablas sólo de niñas, ¿qué pasa con el voleibol masculino en Lanzarote?
En Lanzarote llegó a haber en otras épocas hasta cinco equipos masculinos compitiendo y ahora mismo no los hay de ninguna categoría. Hace unos años había un equipo cadete pero se cansaron porque no podían competir contra nadie. El problema que se ha dado con el vóley masculino en Lanzarote es que no ha habido relevo de las personas que lo impulsaron en los 90, y que por normativa las redes han desaparecido de los colegios e institutos. El femenino sí se ha mantenido más o menos, gracias al esfuerzo de Raúl Perdomo y Elvis Martín entre otros. Confiamos en que, si se pone en marcha la liga interinsular con Fuerteventura, surjan de nuevo equipos masculinos en la Isla.
Pero para poner en marcha una liga interinsular con Fuerteventura hace falta dinero...
Por eso estamos en conversaciones con el Cabildo de Lanzarote y también esperamos que las navieras colaboren con nosotros. Es fundamental recibir apoyo institucional para que el voleibol vuelva a crecer en la Isla. En este sentido el Ayuntamiento de Teguise ha hecho un esfuerzo y a diferencia del año pasado en que sólo podíamos entrenar con las séniors de diez a once de la noche en la cancha de Tahíche, esta temporada parece probable que también podamos hacerlo de ocho a diez. Somos conscientes de que otros deportes como el balonmano o el baloncesto tienen mucho arraigo y no queremos ser más de lo que nos corresponde, pero es que a veces se trata simplemente de hacer cuatro agujeros en el suelo de una cancha para así tener dos pistas transversales más y poder dividirnos en grupos. O repartir mejor los horarios de los pabellones disponibles.
Con tan pocos recursos el tercer puesto conseguido por el Guenia en la liga canaria se puede considerar todo un éxito, ¿no?
La verdad es que sí porque es la mayor cota que ha alcanzado un equipo lanzaroteño de vóley. Me reencontré con ellas la temporada pasada después de mi vuelta a la Isla y nos fue muy bien. Las chicas y mis compañeros técnicos pusieron muchas ganas, ilusión, trabajo, y sobretodo sacrificaron horas de sueño, porque entrenábamos hasta las once de la noche. Al margen de que conocía a muchas jugadoras anteriormente, me gusta más entrenar voley femenino. No tiene nada que ver entrenar a un equipo masculino que a uno femenino porque la psicología es otra. Un partido de chicas para mí es más visual. La pelota va y viene, y es más complejo y táctico. Mientras que el de chicos es más físico, más de fuerza. Aunque también es verdad que los pelotazos dan espectacularidad al juego…
¿Por qué decides dejar de entrenar en la superliga femenina al frente del Olímpico para volver a la Isla?
La superliga femenina vivió una época dorada hace unos años en Canarias con tricampeonas olímpicas como Magaly Carvajal o Regla Bell militando en equipos punteros como el Marichal Tenerife, que llegó a proclamarse campeón de Europa, o el Cantur, donde tuve la suerte de coincidir con ellas. Fue una época en la que se contó con importantes sponsors, muchos de ellos constructoras. Pero llegó la crisis y la cosa fue yendo cada vez a peor hasta el punto de que me tuve que plantear mi vuelta a Lanzarote porque aunque cumplías los objetivos, el sueldo disminuía año tras año. Soy ingeniero técnico de telecomunicaciones y encontré trabajo aquí, lo que me ha permitido volver a mi casa y colaborar de nuevo con el voleibol de la Isla.
Tú que has practicado las dos modalidades, ¿crees que el vóley playa le está restando protagonismo al vóley de pista?
Al revés. Diría que le ayuda porque son complementarios. Es verdad que hay gente que no le gusta compaginarlos, pero a mí siempre me ha gustado hacerlo. Hay que tener en cuenta que cuando llega mayo, la competición en pista se para. Por eso viene muy bien seguir jugando al vóley en la playa. De hecho, muchas chicas que empezaron el año pasado conmigo han mejorado muchísimo, porque han adquirido más recursos técnicos en mi ausencia trabajando muy bien con otros compañeros durante el verano.
Un “deporte histórico” en la Isla
“He estado en el momento adecuado en el lugar adecuado”. Borja Rodríguez sintetiza así su prolífera carrera como entrenador que inició en el mismo club donde comenzó a formarse como jugador, el Magec Tías. Tenía 13 años y entrenaba a las chicas de su misma edad, algunas de las cuales vuelven a estar ahora a sus órdenes en el equipo sénior del CV Guenia-Teguise donde entrena también a los equipos de la base: “Me encanta formar a las jugadoras desde pequeñas y cuidar la cantera”.
Tanto que durante su estancia como entrenador en el Olímpico y en el histórico Hotel Cantur (equipo al que también dirigió y donde previamente había hecho de segundo entrenador de un ídolo del vóleibol canario, en su etapa de jugador, como fue Sergio Miguel Camarero), hizo debutar en la superliga femenina a numerosas jugadoras juveniles e incluso cadetes.
Antes, recién llegado a Gran Canaria para cursar sus estudios universitarios, Raúl Quintana, que le conocía de haberle convocado como jugador para la selección cadete de Canarias, le pidió ser su segundo entrenador en el histórico Guaguas Las Palmas donde fue adquiriendo cada vez mayor experiencia, lo que le llevó a dirigir también durante seis años a las selecciones cadetes autonómicas masculina y femenina, consiguiendo proclamarse campeón de España en dos ocasiones y de las Islas Europeas en una.
Emparejado con una ex jugadora de voleibol y tras echar raíces en Lanzarote, Borja Rodríguez se resiste a que “si en un futuro tengo hijos, no puedan practicar el mismo deporte que sus padres en su Isla”. Y por eso se ha volcado de lleno en recuperar el voleibol lanzaroteño: “Hasta ahora son los padres los que están haciendo el mayor esfuerzo, pero, aunque no nos estén tratando mal, necesitamos que las instituciones nos traten cada vez mejor a medida que nosotros lo damos todo y vamos creciendo, para que un deporte histórico como el voleibol resurja en la Isla. Y a veces el apoyo organizativo es incluso más importante que el económico”, señala.
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