EL PASEO
Por Saúl García
Petróleo. Chulería y arrogancia. Eso como mínimo. El presidente de Repsol, Antoni Brufau, da una rueda de prensa (y regala queso y vino) en Gran Canaria para ofrecer un regalo envenenado a Lanzarote y Fuerteventura. Les ofrece a los cabildos la base logística para los sondeos a pesar, dice, de que sería más caro. ¿Pues por qué lo hace? Si no hubiera ningún problema con las prospecciones no tendría que tener este tipo de deferencias. ¿O es que no van a sacar el petróleo para ganar dinero? Brufau se comporta como se comporta la gente con mucho dinero.
Petróleo. Chulería y arrogancia. Eso como mínimo. El presidente de Repsol, Antoni Brufau, da una rueda de prensa (y regala queso y vino) en Gran Canaria para ofrecer un regalo envenenado a Lanzarote y Fuerteventura. Les ofrece a los cabildos la base logística para los sondeos a pesar, dice, de que sería más caro. ¿Pues por qué lo hace? Si no hubiera ningún problema con las prospecciones no tendría que tener este tipo de deferencias. ¿O es que no van a sacar el petróleo para ganar dinero? Brufau se comporta como se comporta la gente con mucho dinero.
Es su gran argumento o el único: voy a ganar dinero y les ofrezco las migajas si las quieren y si no quieren también. Mandamiento número uno del capitalismo de casino: toda inversión es buena y no se discute. Es chulería porque dice que empezarán las prospecciones en mayo y aún no tienen ni el estudio de impacto ambiental favorable. También lo es porque dice que el origen canario de Soria ha sido un obstáculo. Pues menos mal, porque aprobar los sondeos fue la primera decisión que tomó el ministro.
Arrogancia: no entiende el rechazo al proyecto. Dice que es por un tema político, ¿de votos?, se pregunta. No se ha enterado de que en el mundo, además de empresarios y políticos, hay más gente, y también tiene su criterio. Cada uno el suyo, quiero decir.
Turismo. Playa Blanca se desarrolló al estilo tradicional: saltándose la programación urbanística, con sobornos, subvenciones, ayudas para no pagar impuestos y especulando con el suelo. Es decir, como se hacen los negocios en este país, y más los turísticos. ¿Lo dudan? Nada excepcional, pero que después se intente vender que todo se hizo para desarrollar Lanzarote, para crear empleo y dar calidad al destino, ya tiene delito.
Como se quería crear empleo a todo costa se pidieron subvenciones de la UE, para que el empleo (de una calidad, ahora mismo, lamentable) lo pague otro. ¿Eran empresarios locales que querían mejorar el destino? Pues había de todo, pero sobre todo había inversores de fuera que querían ganar dinero y algunos de aquí que se forraron facilitándoselo. Miren las joyas del Papagayo Arena.
Detrás de un entramado de sociedades que tienen la propiedad del hotel se esconden dos empresarios de Benidorm, Juan Vicente Ferri y Salvador Baldó. Desde hace unos días les busca la Audiencia Nacional para interrogarlos por una trama que crearon con la Caja de Ahorros del Mediterráneo para invertir el dinero del banco en el Caribe y no pagar impuestos en España, entre otras cosas. Presuntamente. Lo de empresarios, digo.
Sociedad. La corrupción ya no le es ajena a la Isla. Nunca lo ha sido pero desde hace años, concretamente desde la operación Unión, se cayó el telón y empezaron a verse las vergüenzas de mucha gente. Entre ellos, gente respetable. Ya me entiende, respetable por lo que son, no por lo que hacen.
Los implicados, con distinto grado y procedencia, han optado por tres estrategias: recluirse socialmente, hacer como que no ha pasado nada o sacar pecho y ganar tiempo. Y a algunos les sale bien. El Real Club Náutico de Arrecife ya tiene nuevo presidente. El juicio (si lo hay) ya veremos cómo acaba. Los socios ya han emitido su veredicto. Luego no se extrañen de que las cosas sean como son.
Comentarios
1 Toñín Corujo Vie, 15/11/2013 - 10:36
2 GRRCCHRN Vie, 15/11/2013 - 10:57
3 GRRCCHRN Vie, 15/11/2013 - 10:57
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