“Nuestros políticos son el principal factor de riesgo para la salud pública”
María Luisa Pita, exdirectora de Salud Ambiental de Canarias
Fue la jefa del Servicio de Sanidad Ambiental del Servicio Canario de la Salud y participó en la jornada sobre el agua organizada por la Reserva de la Biosfera denominada Más grifo es menos plástico.
-Sostiene, como otros expertos, que el agua del grifo se puede y se debe beber. ¿Por qué cree que la población es tan reacia a beberla e incluso a creer que se pueda beber?
-Es que es lógico, yo lo entiendo. Llevamos muchos años teniendo agua escasa, cara y mala, como decía Juan Rodríguez Doreste en el año 1980, cuando llegó a la alcaldía de Las Palmas. Así era el agua de la ciudad. Las islas occidentales siempre han tenido la convicción de tener un agüita buena, que dicen en Tenerife. En las orientales no, el agua era mala porque no teníamos recursos hidráulicos, se habían agotado, una sequía permanente y era agua salobre de pozos de costa, con 6.000 microsiemens de conductividad, eso no se puede beber. Bebíamos agua de botella, pero eran botellas de cristal. Al final la gente adopta comportamientos lógicos a los recursos que tiene disponibles. Hoy, sin embargo, es el gran reto decirle a esas mismas personas que sí pueden beber el agua del grifo en sus casas. ¿Por qué? Pues porque durante todos estos años la sequía es la misma, pero se ha hecho un esfuerzo inversor importante en desalinización del agua. Y por otra parte, hay un pequeño ejército de profesionales, desde investigadores, ayuntamientos, en este caso Canal Gestión o gestores del agua que controlan la calidad del agua desde su origen y captación, el tratamiento, hasta su distribución y la acometida del consumidor. Y detrás está la inspección sanitaria, con su vocación de servicio público, que hacen la vigilancia sanitaria de la calidad del agua. Y no es un trabajo de un día, es un trabajo protocolizado durante todos los años. Y cuando se va ese inspector, viene otro que lo sigue haciendo lo mismo.
“El gran reto es decirle a las personas que sí pueden beber el agua del grifo”
-Es decir, que si el agua sale del grifo como potable, es que es potable.
-El agua del grifo se puede beber, es potable, es apta para el consumo, siguiendo lo que dice la legislación española y europea. Cumple en cuanto a parámetros de salud y de calidad.
-Pero quizás de la desaladora salga bien, pero en las tuberías, en el camino hacia casa, se corrompe, por así decirlo.
-De la desaladora sale bien, que ya es una gran cosa. Tú puedes controlar todo el proceso de fabricación y obtener un agua de calidad. Luego sigue una ruta de distribución que también es controlada por normativa. El agua sale de la planta, pasa por un montón de depósitos, en cada uno de ellos la empresa tiene que hacer una serie de analíticas marcadas por normativas, obligada, no por su gusto. Analíticas cuyo cumplimiento supervisa la inspección sanitaria. Si tienen que hacer veinte, son veinte, no son seis. Y aunque todas salgan bien, hay que seguir haciéndolas. Y eso hasta la acometida del consumidor.
-Mucha gente sigue diciendo que sabe mal o que huele mal o incluso que sale marrón.
-La empresa gestora de la calidad del agua te garantiza la calidad hasta la acometida, hasta la entrada del edificio, de tu casa. Del edificio a cada uno de los pisos es responsabilidad de la comunidad de propietarios. Y no deja de ser llamativo que las derramas de las comunidades de propietarios sean para el ascensor, para el portal, para la azotea, para la luz, pero yo nunca oí que fueran para cambiar la conducción del agua, pues es una demanda que tendremos que tener los consumidores. El objeto de todo esto es informar a la población de que Lanzarote le ofrece un agua de calidad en grifo y que ese agua de calidad también hay que defenderla y reivindicarla. La responsabilidad del poder público por el que tú pagas impuestos es hasta la acometida. De la acometida a tu casa es tuya. Tendremos que cuidar eso.
-¿Y cuál es el problema del agua embotellada? ¿El problema es el agua que nos venden o el envase de plástico?
-Esto no es un debate ni una guerra entre el agua del grifo y el agua envasada. El agua envasada, yo no pongo en duda su calidad, es buena. Lo que sí es una guerra contra los residuos de plástico de los envases del agua envasada, la acumulación en el medio ambiente y su perturbación. Y por otra parte, lo que nosotros decimos hoy es que el agua disponible en el grifo tiene la misma calidad que el agua envasada garantizada. Si no más, porque es menos contaminante su proceso de fabricación y es cien veces más barata. Y que tienen la opción de no seguir gastando dinero y que no tienen por qué beber por necesidad agua envasada, que pueden beber agua desalada.
“El agua del grifo tiene la misma calidad que el agua envasada garantizada”
-¿Qué medidas podrían ser viables para convencer a la población?
