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La Vida es Zuaina, en busca de la inclusión social en Argana

La asociación, que ha recibido el Premio Joven Canarias 2023, atiende a los vecinos del barrio, sobre todo a los menores, desarrollando programas de acompañamiento, apoyo escolar y emocional

María José Lahora 1 COMENTARIOS 14/11/2023 - 06:02

En el local de la asociación La Vida es Zuaina de Argana Alta la actividad no cesa. Acaba de concluir el taller de costura con un grupo de familias del barrio. María del Valle Degregori, Irene Martínez Sevilla y Redwan Baddouh Bejja son los encargados de coordinar la acción social, pero son muchos más los que hacen que este colectivo haya recibido el premio Joven Canarias 2023, modalidad 8 Islas, de la Consejería de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias. Con los ordenadores por delante y pendientes del móvil, el equipo intenta concretar, aunque con cierta dificultad, los muchos proyectos que desarrollan en beneficio de los residentes del barrio.

Irene cuenta que existe un trabajo previo a la creación de la asociación, de forma voluntaria, para sacar adelante programas de calle. Como trabajadora social del CEIP Argana Alta conocía en primera persona la situación de los menores migrantes en situación de irregularidad. Niños que, junto a los problemas con el contraste cultural e idiomático, se veían privados de poder actuar como tal, con una práctica tan habitual como jugar a la pelota. Al carecer de la documentación oportuna, se toparon con las puertas cerradas para participar en los clubes deportivos, a lo que se suman las carencias de infraestructuras deportivas del barrio.

Con la contribución de un colaborador saharaui, con el que trabajan en la idea primigenia de la asociación y que desarrolla su acción social en los campamentos de Tinduf, surgió la propuesta de crear un equipo de fútbol a ambos lados de la frontera. En los campamentos bajo el nombre de Los Arganeros y en el barrio arrecifeño como Los Desérticos, dando cabida a todos los menores del barrio, “de todos los colores y nacionalidades”, con prioridad para los que no podían acceder a los clubes federados. Se creó así un proyecto de hermanamiento entre los miembros de estos equipos.

Aquellos orígenes suponen el germen de la asociación, fundada oficialmente en 2015 y cuya primera subvención solo dio para costear los gastos de las actividades durante dos meses. “Los inicios fueron muy complicados”, señala Irene. María interviene para explicar que la acción se centra especialmente en la población infantil y juvenil del barrio en riesgo de exclusión social. Personas “invisibles” que desean que “se las vea, a cada una de forma individual y a toda la comunidad, en general, tan simple como eso”, añade.

Las familias son parte activa de las acciones a desarrollar. De ahí surgen las experiencias de convivencia en un barrio con múltiples nacionalidades y, desgraciadamente, muchas carencias para ofrecer alternativas reales a menores sin muchas oportunidades para tener calidad de vida y salir adelante en igualdad de condiciones. “Con nuestros talleres, más allá de enseñar habilidades manuales o sociales, buscamos vernos los unos a los otros. Uno de los objetivos es que sirvan de respiro, para tejer redes, poder reírte y encontrarte. Todas las acciones que desarrollamos tienen ese fondo de conexión y apoyo”, explican.

“Por algún lado está escrito que una persona que se encuentra en una situación muy compleja, al saberse acompañada y reconocida, puede, por sí misma, resolver ese problema. Eso se traduce después en actividades tales como la prevención del abandono escolar, la gestión emocional, la motivación y la cohesión. Hay muchos matices de este trabajo que no se pueden concretar”, destaca María.

