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“Todos los días aprendo una palabrita”

Alejandro Delgado habla cinco idiomas y puede mantener conversaciones en otros tres más: “Creo que lo más importante es que me encanta conocer personas”

Saúl García 1 COMENTARIOS 20/07/2024 - 09:00

Los abuelos de Alejandro Delgado (Estados Unidos, 1998) emigraron a Washington D.C. en los años 50 siguiendo los pasos de una hermana. El padre de Alejandro, que había nacido en La Isleta, tenía cuatro años cuando cruzó el Charco. Allí nació él y, curiosamente, hizo el viaje de regreso con la misma edad que su padre. Así que Alejandro, de madre lanzaroteña, pasó su infancia en Tías. De aquí, con toda lógica, nacen los dos primeros idiomas que habla: el inglés y el español.

El resto vino después y comenzó en el Colegio Hispano Británico. “Creo que el primer idioma para mí de verdad extranjero fue el alemán”, asegura. Comenzó a estudiarlo a los siete u ocho años, y a los once empezó con el francés. Después vino el italiano, que aprendió por su cuenta.

“Yo creo que tienen que ver varios factores”, explica sobre esta aparente facilidad para aprender idiomas. “El primero es que mi colegio me facilitó los recursos porque era una obligación hacer estos idiomas”, dice. También hay otro elemento que influye: la raíz latina de todos ellos. “Y yo creo que lo más importante es que me encanta conocer personas y crear amistades”, dice Alejandro, que cita a Nelson Mandela, que decía que “hablarle a alguien en un idioma que entiende permite llegar a su cerebro, pero hablarle en su lengua materna significa llegar a su corazón”. “Me di cuenta de que cuando tú te esfuerzas a hablar, o intentarlo por lo menos, un idioma que para ti es extranjero, el 99,9 por ciento de las personas lo agradecen”.

Sobre si se trata de facilidad innata o del desarrollo de una curiosidad o un interés, dice que es una combinación de ambas. La facilidad por los idiomas vendría del lado de la música. Toca la guitarra desde niño, tiene buen oído, le gusta mezclar música “y escuchar música de todos los géneros y de varios idiomas”. “Creo que el oído ayuda bastante, sobre todo a la hora de vocalizar, de pronunciar y de estudiar idiomas”, dice Alejandro. Respecto a la curiosidad, insiste en que le gusta “conectar con las personas”.

Así que se puede decir que Alejandro habla esos cinco idiomas, pero está aprendiendo alguno más en los que “más o menos” puede mantener una conversación. “Tengo nociones en conversación básica en idiomas un poco más diferentes como el árabe, el chino mandarín, el ruso y un poco el polaco”. También entiende el holandés. “Está comprobado científicamente que cuando uno habla más de un idioma retiene mejor la información, la memoria responde mejor, eres más propenso a que se te guarde la información de manera instantánea”, afirma. “Si tú me dices una frase en un idioma, la practico contigo tres o cuatro veces para ajustar mi pronunciación, la gravedad de mi voz y cómo articulo, y tarde o temprano voy a sonar casi nativo. Eso una cosa que a mí, por ejemplo, me resulta bastante fácil y quizás para otras personas les resulte imposible”.

Insiste en que lo más satisfactorio de saber idiomas es conectar con la gente, tener una conversación, hacer un chiste, compartir información, aprender algo nuevo “o permitir que esa persona aprenda”. “Cuando uno realiza esas conexiones, aunque quizás no vuelvas a ver esa persona más en tu vida, pero has permitido un momento gratificante entre dos personas que se han llegado a entender”, recalca.

Aprender

Él parte de la base de que cualquier persona puede aprender otro idioma y que “nunca es demasiado tarde” aunque “hay que ser realista y cuando uno ya va cogiendo edad no es tan fácil que cuando era uno un niño”. Dice que la vergüenza generalizada en España por hablar otro idioma, el miedo a una mala pronunciación, puede que tenga que ver con un “fallo cultural”. “Somos mucho de reírnos y burlarnos y entonces eso ha creado una vergüenza que no debería existir, es un fallo fundamental”. Aunque hay otros factores, como un “fallo sistemático” en la educación de los idiomas y que no se les da “la importancia que se merecen”.