-Primero decírselo, sin intentar convencer a nadie de nada, es información. Y sin enfadarse con quien decida beber agua envasada o que le parezca muy mala la del grifo y te lo discuta, aunque yo se lo demuestre analíticamente. Primero informar a todo el mundo. Esto es posible. Y abundando un poquito más en la información, ¿por qué el residuo del envase de plástico es tan dañino? Porque eso la gente no lo sabe. No solo es malo para el medio ambiente por ese efecto que vemos, la acumulación de plásticos en cetáceos, etc., de todos esos residuos en el medio ambiente, ese daño que retorna a nosotros a través del aire y de la cadena alimentaria. La gente bebe agua en plástico y se queda tranquila. Me parece bien. Pero mire, además de eso, sepa usted que está causando un daño al medio ambiente y a usted mismo. Porque en su fabricación se emplean hasta 40 tipos de polímeros de plástico distintos y más de 10.000 aditivos, de los que 2.400 están calificados como sustancias preocupantes susceptibles de afectar a la salud. Tienen un efecto disruptor endocrino, alteran el funcionamiento de las hormonas, el sistema inmunológico y el reproductivo. Y en este momento hay una seria preocupación con personas jóvenes, sanas, en edad de procrear, con infertilidad. Esto es objeto de estudio y de preocupación por la comunidad científica. Y está directamente relacionado, no se sabe en qué medida, pero sí se sabe que es con las sustancias alteradoras endocrinas. Son estos aditivos que llevan los plásticos en su procesamiento, que están por todas partes, están también en la alimentación. Son ubicuos. Porque otra cosa importante es que no vamos a volver a la prehistoria. Es decir, los plásticos son muy importantes en nuestra vida, en medicina, en transporte, en construcción, en los electrodomésticos y van a seguir siéndolo porque nos proporcionan una parte importante de nuestro estado del bienestar. Lo que nosotros intentamos decirle a la gente es: esto es así y tienes que saberlo para poder elegir. Tienes la oportunidad de reducir la carga de contaminación en el medio que va a retornar a ti haciendo un menor uso y más responsable de los envases de plástico. Los envases llevan 40 polímeros de plástico y miles de aditivos, que se añaden intencionadamente al producto para mejorar su calidad, que la botella sea atractiva, transparente, nítida, elástica o flexible. La de cosas que se le piden a un envase simple de una botellita. Esos aditivos no son gratis. Pagamos un precio. Y hoy se sabe que estas sustancias tienen efectos negativos para la salud. El efecto disruptor endocrino. La relación causa efecto no está fehacientemente demostrada, pero estamos expuestos no a una sustancia sola, sino a un cóctel de sustancias que interaccionan. No se sabe a qué dosis se producen los efectos indeseables y por lo tanto, no podemos establecer umbrales de seguridad.
-Recientemente recibió usted la Medalla de oro de la profesión farmacéutica. En su discurso reivindicó la prevención primaria de la salud y habló de que la salud pública estaba en riesgo por culpa de varios factores. ¿Cuáles son esos factores de riesgo?
-Los factores de riesgo, no sé si queda bien que lo diga, son nuestros políticos, son nuestro principal factor de riesgo porque no saben lo que es salud pública. No tienen un proyecto de salud pública. Y ya lo personalizo más en consejeros de Sanidad y directores del Servicio Canario de Salud. No saben lo que es la prevención primaria. Nosotros somos el eslabón anterior. Cuando llegan al cargo solo quieren reducir las listas de espera, que es lógico, y yo lo demando como ciudadano, y ahora la novedad es también en Primaria, porque antes sólo eran hospitales. La Primaria se colapsa porque el eslabón anterior de la cadena falla, que somos nosotros, la prevención primaria. No tenemos educación de salud. Nuestros gobernantes, porque está en la Ley de salud pública, tienen la obligación de proveer los medios necesarios al sistema sanitario para que preste un servicio preventivo a la población en su conjunto, no al individuo. Los hospitales y centros de salud tratan la enfermedad, pero también la prevención, y lo que no se hace es dotar de mecanismos, de personal y de herramientas mínimas al eslabón anterior a la Primaria, que es salud pública, que somos los que lo sostenemos.
“Mejorar la red de saneamiento es una medida trascendental de salud pública”
-Ponga un ejemplo práctico de qué sería una política de prevención en salud pública.
-Pues garantizar la calidad sanitaria del agua, la inspección sanitaria, que es lo que hacen nuestros profesionales de base, del agua de las playas, de los productos químicos, de los alimentos, la vigilancia epidemiológica, la sanidad ambiental, la seguridad alimentaria... Nosotros tenemos que estudiar la evaluación del impacto para la salud de todas las obras susceptibles de afectarlo. Pasamos años luchando para que se desmontara la refinería de Cepsa en Tenerife.
-En Arrecife la central eléctrica funciona desde hace años sin permiso para sus ampliaciones, y hay informes que indican que las emisiones son perjudiciales para la salud porque rebasan, los límites legales, pero no pasa nada.
