Está catalogado como Bien Cultural

Restaurado en Tenerife el mural ‘Pez volador’ del artista César manrique

DiariodeLanzarote.com 0 COMENTARIOS 24/11/2015 - 17:51

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha culminado el proceso de restauración de un mural del artista lanzaroteño César Manrique, situado en la pared trasera del inmueble que se corresponde con el número 114 de la avenida de San Sebastián, y que está catalogado como Bien Cultural.

Los trabajos de restauración, que han supuesto el desembolso de 10.000 euros, fueron coordinados por la profesora de la Universidad de La Laguna (ULL) especialista en restauración, Dácil de la Rosa, que se encargó de guiar a las becarias restauradoras Paula Calavera y Elisa Ruscelli.

El Ayuntamiento destacó que el principal objetivo de esta iniciativa “era devolver este valioso mural a su aspecto original. Los trabajos han supuesto también la participación de carpinteros y pintores de la empresa Dimurol. Hemos contado con la garantía de que todo el proceso de restauración estuvo bajo la supervisión de la Fundación Canaria de la Universidad de La Laguna, a través de sus profesores y alumnos más destacados”.

La obra de Manrique, titulada ‘Pez volador’, está formada por 30 paneles de chapa marina situados sobre un muro que, con el paso de los años, sufrió daños en su parte inferior por la acción de los grafitis y también presentaba evidentes signos de decoloración en la pintura acrílica con la que fue realizado.

El mural, firmado por el artista lanzaroteño en el año 1985 y reproducido en este espacio de la capital en 1997, consiste en la interpretación geométrica y en tonos cálidos de un pez en el que se combina una doble vertiente de puntos de vista frontal y aéreo.

“El artista, de esta forma, nos muestra las dos mitades del pez usando el mismo código de representación tridimensional de algunas de sus esculturas más significativas”, señalan los restauradores. Los siete colores usados para la realización de este mural son cálidos y, entre ellos, sobresalen de forma especial las tonalidades tierra. La figura queda resuelta por medio de tintas planas.

El programa de reparación incluyó también la sustitución de los paneles más afectados por el desgaste, la retirada del material de tornillería que no cumplía ninguna función y la reposición de los elementos básicos para la sujeción que habían desaparecido. De igual manera, se afrontó el lijado de las zonas de color levantadas, así como la renovación total del color.

Los técnicos municipales constataron, en un informe previo, el grado de deterioro de esta pieza, que presentaba algunos paneles deformados, despegados y desclavados de la estructura que conforma su base. También se hallaron distintos agujeros, especialmente en los niveles más bajos, en cuyo interior se acumulaba basura.

El documento, por último, justificó la restauración de esta pieza artística ante el levantamiento de la capa pictórica, especialmente en los tonos tierra y rosa, además de las manchas de suciedad que el efecto del tráfico depositó sobre la superficie debido al elevado paso de vehículos por esta zona de la capital.

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