EL PASEO
Por Saúl García
Desde hace tiempo los medios de comunicación ya no informan sobre la realidad sino que la construyen. A veces, hasta la destruyen. Intervienen activamente en conformar la realidad que presentan. No es algo negativo en sí mismo, depende más bien de las intenciones, los intereses, el resultado... y se podría debatir si es posible mostrar un hecho sin que la intervención del narrador lo esté modificando al mismo tiempo.
Desde hace tiempo los medios de comunicación ya no informan sobre la realidad sino que la construyen. A veces, hasta la destruyen. Intervienen activamente en conformar la realidad que presentan. No es algo negativo en sí mismo, depende más bien de las intenciones, los intereses, el resultado... y se podría debatir si es posible mostrar un hecho sin que la intervención del narrador lo esté modificando al mismo tiempo.
Se podrían poner otros ejemplos, y más graves y elocuentes, pero un ejemplo claro de construcción de la realidad es el recurso al periodismo de declaraciones, suponiendo que sea un género y no una desviación. En ese caso es el medio de comunicación el interesado en que una persona muestre públicamente su opinión sobre algún hecho (o sobre otra declaración). También está el caso contrario. Nada que objetar hasta ahí porque preguntar es una obligación del periodista, y lograr que el entrevistado diga lo que no quiere decir es otra. Lo que pasa es que hay una diferencia entre que el entrevistado acabe diciendo lo que no quiere y que acabe diciendo lo que le interesa al medio. Ahí se va construyendo el relato, las preguntas que deben ser respondidas, los asuntos que debe seguir la población, etc.
Esas declaraciones cruzadas, ese periodismo de declaraciones (suponiendo que sea periodismo) forzadas por la prensa van construyendo un relato. No presentan un debate porque el cruce no existe, ni existiría, fuera de los medios de comunicación. Y no se trata tanto de “sacar” a alguien lo que no quiere decir sino de ofrecer un medio a alguien para decir lo que quiere decir, que normalmente está en sintonía con lo que al medio le conviene que diga (por las razones que sean).
Si algún sentido tiene el periodismo, además del obvio de contar lo que ocurre (así en términos generales) es el de ejercer de contrapoder. Transmitir lo que el poder quiere que se transmita se llama de otra forma.
Hay políticos que confunden la pluralidad con la multiplicidad de canales. Lo segundo no garantiza lo primero. Los cargos públicos, cuando está en la oposición, sienten empatía por los periodistas y cuando están en el gobierno, todo les parece un exceso o una conspiración.
Pedro San Ginés, que ya no se acuerda de cuando estaba en la oposición, y que tiene una dificultad manifiesta para asumir que pueden coexistir otras visiones de la realidad que no son la suya sin ser falsas, nos deleita con su visión utilitaria sobre los medios de comunicación.
Lo dijo en la fiesta del Grupo Lancelot. Aquí pueden ver el vídeo, pero estas son sus palabras: “Estoy convencido que va a contribuir (la revista) a que cada vez sea más plural la información, que en definitiva es de lo que se trata, y por lo que uno no puede sino alegrarse. Cuando uno se cree en posesión de una verdad en las manos, que haya medios plurales que le permitan explicarla, siempre es bien recibido”.
Más claro, agua. Ahora sólo falta cuál es esa verdad que tiene entre las manos, esa misión divina, y ya nos quedamos todos más tranquilos.
Comentarios
1 Objetividad Vie, 17/10/2014 - 17:36
2 tinajero Sáb, 18/10/2014 - 09:22
3 Raúl Lun, 20/10/2014 - 18:27
4 Mateo Mar, 21/10/2014 - 11:07
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