ENTREVISTA

“El arte nos ayuda a no perdernos en esta locura de mundo”

La actriz lanzaroteña Marta Viera protagoniza ‘Clara y el abismo’, que abrió la temporada en el Teatro Pérez Galdós

Gregorio Cabrera 0 COMENTARIOS 23/10/2021 - 08:21

“Si no alcanza el tiempo para decirlo todo desde un principio, entonces hay que decirlo todo desde el final”. La actriz lanzaroteña Marta Viera (Arrecife, 1982) ha asumido junto a su compañera Ruth Sánchez el reto de ponerse en la piel y los zapatos de una mujer que desanda su vida en escena al conocer que se enfrenta a sus últimos días a causa del cáncer.

El drama musical Clara y el abismo, al que pertenece la frase inicial, abrió la temporada del Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria y se ha representado también en Tenerife antes de iniciar un periplo que incluirá escalas en Lanzarote y Fuerteventura.

El montaje, con un potente despliegue escénico, se sustenta en un texto del dramaturgo uruguayo Gabriel Calderón, dirección de Mario Vega y libreto musical de Coque Malla, que vuelve a componer para teatro en este montaje de Unahoramenos Producciones en el marco del Laboratorio Galdós Internacional tras El otro lado de la cama, de David Serrano, y después de obtener el Premio Goya a la Mejor Composición Musical por su participación en Campeones, de Javier Fesser.

Marta Viera es licenciada en Arte Dramático y su trayectoria profesional ha abarcado el teatro, el cine y la televisión, aunque es sobre las tablas donde esta lanzaroteña se encuentra tan a gusto como un caboso en un charco de marea. Ha participado en el proyecto Ikarus de Ikarus Stage Arts-Nordisk Teaterlaboratorium o La KonKista de Canarias de Delirium Teatro. Con Unahoramenos dejó su huella en Me llamo Suleimán, Aladino, Tal Vez Soñar, Todo el Cielo y Moria además de en los tres proyectos escénicos del Laboratorio Galdós: Ana, también a nosotros nos llevará el olvido, El crimen de la Calle Fuencarral y El último viaje de Galdós.

En sus vitrinas brillan tres Premios Réplica a Mejor interpretación en 2013, 2015 y 2020, pero lo que más parece fulgurar en ella es su futuro.

-Empezando por las raíces, que ya sabemos que son lanzaroteñas, ¿en qué momento brotó su vocación escénica?

-Yo creo que me viene de familia, porque siempre hemos sido muy parranderos, como muchas familias canarias. Y el Día de San Ginés le hacíamos a mi abuelo, que se llamaba precisamente Ginés, un teatro que habíamos ensayado para darle una sorpresa. Así que, fíjate, yo creo que todo viene de ahí.

-¿Recuerda alguna actuación u obra que la marcara especialmente?

-La verdad es que yo me emocionaba mucho con las películas. Me acuerdo de ver la película Annie, el musical. Cuando tenía lugar la escena en la que se encontraba con el perro, yo estaba tan metida en la película que me puse a llorar y mis primos se rieron de mí, porque les hacía gracia que yo estuviera tan emocionada con una película. Era muy pequeñita entonces. El cine en general siempre me llamó mucho la atención y me daba por ponerme delante del espejo a ver si podía hacer esas cosas y también me inventaba cosas yo sola.

-Lo cierto es que en estos años ha interpretado a un buen número de personajes, incluida la mismísima Pippi Långstrump. Supongo que cada personaje la ha completado como actriz. ¿También como persona?

-Yo creo que al fin y al cabo forman parte de una. No puedo interpretar a Pippi si en mí no hay algo de esa niña rebelde y con ganas de contar cosas y de ponerlo todo en su sitio, igual que tampoco puedo interpretar a una enamorada si en mi interior no hay una parte que entienda esa emoción. Todos estamos llenos de aristas y los actores y actrices podemos usarlas. Hay veces que incluso luchamos con nosotros mismos intentando crear un personaje separándonos de él cuando a lo mejor tampoco está tan lejos. Hay personajes que se asemejan mucho a una misma y tampoco pasa nada, porque al final son personajes intentando ser personas.

-¿Y qué cree que hay de usted en esta Clara y en esta obra que parte de la premisa de que “vivir es tan difícil como morir”?

-Con ella he tenido sobre todo que hacer un trabajo de entenderla y de ponerme en su situación para saber qué manera de ser y qué reacciones tiene, porque es una mujer muy peculiar. No sé si tiene algo de mí directamente, pero es cierto que yo la entiendo en muchas de las escenas que representamos y también en sentimientos como la rabia, el miedo y el amor. Por ahí intento acercarla a mí, porque es una mujer que se aleja bastante de mi propia persona.

-Supongo que para una intérprete es un regalo participar en una obra con canciones escritas por Coque Malla. ¿Cómo ha sido la experiencia?

