Orden: Arácnido

Familia: Lycosidae

Género: Fajardiarum

Especie: Independistae

Hábitat: La Vegueta, Arrecife, Gran Canaria y Tenerife

Es un ejemplar peculiar. En su origen, esta especie se podía encontrar en grandes extensiones de terreno en La Geria pero se adaptó rápidamente a la vida en la ciudad e incluso en la gran ciudad, con especial predilección por despachos y cargos públicos y orgánicos como consejerías, viceconsejerías, alcaldías o autoridades portuarias. Este mismo ejemplar ha pasado largas temporadas en otras islas. No suele picar y de hecho su picadura no es mortal, pero sí tiene efectos a largo plazo. Una vez al año, en la gran migración que tiene lugar en la Isla hacia Los Dolores, se le puede encontrar, junto a otros ejemplares con la misma capacidad de adaptación al despacho, tomando parte en la ceremonia de la baraja.

Es de exoesqueleto insularista e independendista. No en vano se mantuvo como un ejemplar destacado del hábitat del Complejo agroindustrial de Teguise del que tuvo que emigrar como tantas otras especies que no pudieron adaptarse a ese entorno hostil. Sólo ha pasado en una ocasión por el proceso de muda, algo delicado que en la Isla se produce habitualmente cada cuatro años o incluso menos (contra natura), incorporándose a la familia nacionalistae, de la rama independistae disimulatorum, lo que le ha permitido colonizar otras islas y despachos compartidos con especies tradicionalmente maś poderosas. Su capacidad de adaptación a todos esos hábitats es sorprendente aunque se manifestó incompatible con el de Política Territorial, al que no pudo adaptarse porque no había resuelto la adaptación de su hábitat primigenio.

Emprendió una aventura hace dos décadas con especies vinícolas, entre barriles y tinajas, que le sirvió como experiencia para el agro, y es un ejemplar lábil y maleable que se adaptó al entorno marino y a la pesca sin problema, sufriendo dos pequeñas mutaciones. Eso, no obstante, no le impidió alcanzar uno de sus cambios maś significativos, el que le llevó a la convivencia, de igual a igual, con especies invasoras de Alemania y Gran Bretaña, principalmente, pero también de la Península. En aquel periodo propició la adaptación del entorno del Islote de Fermina, el mismo que ahora, con una vigilancia más directa, ha decaído de forma irremediable sin que le ponga solución alguna. 

Se caracteriza por su habilidad para tejer una maraña y mostrarse detrás de ella, desde su madriguera de los nacionalistas de Arrecife, donde espera pacientemente el momento idóneo para la picadura y donde ha subido y bajado en el escalafón, renunciando siempre, eso sí, a aparecer al frente de la familia, aunque este hecho cambió hace tres años. Sonada fue su espantada cabildicia, que dejó paso libre a otro ejemplar más agresivo, el “sanginelus petrea”. Tras ese episodio, por primera vez se situó al frente y ha alcanzado la cima de su carrera (o no). A pesar de su origen inequívocamente canariense, del que presume allá donde va, se especula con que pueda provenir de tierras gallegas, dada su tendencia natural a no saber si va o viene, o si no va. O si no viene. Esto le puede causar, según algunos investigadores, un problema de adaptación y un desorden en la familia, ya que algunos ejemplares daban por supuesto su abandono del cargo y se trata de una especie que soporta mal la incertidumbre. Se podría decir que la mayor de sus amenazas está dentro de su misma familia. 

Como estrategia defensiva, suele ocultarse sellando con seda la entrada de su madriguera, a pesar de que utiliza la dialéctica de forma correcta. Se alimenta, como la mayor parte de sus congéneres, de especies más pequeñas e indefensas  y se reproduce muy lentamente.