Juanjo Ramos es naturalista, comunicador ambiental y fotógrafo de naturaleza y viajes, así como gerente de Birding Canarias, una empresa especializada en ecoturismo y conservación de la biodiversidad en la Macaronesia y el norte de África. Su último trabajo audiovisual, ‘Soñando con alas’ se pudo ver en Lanzarote.

-‘Soñando con alas’ habla de la pasión por la observación de aves...

-El documental aborda el fenómeno de la observación de aves en España a través de cinco personajes en distintos lugares del país. Lo que intentamos no es hacer un documental para mostrar pájaros, sino para hablar de la pasión. Cualquier persona que siente pasión por algo que nos puede llevar a hacer locuras se puede sentir identificada viendo el documental. Es una forma de hacer cine de naturaleza no muy habitual, más desde la visión humana. Documentales que muestran grandes águilas cazando y grupos de flamencos volando hay bastantes y en España hay gente que lo hace muy bien, pero trabajos que aborden a esas personas que son capaces de dejarlo todo por la contemplación de las aves no son tan habituales...

-¿Hay una condición previa para adquirir esta pasión o se llega por caminos distintos?

-Las cinco historias son muy diferentes, desde un niño de once años que siente pasión por las aves y vive atrapado en una ciudad a un observador de aves de Málaga apasionado por la migración de las aves que se ha ido a vivir al Estrecho y lo ha dejado todo para hacer eso, o una eurodiputada jubilada que se ha dedicado siempre a la política y ha decidido que es el momento de las aves y todos los días de su vida va a ver pájaros.

-En España, y en Canarias, ¿qué estado de salud tiene esta actividad?

-Es una actividad en auge. Ya hay mucha más gente con prismáticos en el campo que con escopetas. Muchísima más. Ha habido un giro en lo que era una actividad ligada a biólogos o investigadores, que ya es un hobby para muchas personas, un motivo para ir al campo. La población no solo está más sensibilizada y valora más el campo, sino que este cambio también está motivado porque vivimos en un país que es el mejor de la Unión Europea en cuanto a biodiversidad, y es una ventaja.

-La educación ambiental o la sensibilidad es mayor que hace veinte años...

Eso es evidente.

-¿Y qué oportunidades tiene Lanzarote para el turismo ornitológico?

-Lanzarote es un muy buen destino para el turismo ornitológico, ofrece muchas posibilidades para la gente que viaja para ver aves. Hay quien lo hace para ver templos o museos y mucha que elige el destino de sus vacaciones porque puede observar aves. Lanzarote ofrece especies que no se pueden ver en otro lugar de la Unión Europea. Dentro del mundo de la observación hay mucho de coleccionismo. Quieres ver esa especie o disfrutar de su hábitat. Si eres un apasionado y el motivo de tus viajes es los pájaros, en algún momento vas a tener que venir a Canarias, o a Lanzarote y Fuerteventura.

-¿Qué haría falta para consolidar esta actividad?

-El turismo ornitológico es una forma de hacer ecoturismo. Lo que se demanda es que conservemos nuestros espacios naturales y las especies porque un hábitat bien conservado va a tener especies atractivas. La gente que viene se aloja en casas rurales, contrata empresas locales, come en el restaurante del pueblo... La observación y el ecoturismo son una manera de diversificar la riqueza entre la población local. No es lo habitual de destinos de sol y playa, donde se va a los grandes resorts, en manos de los touroperadores que tributan en las Seychelles y tienen la oficina en Londres.

-Hay muchas zonas de prorección de aves, pero apenas hay gestión sobre ellas. ¿Cuál es el problema?

-El problema es el mismo que en toda Canarias. Hay muchísimos espacios naturales protegidos, pero no hay gestión. Cada vez somos más personas en las islas en el campo. Todo el mundo quiere llegar a todos los lugares y si puede ser en coche, mejor y esto está ocasionando grandes problemas a las aves, sobre todo en las zonas de llano, como el jable. En Famara y otras zonas costeras hay mucha gente haciendo actividades sin control. Prácticamente no hay guarderías, los equipos de educación ambiental se han desmantelado y, claro, la gente campa a sus anchas por lugares de alto valor ambiental, en sitios donde viven joyas de alto valor ambiental que no encontramos en ningún otro lugar del Planeta. No me refiero solamente a aves, sino a plantas, invertebrados y otras especies. La planificación está muy bien. Tenemos ZEPAs, reservas de la biosfera, parques nacionales y veinte mil figuras, pero luego, salvo los parques nacionales, de gestión del Ministerio, están dejados de la mano de Dios. Se necesitan más guarderías, más informadores, más educadores y, sobre todo, sensibilizar más a la población local y al turista que nos visita.

“Ya hay más gente con prismáticos en el campo que con escopetas”

-También hay empresas de turismo activo que tienen problemas por la legislación sobre transporte.

-Tenemos una ley de turismo obsoleta, de los años noventa y basada en un modelo turístico que ha cambiado en Canarias y a nivel global. La realidad ha cambiado y el modelo turístico no les sirve a las islas pequeñas. Hay que cambiar la normativa o adaptarla y favorecer la redistribución de la riqueza entre la población local. Si no, corremos el riesgo de que aparezcan problemas de turismofobia y enfrentamientos que nunca ha habido en las islas. Hay una cantidad de turistas que dejó de ser sostenible hace mucho. Trece o catorce millones de turistas al año es un auténtico disparate, no solo ambiental sino social y económico. Con otro modelo de turismo mejor gestionado y ese número de turistas, tendríamos cada uno en la puerta un Rolls Royce. Además, hay demasiadas administraciones para un territorio tan pequeño. A veces, el problema es la interpretación que hace de la ley un técnico concreto. Si te encuentras con gente proactiva que apuesta por un modelo más coherente con el territorio, pues bien, sale un buen producto, pero, si no es así y se ponen muchas trabas, el funcionario se olvida de que está para dar soluciones, no para criminalizar a nadie.

-¿Cuáles son las ‘joyas’ que se pueden observar en Lanzarote y cuáles son sus principales amenazas?

-El halcón eleonor y la hubara. Las recomendaciones: que se tenga el máximo respeto. La observación de aves tiene que garantizar la conservación de las especies que observamos. Es un principio básico: molestar a las aves lo menos posible. El observador está para contemplar lo que sucede a su alrededor, aunque casi todos pertenecemos a colectivos conservacionistas y nos implicamos. Normalmente estamos implicados.