-Parece que la compuso mano a mano con el autor de la obra, porque tuvieron una sinergia brutal y las canciones son parte esencial de la misma. Mi compañera Ruth Sánchez las interpreta al piano y yo las canto y la verdad es que todo el equipo está encantado con el resultado, porque además de hacer crecer la obra son unos bomboncitos que nos tienen a todos enamorados. No sabríamos decir cuál es la canción que más nos gusta, porque tienen una calidad y una sensibilidad maravillosas. Imagínate, yo todavía estoy asimilando que estoy interpretando canciones de Coque Malla en primicia, porque ni siquiera él las ha interpretado. Es un regalazo.

-También es un regalazo abrir la temporada del Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria. Usted también participó en el montaje de ‘El último viaje de Galdós’. ¿Qué descubrió acerca del novelista?

-Lo cierto es que conocía muy poco de él. Lo que se estudia en el instituto y poco más, porque no se hace mucho más hincapié. Parece que está en todos sitios, pero mi impresión es que su obra es muy desconocida. Personalmente, me sirvió para indagar en su creación, conocerlo mejor, aprender que también desarrolló una parte periodística, profundizar en su vida y en las mujeres que lo rodearon. Me he acercado mucho más al autor.


Una impactante imagen de Marta Viera en ‘Clara y el abismo’.

“Estoy asimilando que interpreto canciones de Coque Malla en primicia”

-Galdós también fue un enorme constructor de personajes que son ‘bombones’ para cualquier actor o actriz, volviendo a un término que utilizaba usted antes.

-Sin duda, y además de personajes femeninos. Escribía mucho sobre la mujer. Es algo de agradecer, porque en ese sentido se parece mucho a Lorca, que siempre tiene a la mujer como referente. Son obras maravillosas y encima le dan una gran importancia a la mujer, así que una encuentra más huequito donde meter la pata, como quien dice.

-Con su participación en las distintas experiencias del Laboratorio Galdós, el Teatro Pérez Galdós se ha convertido casi en su segunda casa. ¿Qué se ha encontrado el público que ha acudido al estreno y qué se encontrará quien acuda a los escenarios donde recale la obra a partir de ahora?

-En esta nueva etapa del Laboratorio Galdós se abre una ventana al mundo para incorporar otras miradas y conectar con otras culturas y otras maneras de hacer teatro contemporáneo, de ahí que el texto sea del autor uruguayo Gabriel Calderón. Por eso esta obra nos ayuda a descubrir cómo se hace y cómo se escribe teatro en otras latitudes. Se ha formado un equipo que se ha entendido muy bien. Vega y Calderón ya se conocían, tenían ganas de trabajar juntos, al fin lo han conseguido y han echado un mano a mano maravilloso. Están los dos encantados y deseando repetir más adelante. Además, estos cauces de colaboración hacen que todos los que participamos crezcamos como artistas, evidentemente.

-¿Qué suponen los premios? ¿Más trabajo, entre otras cosas?

-En un principio, sí. Se supone que son reconocimientos que te abren puertas porque aportan más conocimiento de ti. Se supone que eso ayuda, aunque no siempre, depende. Pero bueno, se trata sobre todo de abrir puertas para seguir trabajando y generando cultura y contenidos, que es lo que nos importa. Y, en cualquier caso, el equipo es fundamental para que una pueda desarrollarse. Si no tienes la oportunidad de trabajar en propuestas significativas, es más complicado que tu trabajo se vea y sea reconocido.

-¿Cómo ve la escena teatral canaria? ¿En qué momento está tras la crisis a causa de la pandemia?

-La verdad es que se ha pasado muy mal, sobre todo porque ha habido muchos teatros y muchos ayuntamientos que han cerrado directamente sus puertas en vez de gestionar la cultura de otra manera, como sí hapasado con otros que han hecho ese triple esfuerzo y salto mortal para mantener la cultura activa. Ahora, por suerte, vamos sacando poco a poco la cabeza y creo que también hay muchas ganas de hacer cosas porque los artistas y las compañías de Canarias han hecho fuerza de flaqueza para tirar hacia delante, porque tampoco queda otra.

-También ha hecho papeles en la pequeña pantalla, en cortometrajes, etcétera. ¿Ve camino por ahí también?

-Es cierto que es una puerta que siempre he tenido abierta, pero tampoco le he puesto mucho foco. En general, siempre me he dedicado y me ha llamado más la atención el teatro, que también es donde he tenido más oportunidad de trabajar. Le tengo mucho respeto porque sé que son lenguajes muy diferentes, pero a mí siempre me gusta una prueba, un novelerío y un reto, así que lo que venga, bienvenido.

-¿Para qué sirve el arte hoy en día? Hay muchas respuestas. ¿Cuál es la suya?

-El arte es una de las cosas que mantienen viva a la humanidad. A través del arte, del teatro, somos capaces de abstraernos y llegar a emociones, pensamientos o situaciones en las que no nos paramos por la complejidad, el dinamismo y la lógica del día a día. El arte y en concreto el teatro abren la puerta a la humanidad y nos ayuda a cuestionarnos y encontrarnos en esta locura del mundo de hoy en día en el que nos podemos perder.

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