Para Irene, también “hay que saber aprovechar las súper ventajas” de que en Argana Alta convivan “tantas nacionalidades, y los distintos colores de piel”. Los proyectos surgen para ofrecer una  respuesta adaptada a las necesidades de la población del barrio, donde residen más de 9.900 personas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. En una generación, se han multiplicado por tres los vecinos de Argana Alta, y las carencias han aumentado. “Al estar constantemente en el barrio es más fácil estar cerca de estas necesidades”, apunta María, que vive en Playa Honda, aunque dedica gran parte de su vida al local de Argana Alta por donde pasan las familias y residentes del barrio. Tampoco Irene reside en la zona, aunque asegura que pasa más tiempo aquí que en su propia casa, en referencia a las muchas horas que dedica al proyecto, tras 17 años conociendo de primera mano la situación real de los menores del barrio.

La Vida es Zuaina busca convivir en una sociedad donde la inclusión sea una realidad.

Jóvenes con futuro

“Hemos visto crecer a los niños y niñas. El contacto es muy directo. Es un acompañamiento, es estar cerca de su vida, porque hay situaciones complicadas y se trata de aportar ayuda desde diferentes ámbitos. A una familia le puede hacer falta en un momento dado material escolar y mañana necesitar apoyo psicológico, por ejemplo”, explica Irene. Desde 2015, quienes integran La Vida es Zuaina han sido capaces de tejer una red de voluntariado cercana a las 80 personas. Cuentan con la colaboración de una abogada especializada en extranjería y otra en temas civiles. Un mercadillo donde consiguen donaciones, un programa de apadrinamiento y muchas otras acciones, que coordinan desde un local en la calle Valle Inclán, con las puertas abiertas de par en par.

“Los talleres, además de enseñar habilidades, buscan tejer redes”

Redwan, trabajador activo de la asociación, es uno de esos muchos chicos que han participado en los programas de la asociación. Llegó a La Vida es Zuaina a los tres años de edad y ahora, con 19, es uno más del equipo que organiza la vida de la asociación. Irene rememora otro ejemplo: un niño con el que trabajaron hace años y que vivía en un entorno familiar donde nadie había logrado superar la ESO. Sin apoyo en el domicilio, le vino como anillo al dedo el proyecto puesto en marcha de apadrinamiento escolar. Un servicio mediante el cual una persona le apoya en la realización de las tareas escolares, de forma individual, un acompañamiento que en este caso particular continuó hasta el Bachillerato.

“Nos hemos encontrado con niños que no habían ido nunca a la playa, que apenas salían de Argana”, señalan. Por ello realizan salidas, quizá las únicas que han podido hacer estos jóvenes en todo el verano, a espacios como Famara o La Graciosa. Durante dos años consecutivos, el equipo de fútbol Los Desérticos se ha enfrentado a los jugadores gracioseros, gracias a la colaboración de la compañía Líneas Romero para el desplazamiento. Sobre los beneficios sociales de su actividad, Irene subraya que se trata de un proceso: “No es que se vaya a ver un resultado instantáneo de las acciones que se desarrollan, ni que la propia persona sea consciente de cómo le puede estar beneficiando, pero un niño que nunca ha recibido un abrazo en su casa, gracias al calor de los distintos programas, mañana cuando tenga un hijo a lo mejor lo abraza”.

Taller de costura de la asociación en su local de la calle Valle Inclán con la implicación familiar. 

La alegría de vivir

En el último año, desde la asociación han sido capaces de llevar sus programas a 1.200 personas. También han conseguido entrar en los centros escolares con actividades puntuales, gracias a las colaboraciones de instituciones, grupos empresariales y otros colectivos, como Prensa Juvenil Canaria, a quien desean agradecer la nominación a los premios Joven Canarias 2023.

“Hay que saber aprovechar las ventajas de tener tantas nacionalidades”

“La palabra Zuaina significa guapa, linda, bonita, en árabe, es la unión entre culturas, el respeto por las diferencias, el camino juntos aunque no seamos iguales, la alegría de ser y de vivir. Por ello, los valores fundamentales e inquebrantables de La Vida es Zuaina, que dan sentido a nuestra asociación, son: respeto, igualdad, apoyo y acompañamiento, mezcla de culturas, unión y cohesión, implicación, disfrute y alegría, complicidad, transparencia, aprendizaje y crecimiento”, describen los fundadores del colectivo.