-Esos informes salen de lo que llamamos prevención primaria en salud pública, que somos los que estamos inmediatamente antes que los centros de salud. Y eso se ha abandonado. Y el año 2008 fue dramático para todo el mundo, pero a todo lo que no era asistencia nos metieron en el congelador y seguimos congelados.
-Parece que tiene prevalencia el interés económico sobre la salud. Por ejemplo, con la central eléctrica se sostiene que si se para la central, nos quedamos sin luz.
-Es que cuando nos han llegado los proyectos, lo que decimos es que no hay que parar centrales eléctricas. Lo que usted tiene que tener es un proyecto, no para meter más unidades de potencia ahí, sino diversificar y llevarlas a otro sitio donde no haya población expuesta. A mí no me importa que se haga la mayor barbaridad ambiental, con perdón, que está muy mal, donde no hay población. La energía eléctrica es imprescindible para la vida y para nuestro bienestar. Pero no concentre usted en medio de una ciudad como Arrecife un riesgo y continúe incrementando la potencia de las instalaciones que tiene, porque eso es lo fácil y lo cómodo. Como cuando se hacen los vertidos al mar. ¿Por qué los tienes que hacer en una playa? Porque es más barato. ¿Por qué no haces un emisario como es debido? Porque es más caro. Ese es nuestro trabajo.
-Ya que habla de los vertidos, el saneamiento es una de las grandes asignaturas pendientes...
-Es una eterna asignatura pendiente porque son los daños que no se ven, que esos son los peores. Es decir, una farola se rompe y antes o después te la van a arreglar, pero los daños que no son visibles son un problema de las decisiones políticas, que son importantísimas en salud pública.
-Hay muchas decisiones políticas que no se toman en el ámbito sanitario, pero que son medidas de salud pública, como la prohibición de fumar o las peatonalizaciones...
-En el franquismo no podía ejercerse la política porque estaba castigado. Y claro, la salud pública sufría muchísimo. Porque las medidas eficaces y eficientes en salud pública siempre son decisiones políticas. Dónde van las infraestructuras, en qué se gasta el dinero. Mejorar la red de saneamiento es una medida trascendental de salud pública, son medidas que benefician el interés de toda la comunidad. Si nosotros reducimos la carga de riesgo en la base, reduciremos la carga de enfermedad en la pirámide. El problema es que la tenemos invertida, porque nuestros gobernantes no cesan de implementar recursos en la parte de la enfermedad y se olvidan de la prevención primaria en su base. Porque sí saben ahora que los centros de salud hacen prevención, pero es que hay otra base anterior que está totalmente olvidada.
-Canarias está a la cabeza en obesidad infantil. ¿Cómo se puede combatir eso?
-Es facilísimo, si se quiere, porque se sabe cuál es el problema: que no transmitimos el conocimiento. Sabemos cómo paliar la obesidad infantil perfectamente. ¿Cuál es el problema? Que no se informa a la población. Si la población supiera lo que tiene que hacer no pasaría eso. Por ejemplo, hay que explicar a la gente que se puede combatir la obesidad infantil con un hábito de vida saludable, porque todos queremos lo mejor para nuestros hijos, pero a lo mejor es que no se lo sabemos dar. Que hagan actividad física, que no llenemos el carrito de la compra de porquerías. Eso es falta de ignorancia, que decía Manolo Vieira. Y eso es porque le falta información a la gente.
-Pero, por ejemplo, en el Ministerio de Consumo, el ministro anterior hizo algunas iniciativas en ese sentido sobre la bollería industrial y desde la oposición salieron burlándose públicamente de esas medidas. Así es muy difícil...
-Esa es la pena de la política mala que tenemos. Pero la gente es lista y la información tiene que ser transversal. El propio centro de salud, colegios, los ayuntamientos, tienen mucha tarea que se puede hacer simplemente informando poquito a poco. Ejemplo, volver a la merienda saludable, a usar la talega de tela... Si tú te pones a mirar a tu alrededor lo que la gente come en la playa, yo me quedo muerta. Son pequeñas cosas que podemos hacer. Y luego hay medidas importantes como reducir la concentración de azúcares en todo el contenido de la cadena alimentaria. Hace 50 años una marca de helados, a los helados de Gran Canaria les ponía más azúcar porque lo demandaba la población. Hay una costumbre de ingestión excesiva de azúcares y de dulce. Son medidas transversales que son sanitarias, pero que trascienden del ámbito sanitario. Son medidas de gobierno que se pueden y que se deben adoptar.
Comentarios
1 Agua Chafariz Mar, 30/07/2024 - 11:27
2 Pepe Mar, 30/07/2024 - 14:00
3 al 2 Mar, 30/07/2024 - 14:51
4 pepe Mar, 30/07/2024 - 16:22
5 Claroquesi Mar, 30/07/2024 - 19:11
6 Bobamequeo Mié, 31/07/2024 - 13:17
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