EL PASEO
Por Saúl García
Realizar el esfuerzo del ‘american way of posicionamiento’ es como comerse una caja de donuts y tomarse el café con sacarina
Hay algo en la literatura (llamémosla así) sobre promoción turística que provoca una mezcla de estupor y admiración. Estupor por lo que dice. Admiración por lo que se atreve a decir. Es un lenguaje sincrético, no tanto en el sentido filosófico, sino en la práctica religiosa de ocultación. Te muestran a Santa Bárbara pero tú sabes que detrás está Changó.
Por ejemplo, cuando el Cabildo dice que “Lanzarote e Iberia exploran vías para reforzar el posicionamiento de la Isla en la Costa Este de EEUU y atraer visitantes de alto nivel”, quiere decir, por la parte del Cabildo, que a ver si este año nos pegamos otro viaje a Nueva York, y por la parte de Iberia, que vamos a ver si podemos poner un vuelo a la semana entre Nueva York y Tenerife, con un poco de suerte.
Hay que tener mucha confianza en las Montañas del Fuego y en las gambas de La Santa para pensar que un norteamericano va a cruzar el Charco para venir a Lanzarote, que sigue siendo un destino de playa, cuando tiene el Caribe a un par de horas y pudiendo visitar en Europa París, Roma o Atenas. Y si viene desde Europa a Lanzarote, no hace falta que Iberia haga ningún esfuerzo de posicionamiento. Ya hay decenas de conexiones.
Realizar el esfuerzo del ‘american way of posicionamiento’ es como comerse una caja de donuts y tomarse el café con sacarina. El año ha terminado con 3,3 millones de turistas, y de ellos la mitad son ingleses ávidos de sol.
Pero el turismo, al menos el de Lanzarote, ya no se mide por algo tan vulgar como los números, aunque el Cabildo insista en que la Isla lidera el gasto por turista en destino. Eso es lo de menos. El presidente del Cabildo ha dicho en Fitur que quiere “inspirar a los visitantes a conectar con la esencia de Lanzarote y La Graciosa”. Resulta que ahora los políticos inspiran para conectar con la esencia. Perdón por la prosa ante tanta poesía, pero solo nos falta la ficha financiera adecuada.
Sin embargo, la obra maestra del sincretismo turístico son estas palabras del presidente: “Lanzarote es la isla que menos crece turísticamente en Canarias, solo un siete por ciento, pero es la que está capitalizando económicamente el turismo. Algunos se reían cuando yo decía aquello de ni un turista más, ni un turista menos, ni una cama más, ni una cama menos. Después de recuperar la imagen de la isla, y dejar claro que sí somos amables con los turistas, hemos demostrado que sí. Menos turistas y más rentabilidad”.
Pone la vela a Santa Sostenibilidad pero las oraciones las recibe, como siempre, San Crecimiento.
Comentarios
1 Doubling rate Lun, 27/01/2025 - 10:48
2 Anónimo Lun, 27/01/2025 - 11:03
3 Esencia Lun, 27/01/2025 - 11:30
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