“Igual que hoy todo el mundo cocina, todo el mundo debería costurear un poco”
Volver a Marga y encontrarla siempre, armada de aguja y sonrisa, rodeada de botones y alumnas, es garantía de armonía universal, al menos en lo que se refiere a mi mundo pequeño en esta isla del paraíso. Han transcurrido más de tres lustros desde que se cruzaran por primera vez su creatividad y mi grabadora. Y en cada estación de ese camino la veo más grande, alimentada por nuevos proyectos y empeños, feliz con su taller a la espalda por la geografía volcánica.
- En ese tránsito suyo por distintas localidades de la isla ha hecho parada en el Charco de San Ginés, espacio que últimamente actúa como imán para restauradores y artistas y epicentro de la actividad cultural. ¿Ha sido casual o le atrae el momento de popularidad que atraviesa la zona?
- He buscado el lugar; quería volver a Arrecife después de mi andadura por los campos y acercarme a una zona con población y a los espacios de compra que tienen que ver con mi taller. Venía a menudo al Charco a pasear y me tropecé con el local. Ya tuve un atelier en esta zona hace doce años, en las proximidades de Ginory y fue una época muy activa y dinámica. Ahora he hecho un trueque de casas, he instalado mi taller muy cerca y vengo en bicicleta. Es una felicidad y un aspecto más de lo que trato de promover con mi trabajo, el respeto al entorno, el reciclaje, el consume menos...
- Hablamos en su nuevo taller en el Charco, donde “Coser y Cantar” se darán la mano a partir de este mes. ¿Qué le aporta la enseñanza, en la que lleva embarcada unos años?
- Antes de dedicarme a la moda daba clase de cerámica y pintura en actividades extraescolares y luego, para adultos, de confección y patronaje industrial en el Instituto Tecnológico de Canarias. Siempre se me ha dado muy bien. En mis talleres de “Coser y cantar” combino la artesanía y los acabados creativos con el patronaje industrial, de forma que en seguida las alumnas quedan confeccionando y atrapadas por el mundo de la moda. Antes, el confeccionar era mucho más laborioso, con muchos pasos. Pero hay cambios que facilitan el realizar una prenda.
- Desde que comenzó a enseñar, ha ido aumentando el número de personas interesadas en aprender a coser y a diseñar o actualizar prendas antiguas. ¿Es consecuencia de la crisis, de una mayor sensibilidad y creatividad?
- Un poco de todo. La creatividad del ser humano pugna por asomar y en ese sentido, el diseño de moda se está popularizando, como la fotografía, la pintura, la cerámica... También es cierto que la crisis hace que las personas economicen y busquen modernizar vestidos antiguos, por eso mis clases tienen tanta aceptación. La manera en la que trabajamos, muy lúdica y relajada, es otro motivo, creo.
- Pasó unas semanas dando clase de costura a niñas a través de la ONG EducaNepal. ¿Cómo fue la experiencia?
- El comienzo fue casi casual. Vi un anuncio en el que buscaban máquinas de coser para enseñar a niñas de las aldeas y sacarlas del camino probable de la prostitución. Y pensé: “¡Pero si la que sabe coser y enseñar soy yo!”. Contacté con ellos y acabé en Nepal. Fue una experiencia increíble, las maestras y alumnas se mostraban muy curiosas con la costura no industrial, con los cojines con forma de corazón o el reciclaje de telas y piezas. Esa fue mi tarea, que descubrieran las posibilidades del tuneado dentro de una estrategia de reutilización.
- Hay quien defiende que cocinar es un gesto de amor y un acto revolucionario frente a la presión de la comida preparada. ¿Podríamos decir lo mismo de la rebelión del “cósalo usted mismo” en lucha contra el imperio del diseño estandarizado?
- Totalmente de acuerdo. La cocina se ha convertido en una actividad muy creativa y extendida, que se difunde y se experimenta. Igual que hoy todo el mundo cocina, todo el mundo debería costurear un poco.
- La marca Margamod ha estado presente en Gaudi, Shangay o Dusseldorf ¿Mantiene el interés por vender su trabajo fuera de la isla?
- Hacer producción para vender fuera, salvo a través de una plataforma como pueda ser Moda Cálida, ni lo he intentado en serio ni me interesa ahora mismo. Estoy trabajando con el grupo Universo Souvenir en el diseño de algún objeto turístico que sea representativo de la isla. Tengo una joya de La Geria y salvamanteles relacionados con la vestimenta tradicional. Quiero aportar mi granito de arena para difundir la imagen de la isla a través de un souvenir artístico de calidad.
“Estoy trabajando con el grupo Universo Souvenir en el diseño de algún objeto turístico que sea representativo de la isla”
- En 2013 maridó su moda con un vino local y años atrás ha vestido a políticos y periodistas en inusuales pasarelas. En la apuesta por la diversificación económica frente al monocultivo turístico en Lanzarote, ¿se tiene en cuenta la industria del diseño?
- En el pasado había más dinero, lo que permitió cierta inversión en esta industria. Pero la culpa del parón no es de las administraciones sino del propio sector, porque nunca hemos estado unidos ni constituido un grupo sólido con capacidad para tener presencia. Respecto al turismo, es nuestra forma de vida, está claro. Así que estoy pensando en talleres para turistas que voy a ofrecer a los hoteles, relacionados con Lanzarote y su esencia, en colaboración con la asociación Milana, dedicada a la protección y defensa del cultivo de cochinilla.
- Hablemos de su trabajo más creativo. ¿Qué contendrá la próxima colección de Margamod?
- Es cierto que desde 2013, cuando presenté una colección en Stratvs, no he vuelto a crear y el cuerpo me lo está pidiendo. El reto de coser por encargo es muy absorbente y me encanta resolver ideas de otras personas de forma creativa pero necesito hacer algo más. Pienso en algo relacionado con el reciclado de retales, muy picassiano o manriqueño, basado en el collage de muchas piezas, que tenga que ver con el Charco y sus luces y colores. Mi estilo es siempre divertido, pícaro, provoca siempre una segunda mirada.
Comentarios
1 MARUCA Vie, 10/10/2014 - 11:50
2 Juani Pérez Sánchez Dom, 01/05/2016 - 00:46
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