Desconocimiento
Con esta nueva afición que he adquirido de subir y bajar escaleras estoy visitando las plantas superiores de mi edificio. Ya había estado previamente pero me he puesto a pensar y no recuerdo haber pisado nunca la tercera planta del piso donde viven mis padres y donde viví parte de mi infancia y toda mi adolescencia. Es curioso. He viajado a destinos que están a diez horas en avión y nunca he puesto un pie en ese tercer piso. Qué cerca está lo desconocido.
Es normal que esté cerca. Y que esté lejos. Porque lo desconocido es inabarcable y crece. Imaginemos un cubo bajo un grifo abierto permanentemente. El agua que hay dentro del cubo es el conocimiento. Obviemos que tiene una capacidad exacta pero fijémonos en que es una capacidad limitada. El agua que se desborda, mezclada con la que ya estaba en el cubo, es el desconocimiento.
Si no fuera cuestión de cantidad sino de tiempo, se podría decir que el conocimiento es estático mientras que el desconocimiento es dinámico, que es más o menos lo mismo que ha repetido Pedro Sánchez sobre la situación del coronavirus, que es dinámica y por eso se van tomado las medidas mientras avanza. En realidad, así son todas las situaciones porque todo lo que pasa a partir de ahora es inédito.
Nuestro conocimiento es ajeno. Tiene origen externo y además es compartido. No está entre nuestro patrimonio. Pero lo que desconocemos es propio. Nuestro desconocimiento es único y nos pertenece. Es nuestra responsabilidad porque aunque la voluntad no alcanza para conocer es más que suficiente para desconocer.
Creo que habrá que abrazar a lo desconocido.
Pero también es posible que deje de subir y bajar escaleras.
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Comentarios
1 El Caballero de... Vie, 20/03/2020 - 16:16
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