Bernardino Güemes, primer director del Hospital: “Tenemos que defender la sanidad pública”

Bernardino Güemes Artiles (Las Palmas de Gran Canaria, 1945) aterrizó en Lanzarote el 1 de junio de 1978 para trabajar como anestesiólogo en una Isla “despoblada de médicos” y sin estructura hospitalaria. Tenía 32 años pero una experiencia notable.
Güemes había estudiado Medicina en Pamplona y había trabajado en dos unidades pioneras en España. En La Fe de Valencia, donde cursó la especialidad y donde se organizó un Congreso mundial y se iniciaron las anestesias a niños con cardiopatías congénitas, y en el Hospital del Pino de Las Palmas con el doctor Manzano Alonso.
Cuando llegó a la isla había pocos médicos y menos operaciones. Entre los primeros estaban Molina Aldana, Balderrein, Lisardi, Morales Lugo, Alfonso Valls, Esquiroz o el doctor Santiago. Entre las segundas, además de las urgencias, se hacían hernias, hemorroides, apendicitis, perforaciones de estómago y algunas cesáreas.
“Estábamos localizados las 24 horas -recuerda- , por teléfono y por radio. Con una frecuencia, si nos íbamos un domingo a comer con la familia fuera, pues tenías que tener la radio encendida en el coche por si nos llamaban”.
Las carencias, a veces, se iban supliendo con las amistades. Los médicos recurrían a sus contactos, a otros médicos, para pasar consulta de vez en cuando en especialidades que no había en la Isla. Lo más parecido a un hospital, además del Insular, era la Casa del Mar, donde trabajaban, pero no tenía la estructura de un hospital. “Éramos muy de la sanidad pública, lo hacíamos por iniciativa personal y porque era necesario”, señala.
En 1979 salen los concursos para jefes de servicio y llegan Melini, Henríquez y Cervera. Se empieza a gestar un hospital, conocido como residencia Virgen de los Volcanes y se trasladan las monjas y los trabajadores de las oficinas del Instituto Social de la Marina, que compartían el mismo espacio.
Antes de esto, Lanzarote ya había vivido su primera manifestación para pedir un nuevo hospital. Fue el 5 de septiembre de 1978 y la había convocado, entre otros, el PCE, del que Güemes era secretario de organización. Güemes había comenzado a militar en el PCE en 1975, cuando era ilegal, y lo abandonó en 1984 para irse al PSOE “a cambio de nada”. Nunca tuvo cargo público “ni ambiciones políticas”.
“Estábamos localizados las 24 horas, por teléfono y por radio”, recuerda Güemes de la época en la que llegó a la Isla
A la manifestación “se apuntó todo el mundo”. Salieron a la calle varios miles de personas, pero no hizo efecto. Tuvo que ser a la segunda, en 1983 y tras la presión al entonces ministro de sanidad, Ernst Lluch, con visita incluida a la Isla. Un año después Lluch anunció la construcción de dos hospitales comarcales en España, uno de ellos el de Lanzarote. Las obras comienzan dos años más tarde y duran otros tres más.
El Hospital se inauguró “en una fecha señalada”, el 14 de abril de 1989 y Güemes fue su primer director aunque sólo estuvo en el cargo dos meses, porque “estaba saturado y quería cambiar de aires”. “Los médicos, a veces, son los peores, y había muchas críticas”. Así que se va al Materno Infantil de Las Palmas y vuelve dos años después.
Güemes asegura que “la sanidad es algo que está en continua evolución y hay que ir cubriendo las necesidades” y recuerda que si ahora está viva la reivindicación para que los enfermos de cáncer no se tengan que trasladar para su tratamiento, antes pasaba lo mismo con los que necesitaban diálisis, que también tenían que desplazarse hasta que se adaptó una parte del Hospital Insular. “Había espíritu de colaboración”, dice.
Güemes se jubiló, lo jubilaron, hace cuatro años, después de que le revocaran el permiso para continuar hasta los 70 años, pero sigue igual de convencido que cuando empezó a trabajar: “Tenemos que defender la sanidad pública”.
Comentarios
1 jose diaz diaz Vie, 17/03/2017 - 05:46
2 Personad Vie, 17/03/2017 - 06:25
3 Flàneur Vie, 17/03/2017 - 12:45
4 nyj Vie, 17/03/2017 - 14:37
5 Esperas Sáb, 18/03/2017 - 09:59
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