¿Por qué se inunda Arrecife? Diagnóstico y tratamiento
Desde hace años Arrecife se inunda cada vez que llueve, y ese no es el problema más grave. Las cañerías se desbordan y las aguas fecales salen a la superficie. Se han hecho varias obras de canalización, se ha acometido la red de pluviales, se han abierto calles y las cosas siguen igual. El problema no se arregla. Pero, ¿cuál es realmente el problema? ¿Por qué sigue ocurriendo? Y sobre todo, ¿cuál es la solución?
Primero, el diagnóstico. Los problemas de Arrecife se pueden resumir en uno: durante años nadie se ha ocupado de adecuar las infraestructuras al crecimiento. No se ha invertido ni en obras ni en mantenimiento y la situación se ha ido agravando. Se podría decir que el principal problema es que no se ha abordado el problema.
Vayamos a lo concreto. Arrecife es un desagüe natural. Recoge todas las aguas de Zonzamas y Montaña Mina. Para que se inunde Arrecife no hace falta que llueva en Arrecife. La cuenca de acogida en estas montañas es de varios millones de metros, que si se multiplican por litros, son muchos litros. Este hecho se ha agravado desde los años noventa, principalmente por el crecimiento de Argana Alta, mal planteado, mal diseñado y mal construido. Argana se inundaba cada vez que llovía. Después de muchos años, se invirtieron dos millones para desviar y canalizar las aguas hacia la recién creada red de pluviales y en esta ocasión Argana no se ha inundado.
Arrecife no tenía red de pluviales. Se adjudicó en 2007 por más de 13 millones a la empresa Bruesa y acabó terminándola Acciona cinco años y varios millones más tarde. Consiste en dos brazos: uno que desagua en Puerto Naos y otro en el Cabildo. Lo que aún no se ha hecho, o sólo se ha hecho en Argana, es la red secundaria, es decir, meter cañerías en medio de esos dos brazos que absorban el agua y la lleven hasta ellos. Hay otros elementos que agravan la situación de recogida de aguas o de nula absorción. Las aguas arrastran lodos que llegan hasta Arrecife, que acaban tupiendo la red de saneamiento a falta de que se haga esa red secundaria.
Además, gran parte del agua que cae en las azoteas de las casas o las naves industriales no acaba en la calle, sino que también la asume la red de saneamiento. También, por el crecimiento, hay muchos menos solares libres que antes, que absorbían el agua y ahora no la absorben, y más piche -que es una autopista para el agua- que tierra. Todo esto era de fácil solución si se hubiera urbanizado bien o se hubiera invertido algo, aunque caigan, como cayeron hace dos semanas, cerca de cien litros por metro cuadrado en cuatro días.
Puntos débiles. En el centro de Arrecife, en sentido estricto, hay cuatro: La Vega (calles Portugal, Argentina, Triana), las Cuatro Esquinas, el Charco de San Ginés (zona de Ginory) y la Plazuela. Algunas están prácticamente por debajo del nivel del mar. Eran zonas que inundaba la marea. Las tuberías en el centro de Arrecife son de otra época y corresponden a otro tiempo: su diámetro es pequeño y el material, de uralita, inservible. En algunos tramos ha desaparecido la tubería y en otros su pendiente es la contraria que debería tener: va hacia arriba cuando debería ir hacia abajo. La red de saneamiento corresponde a las necesidades de una capital con tres veces menos población y con unos hábitos de consumo muy distintos: ahora se gasta mucha más agua; hay lavavajillas, lavadoras, duchas todos los días...
Hacen falta entre ocho y nueve millones de euros más para evitar que cada año se inunde la capital
A esto hay que sumar un problema que no lo sería si las tuberías tuvieran el ancho adecuado. En estas últimas lluvias se colapsaron cinco estaciones de bombeo. Sólo en dos de ellas, las Cuatro Esquinas y la calle Portugal, casi se llena un contenedor entero de cosas que no debían haber llegado al desagüe y que se vierten desde las casas: toallas, toallitas, ropa, compresas, papeles...
Veamos el tratamiento. Lo primero, levantar y cambiar las tuberías del centro de Arrecife. Esto es lo que se hizo en la calle Gómez Ulla, que también se ha inundado, no tanto porque la obra se hiciera mal sino porque no se continuó hacia la calle Portugal, con lo cual las aguas se encontraron con un embudo y volvieron para atrás, inundando la superficie. Además de la calle Portugal, las zonas más urgentes son las otras tres nombradas como puntos débiles.
Esa sería, y parece que ya se han puesto manos a la obra, la primera de las actuaciones, pero no lo única. Habría que continuar con la red secundaria de pluviales, y por último, actuar en la cabecera de los barrancos para que llegue la menor cantidad de agua posible sin canalizar. Ya se ha anunciado una inversión del Cabildo y el Ayuntamiento para la calle Portugal. El proyecto se le va a encargar a Canal Gestión y la inversión ronda el millón de euros pero los técnicos estiman que la inversión necesaria debería alcanzar los ocho o nueve millones.
Canalización absurda en San Bartolomé
Ya se ha puesto en marcha recientemente una canalización racional de las aguas de San Bartolomé, pero hasta las últimas lluvias, el camino que recorrían las aguas de este núcleo merece estar en la antología del disparate. Las aguas de saneamiento bajaban hasta Playa Honda, de ahí se bombeaban a Arrecife y de ahí hasta la depuradora de la carretera de San Bartolomé, que se encuentra a un kilómetros escaso del casco urbano y en una cota menor, así que las aguas llegan ahora por gravedad y sin un gasto innecesario de energía.
Comentarios
1 Ciudadano Mié, 10/12/2014 - 10:11
2 Flâneur Mié, 10/12/2014 - 12:58
3 jose Mié, 10/12/2014 - 16:30
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