“Llevamos días recibiendo llamadas y visitas de familias que buscan un gatito o un perrito para regalo de Navidad y como cada año se nos pone un nudo en la garganta, porque sabemos a ciencia cierta que dentro de unos meses escucharemos las mismas excusas de siempre”.

Con estas palabras la conocida protectora Sara hace un llamamiento a través de sus redes sociales para concienciar a la población de que los animales no son objeto para regalar por Navidad.

Excusas hay miles, pero las más comunes a la hora de devolverlos son: “No sabía que crecería tanto”, “no tengo tiempo para cuidarlo”, “el niño tiene alergia”, “el casero ahora no me deja tenerlo”, “me voy a mudar” o un largo etcétera que hacen que las tasas de abandono animal en Canarias sean abrumadoras.

La labor de Sara no solo es de recoger animales abandonados, sino de promover campañas de esterilizaciones de gatos -846 esterilizados-, facilitar las adopciones -con 416 animales-, ser el “hospital de los callejeros”, con 1.173 animales atendidos y dar cobijo a 651 animales que esperan un final feliz.

Muchas familias incluso acuden a la protectora de animales buscando una raza determinada o un tamaño determinado para que  “no crezca mucho”.

Durante las épocas navideñas, el número de llamadas se incrementan en las protectoras de animales en busca de “un regalo”

Lo que no saben muchas de las personas es que las mascotas requieren un cuidado diario, un tiempo, una dedicación, se debe prever “un pequeño colchón” ante los imprevistos que le pueda surgir y paciencia en situaciones de adaptación.

Todo esto es muy importante ya que la mayoría de animales que se regalan por estas fechas son devueltos a las protectoras.

Historias detrás de cada animal hay miles y desde Sara desean que no vuelvan a repetirse situaciones de abandono. “Los animales no son un juguete y no deben regalarse”, destacan desde la protectora.

Al contrario, “son una responsabilidad para toda la vida” y hay que tener en cuenta los “gastos de alimentación y veterinario”, así como “levantarse antes cada mañana para sacarlos a pasear aunque sea festivo o esté lloviendo”, pagar una guardería para “poder irte de vacaciones” y “pasar noches en vela si se ponen malitos”.