El ex consejero del Gobierno de Canarias, Francisco Rodríguez Batllori, el principal acusado por el supuesto desvío de fondos desde Inalsa y el Ayuntamiento de Arrecife para pagar unas gestiones privadas de Dimas Martín, no reconoce su voz en las conversaciones pinchadas por la Guardia Civil ni su firma en las cartas enviadas a Dimas Martín a la cárcel de Tahíche.

Batllori declaró durante algo más de una hora pero sólo contestó a las preguntas de su abogado. El fiscal quiso que se escucharan en la Sala varias conversaciones telefónicas entre él y Dimas Martín en las que hablaban de gestiones hechas por Batllori ante el fiscal jefe de Canarias y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias para que Dimas obtuviera el tercer grado.

Lo único que contestó Batllori es que no reconocía su voz. Lo dijo hasta en cinco ocasiones. “Es la primera vez que la oigo y no me reconozco”, dijo.

El fiscal Javier Ródenas quiso que constaran sus preguntas y le cuestionó si no sabía que no podía cobrar tres sueldos de la Administración: uno de la Viceconsejería de Justicia, otro de Inalsa y otro de Arrecife y si pensaba que se merecía el sueldo por un asesoramiento que se reducía a tres reuniones que no llegaban ni a una hora.

Ródenas puso en evidencia que en una declaración anterior, en sede judicial, Batllori reconoció que “Dimas en el PIL es todo sin ser nada” y que cunado le pusieron las grabaciones no dijo que no fuera él. En varias de las conversaciones, los interlocutores, que no se reconocen, se llaman el uno al otro Paco y Dimas.

De una carta, Batllori dijo que “la firma se parece algo pero no es mía”

El acusado sí que contestó a las preguntas de su abogado y alegó que aunque fue contratado por Inalsa en mayo de 2008, se equivocó e hizo “un corta y pega” y en una factura puso marzo y abril de 2008 cuando quería poner como concepto “provisión de fondos”.

Dijo que acordó los honorarios con José Miguel Rodríguez y que asesoró a los concejales del PIL. Tampoco reconoció su firma en las cartas enviadas a Dimas, ni que las redactó y envió. De una dijo que “la firma se parece algo pero no es mía”.

Cambió su versión respecto a su declaración anterior y dijo que no le consta que Dimas sea el jefe del PIL, que nunca ha hablado de trabajo con él ni ha hecho gestiones para él, y que cuando declaró tras su detención estaba “muy mal” porque le sacaron de su casa, le metieron en un calabozo y luego en un helicóptero y estuvo dos días sin comer.