“Creo que el oído ayuda bastante, sobre todo a la hora de vocalizar y pronunciar”

Aunque él estudió varios idiomas en el colegio y el instituto, dice que eso es solo la semilla “que de repente te permite continuar, inspirarte y estar motivado a aprender”, pero que no es suficiente y hay que seguir aprendiendo y profundizar. “Aunque yo me considere bilingüe tanto en castellano como en inglés, hasta el día de hoy todavía aprendo de vez en cuando alguna palabra con la que nunca me había cruzado, y además los idiomas continuamente se están evolucionando y van cambiando con el tiempo”.

También dice que en Canarias, en general, pero sobre todo en Lanzarote, somos afortunados. ¿Por qué? “Porque nos llega un turismo de todo el mundo y esta mañana mismo, de camino aquí a la oficina, a mi trabajo (en Puerto del Carmen) pude escuchar al menos seis idiomas diferentes. “Qué maravilla, ¿no? -dice- que en un margen corto de tiempo y de camino a mi entorno laboral pueda escuchar seis o siete idiomas diferentes, que en muchos otros lugares del mundo no es posible”.

Ahora usa la inteligencia artificial de apoyo para traducir y dice que la tecnología es buena o no, según cómo la utilices. “Cuando hago traducciones, y lo hago a diario utilizando inteligencia artificial, estoy esforzándome por aprender, porque no siempre me voy a quedar con todas las palabras pero todos los días aprendo una palabrita”. Pero la mejor forma para aprender un idioma es “sumergirse”. La primera opción, viajar al país donde se habla y, si no es posible, escuchar música en ese idioma, películas, series, vídeos, documentales... Buscar “maneras creativas” de aprender.

Trabajo

Después de terminar el instituto, Alejandro volvió a donde nació y se matriculó en ingeniería en Virginia Tech, el Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, pero la cosa no fue tan bien como pensaba. Dio un giro y fue a Holanda, a Groningen, a estudiar psicología, pero tampoco era lo suyo, y regresó a Estados Unidos, donde siguió estudiando y trabajando como camarero. Finalmente volvió a Lanzarote, estudió en la Escuela Universitaria de Turismo y acabó haciendo Administración y Dirección de Empresas.

“Cuando uno habla más de un idioma retiene mejor la información”

“Es curioso como una persona piensa que puede ser ingeniero, luego piensa que es psicólogo y acaba en los negocios. Pero lo más bonito de todo es que veo ingeniería y veo psicología y veo idiomas y veo turismo dentro de los negocios que hago hasta el día de hoy”, dice. Alejandro trabaja en un grupo empresarial relacionado con la hostelería y dice que los idiomas son “un plus enorme” en su trabajo y que le motivan para seguir mejorando y aprendiendo. “He trabajado y todavía tengo un rol dentro de la hostelería y es una profesión que, aunque tenga su lado difícil, también es muy gratificante y te permite conectar con las personas y practicar idiomas que normalmente no practicarías en el día a día”, señala.

Muchos de los enfados o de los conflictos que suelen surgir en un entorno de restauración son la falta de comunicación, dice, y los idiomas “te permiten evitar esos malos entendidos y entender mejor”. También destaca que cuando se aprende un idioma no solo se aprende un idioma, sino “una cultura, una tradición y todo lo que conlleva y eso te permite también ser mejor profesional”.

Dice, medio en broma medio en serio que le plantea a su mujer la posibilidad de que ambos aprendan swahili, que casi nadie lo conoce en este entorno, para hablar entre los dos: “Sería gracioso aprender un idioma muy poco hablado en un entorno europeo o americano donde nos permita comunicarnos sin que la gente se entere”. Y más en serio, dice que quizá el día de mañana se anime a aprender otro idioma, como puede seer el hindi: “Tengo un amigo que procede de Costa de Marfil, pero toda su familia es hindú y me gustaría aprender el hindi poco a poco. Le he dicho que la próxima vez que venga a Lanzarote, que ya ha venido en varias ocasiones, me vaya enseñando”, señala.

Comentarios

Hola Alejandro, pero no comentas nada de los proyectos que tienes ahora en mente!... Seguro como siempre hubiesen sido muy interesantes! O también tu carrera como emprendedor. Un saludo.

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