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“En Haría está todo lo que fue César”

Francisco Galante presenta el libro ‘César Manrique y Haría. El artista y la belleza del lugar’

Saúl García 6 COMENTARIOS 05/03/2023 - 07:52

“Que este libro sirva, pues, para mantener viva la memoria de César Manrique en unos momentos en que nos enfrentamos a un futuro oscuro en lo medioambiental. Él nos lo advirtió y muchos de quienes debieron escucharlo, no lo hicieron (o no quisieron hacerlo). Quiero pensar que todavía no es tarde para adaptarnos y prevalecer, por lo que contar con referentes como Manrique que nos guíen en estos tiempos aciagos, es de suma importancia”.

Este texto de Rosa Aguilar, rectora de la Universidad de La Laguna, forma parte del libro César Manrique y Haría. El artista y la belleza del lugar, escrito por el catedrático Francisco Galante y editado por el Ayuntamiento de Haría y la Universidad y con el patrocinio de los Centros de Arte, Cultura y Turismo El libro se presentó el viernes en Jameos del Agua y el martes se da a conocer en Berlín.

Galante es doctor en Filosofía y Letras, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna, donde es titular, precisamente, de la cátedra César Manrique. También es profesor en la Universidad de Lovaina (Bélgica) y miembro del consejo asesor de la Fundación César Manrique. Ha publicado numerosos libros, monografías, estudios y artículos en revistas de carácter científico.

La publicación aborda desde diversos ángulos y perspectivas el estudio de la obra del artista en el municipio norteño. Analiza las claves de la interpretación de la obra de César, desde sus primeros trabajos medioambientales y se ocupa también de otros aspectos como la tradición cultural, la renovación plástica, la integración de las artes, su proceso creativo, la dimensión simbólica de la naturaleza o la defensa del territorio, entre otros.

La primera parte del libro se dedica al análisis genérico del artista lanzaroteño mientras que la segunda parte aborda sus intervenciones en el municipio de Haría. En el prólogo, el escritor Nilo Palenzuela señala que Galante recuerda el aprendizaje de César durante los años sesenta en Nueva York y cómo, a su vuelta, “avanza en su proyecto de construcción”.

“El arte aparece ya religado a una dimensión política y social (…) La utopía debe ser un proyecto construido entre todos, está en la historia y fuera de ella, está en el origen y en el fin de una vida nueva, está en los campesinos y en la gran burguesía. La construcción, lejos de los excesos de las especulaciones urbanísticas y del brutal despliegue del capitalismo, ha de fundarse entre jable y volcanes, en la tierra, el aire, el mar, el fuego. El entusiasmo de César Manrique lleva entonces al sueño compartido; y muy pronto, inevitablemente, a la defensa del territorio y la ecología”, señala.

En conversación con Diario de Lanzarote, Galante añade que César “es uno de los artistas más grandes del mundo, no solo por la labor que hizo de reconversión de un territorio, sino también por hacerlo desde el activismo, algún que no ha hecho ningún otro artista”.

En este libro, Galante desvela que la primera residencia de César Manrique tras instalarse de nuevo en la Isla al volver de Nueva York podía haber estado en Haría. Antes de descubrir el terreno de burbujas volcánicas en Taro de Tahíche, César quiso construir una casa en una cala cercana a Jameos, en una zona conocida como Los Bonancibles. Se llegaron a trazar los cimientos, que aún se pueden ver sobre el terreno. Y si Haría no acogió a César entonces sí lo acogió en sus últimos años de vida, cuando deja su casa para convertirla en sede de su fundación y se traslada a Haría, a una casa convertida hoy en Casa Museo.

También señala Galante que dejó testimonio por escrito de que quería ser enterrado en Haría, en cuyo cementerio descansan sus restos. “A partir de principios de los años sesenta, en Haría quiso vivir, y en Haría quiso morir. Principio y final del camino de la vida que teje el legado de su gran obra y de su pensamiento que aún permanecen muy latentes que, en estos raros tiempos de globalización y de crisis civilizatoria, alcanza una vigencia incontestable”, señala en el libro.

Califica el autor a Haría como un “territorio muy singular caracterizado por la impronta de un paisaje de deslumbrante y sugestiva belleza”. “Haría fue para César Manrique el laboratorio de sus experiencias medioambientales y ecológicas. Desde este lugar, el artista reescribió el territorio, entretejiendo con la poesía de la naturaleza la historia de una nueva isla”.

En Haría quiso vivir, y en Haría quiso morir. Principio y final del camino

“En Haría -continúa- encontró un lugar para la belleza. El exuberante paisaje del territorio, el palmeral que emerge de las tierras calcinadas, sus empinados volcanes que arrojaron fuego y lava, sus valles arropados por sistemas de cultivos tradicionales... y las entrañas de la naturaleza surcadas por extensos tubos volcánicos en la que Manrique pudo encarnar sus sueños utópicos, en la cueva, en la gruta, en la oquedad... intuición, misterio, magia y sensibilidad plena, en lo más intenso del tiempo y de un lugar: Haría”.

