El cuarto festival enogastronómico Saborea Lanzarote, celebrado el pasado fin de semana en Teguise, contabilizó unas 61.000 consumiciones. Desde el Cabildo se admite que hubo “una afluencia de público acaso un 15 por ciento menor que el año pasado”.

El Cabildo considera que la “lluvia” y el “frío”, especialmente el sábado, pueden haber influido en la merma de visitantes al festival, que se tuvo que aplazar a diciembre por la alerta meteorológica que se registró el último fin de semana de noviembre.

No obstante, desde el Cabildo se entiende que se han registrado “muy buenos números a pesar de las adversidades” y se asegura que “se ha observado este año una mayor actividad sectorial en el recinto del festival”, con “muchos profesionales de todo el archipiélago”.

Un aspecto que ha subrayado especialmente el consejero de Promoción Económica del Cabildo de Lanzarote y responsable del Festival, Francisco Fabelo: “Entiendo que hay que valorar muy positivamente la consolidación del Festival Enogastronómico Saborea Lanzarote como evento a nivel regional, ya que ha habido gente de todas las islas, especialmente muchos profesionales de la restauración, la producción o la agricultura, por ejemplo”.

“Este evento se ha consolidado desde el punto de vista social, tanto por la calidad de los productos locales como por las atractivas propuestas de nuestros chefs, y está ganando solvencia como encuentro profesional y sectorial”, agregó Fabelo.

El consejero expresó asimismo su deseo de que “este Festival siga creciendo en sus próximas ediciones, tanto en manos de quienes próximamente dirijan las instituciones como de las del mismo sector”.

“Desde el punto de vista de la industria”, apuntó la consejera Rocío Arredondo, “es muy interesante ver cómo surgen nuevas iniciativas productivas y empresariales, como el de las especias picantes 'Camel on fire' o la cerveza artesanal de Los Aljibes, a la vez que se consolidan otras como la sal de Janubio, la gamba de La Santa o los productos ecológicos”.

“Igualmente llamativo”, añadió la consejera,  “es ver cómo algunos extranjeros residentes en la isla se han animado a crear industria, como la pastelería o la heladería italiana o la panadería y repostería alemana y francesa, que conviven con la tradicional lanzaroteña”.