Por otro lado, “la visión de La Vida es Zuaina es llegar a convivir en una sociedad donde la inclusión de todo ser humano sea una realidad, donde la igualdad y el respeto sean la base de toda relación. Una sociedad donde las culturas se nutren entre sí y dónde todos avanzamos hacia un mismo fin: la felicidad, el disfrute de una vida zuaina”, apuntan. En Argana Alta alrededor de 3.000 residentes son niños, niñas y jóvenes. “Es el barrio más vulnerable y abandonado de la isla de Lanzarote”, comentan desde la asociación.

Un barrio sin recursos e incomunicado

Uno de los objetivos de sacar adelante el equipo de fútbol Los Desérticos era “exigir” canchas deportivas para el barrio. “Es increíble la falta de recursos en este sentido. Los chicos, si querían jugar, debían irse a otro barrio o a un descampado”, algo que sigue sin haberse solucionado en la actualidad, a pesar de reclamarlo por activa y pasiva, según explica Irene.

Así, Argana Alta, pese a los miles de jóvenes que residen en el barrio, no cuenta con un espacio para la práctica deportiva. Hasta hace poco no se inauguró el parque cercano a la sede de la asociación, y ha tenido que ser un vecino del barrio quien pague de su bolsillo dos porterías, colocadas en un terreno de su propiedad, en principio para uso particular, pero que prestó a la asociación para los entrenamientos. Después lograron la autorización para usar las canchas del colegio, pero en verano retiran las porterías y las canastas de baloncesto, lo que deja sin alternativa deportiva al barrio. En materia de comunicaciones, más de lo mismo.

El aislamiento se hace evidente cuando carecen de carril bici o conexiones de guaguas adaptadas a los horarios laborales de la vecindad. Los que peor lo tienen son las personas que deben desplazarse a otros puntos de la Isla por motivos laborales. “La comunicación entre las guaguas urbanas e interurbanas es un desastre, no hay una coordinación adecuada”, se lamenta Redwan, que pone de ejemplo la línea 1 de las guaguas urbanas de Arrecife: el último servicio llega al barrio sobre las 21.15 horas de la noche y los fines de semana una hora antes.

Fomentar la integración y prevenir la exclusión social

OBJETIVOS. La Vida es Zuaina desarrolla proyectos de educación de calle para fomentar la integración y prevenir la exclusión social de la población infanto-juvenil en el barrio de Argana Alta junto con las familias y su entorno. Cuenta con varias líneas de actuación: una centrada en la gestión emocional; también actividades concretas, como salidas y excursiones; y otra línea es la prevención del abandono escolar ante el alto índice de abandono temprano que presenta el barrio.

APOYO. En la asociación cuentan con programas como el apadrinamiento escolar con voluntarios. Persigue crear un vínculo emocional, junto con clases de apoyo, en colaboración con el alumnado de Bachillerato del Colegio Arenas Internacional, así como otra acción de apoyo escolar para jóvenes de la ESO. Otra vertiente es la de cohesión, como los talleres de costura, yoga, reparación de bicicletas, meriendas, noche joven o creación artística. Gracias a este apartado creativo surgió un grupo flamenco, a sugerencia de la comunidad gitana que participa en el proyecto.

EMPODERAMIENTO. “En todas nuestras actividades está presente la alegría, el cariño, y el empoderamiento del potencial humano”, subraya esta asociación que este mes de noviembre recoge en La Gomera el premio Joven Canarias. Aunque los miembros de la asociación insisten en la imposibilidad de cuantificar las experiencias positivas desarrolladas en torno a los programas que se han ejecutado desde 2015, destacan “la calidad humana” de la gente del barrio, la “sensación de familia” que se genera a través de los proyectos y la importancia de la “mezcla intercultural”. “Somos semillas que al regarlas florecen y convierten descampados en hermosos jardines”.

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