En Haría, César proyectó la Cueva de los Verdes, Jameos del Agua, Mirador de Malpaso, el primero de sus miradores, que fue la tipología que más abordó, o el Mirador del Río, “tal vez la mejor obra de César desde el punto de vista arquitectónico”, según Galante, que dice que “en Haría está un compendio de toda la obra de César, los miradores, la recuperación de sitios degradados, la identidad, las grutas, lo oculto... En Haría está todo lo que fue César, una visión cósmica de su universo”.

Mural de la ermita de Santa Bárbara, en Máguez. Obra de César Manrique. Foto: Carlos A. Schwartz y Marha Vidal.

Más desconocida

Pero César también intervino en otra obra más desconocida, la ermita de Santa Bárbara en Máguez. El templo original tuvo que ser derribado en 1970. No soportó un fuerte temporal. En el pueblo se formó una comisión. Con el dinero que aportaron algunos vecinos y el Cabildo se adquirió el suelo. “Los trabajos de diseños, alzados, estructura y cimentación se deben a Jesús Soto, maestro artístico del Cabildo de Lanzarote, y a Luis Morales, capataz general, que tuvieron en cuenta las hechuras de la primitiva ermita de Santa Bárbara y la desaparecida iglesia de San Juan Bautista, en el núcleo de Haría”.

César intervino en una obra más desconocida, la ermita de Santa Bárbara

Para el interior, César diseñó un mural de siete metros de largo y cuatro de alto, ejecutado en piedra apelmazada de la cantera de Guatiza. Primero dibujó un boceto en papel, “algo inaudito” y después lo dibujó sobre la piedra para que los “picadores” hicieran su trabajo. Lo ejecutaron Benjamín Niz Dorta, Ginés Betancor Betancor (cuchillo), Eugenio Bonilla Martín y Rafael Betancor, bajo la dirección del maestro Severo Villalba Betancor.

Para Galante, no se trata de una obra religiosa, sino espiritual. “Formalmente, es Picasso”, apunta. En el mural figuran dos ángeles alados que portan un recipiente acotado entre formas curvadas y alveoladas. “Aquí, en esta cavidad se guarda el secreto de la obra. Una simbología explícita. Las extremidades inferiores en posición de abertura de una mujer, que concluye en una forma puntiaguda, a manera de compás, muestra en su matriz el sagrario, el lugar donde se guarda y se deposita a Cristo sacramentado. Los ángeles elevan al cosmos el sentido del alumbramiento de la vida. La vida, la energía de los seres orgánicos, continúa con la procreación hasta el final de la existencia. Creación y misterio, en la vida y en el arte”, señala el libro. Una obra que “no se llegó a comprender”, según el autor.

El artista también intervino en el diseño de la plaza colindante, donde reproduce algunos elementos de la cultura del agua, como brocales de aljibes o atarjeas, que también había empleado en las plazas de la iglesia de San Roque, en Tinajo, y en la de la iglesia del Cristo de las Aguas, en Guatiza.

Galante en la presentación del libro en Jameos.

“Emocional”

Francisco Galante apunta que la redacción del libro ha sido costosa “desde el punto emocional” porque su relación con el artista fue “intensa”. Diez días antes del fallecimiento de César habían clausurado la exposición Arte y Naturaleza en las Salas del Arenal, en la Maestranza de Sevilla, en la Expo de 1992. Narra en el libro su última conversación, telefónica, unas horas antes de la muerte. “Me dijo: 'Buenos días don Francisssco -sí, alargando la s- ¿cómo está el poeta?', como, incongruentemente, me decía. Le respondí: 'Bien, querido César, pero el poeta eres tú'”. “A partir de entonces me quedé sin poesía. Pero sí con su recuerdo permanente, a diario, que es como se siente cuando asistimos a la pérdida. Y con su legado... único y maravilloso”.

Galante señala que le ha puesto mucho cariño a este libro, que es un testimonio y un homenaje, “a él y a Lanzarote”. Dice el autor que aún queda mucha obra de César por poner en valor” y destaca que en ninguna de ellas se ha culminado su declaración como Bien de Interés Cultural.

Comentarios

César era desde luego una persona muy singular y vivió tiempos donde aún uno podía soñar o confiar incluso en otros mundos realizables dentro de este. Ahora sólo hay un mundo solo.
¿En cual de las universidades es profesor el Sr. Galante: Université Catholique de Louvain-la-Neuve o la KUL en Leuven? Gracias por la respuesta. J. Herrera, desde Bélgica
Siempre lo mismo en Lanzarote...
La séptima noche del séptimo año después de la séptima demora del séptimo PIOT la tierra se abrirá y César volverá en un carro de fuego a juzgaros a todos.
¡FCM paren la circunvalación de Playa Honda! Protejamos nuestro territorio.
Visito a menudo Lanzarote y siempre pienso en lo espantado que se quedaría César Manrique al ver en qué han convertido Lanzarote la especulación, la incultura y la avaricia de algunos. Sí, todas las casas y hoteles muy blanquitos y limpitos pero es una barbaridad lo que se ha dejado construir. Una barbaridad. Os habéis cargado una isla maravillosa. César lo decía y no le habéis hecho ningún caso. Cada vez que los políticos lo nombran o utilizan su imagen, yo me revuelto....y me imagino que el también donde quiera que esté...

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