Hace algo más de dos años, el entonces alcalde de Arrecife, Cándido Reguera, repetía (ya lo había dicho en otras ocasiones) en una rueda de prensa que el Ayuntamiento de Arrecife se enfrentaba a pleitos por reclamaciones urbanísticas por valor de 300 millones de euros.

Lo dijo en una rueda de prensa convocada para anunciar la destitución de la entonces secretaria alegando falta de diligencia en uno de esos procedimientos. Al margen de que después se haya sabido que la secretaria tuvo poco que ver en esa falta de diligencia, el ex alcalde popular se quedó bastante corto en sus apreciaciones.

La cifra se acerca más a 400 millones en unos 15 pleitos vistos para sentencia (y alguno que aún no se ha puesto como el del Islote del Francés) y la falta de diligencia del Ayuntamiento a lo largo del tiempo respecto a estos suelos o esos pleitos se podría definir mejor como absoluta dejadez o manifiesta mala fe, según convenga una visión edulcorada con la incompetencia como protagonista o una visión aterradora protagonizada por la corrupción pura y dura.

Las reclamaciones son el motivo principal para que se esté redactando un Plan General supletorio y no un Plan General normal, por la premura que existe para poder conseguir suelo con el que compensar a los propietarios que reclaman ante el Ayuntamiento. En el caso de que se pierdan los pleitos o uno sólo en los que se juega una cantidad considerable, sería la ruina del Ayuntamiento (y de sus vecinos). Así que cabría preguntarse cómo se ha llegado a esta situación. Y cabrá intentar responder. Así que vamos allá.

Arrecife aprobó su primer Plan General en 1968. Franco había puesto en marcha la primera Ley del Suelo en 1956, que desarrollaba la posibilidad de hacer planes urbanísticos, y de los más de 8.000 municipios de España, sólo 400 aprobaron su plan. Arrecife, con poco más de 14.000 habitantes, fue uno de ellos, vaya usted a saber por qué. Ese plan fue y es la base urbanística del entonces pueblo y hoy casi ciudad. No hubo otro plan hasta 1991 aunque se hicieron continuas modificaciones.

En el caso de que se pierdan los pleitos o uno solo sería la ruina del Ayuntamiento (y de sus vecinos)

Pues bien, aquel Plan, que preveía la Vía medular y una especie de pulmón verde en Maneje, dibujó en Arrecife decenas de zonas verdes y parques en suelos que tenían propietario y que eran, en la mayoría de los casos, suelos urbanos o urbanizables. El Plan de 1991 mantuvo en el tiempo aquellas previsiones y comenzó a trasladarlas del papel al terreno, como si no tuvieran más dueño que el propio Ayuntamiento. Así se hizo, por ejemplo, el parque de Altavista o el colegio de Los Geranios. Pero a los dueños de esos suelos ni se les compensó ni se les expropió, y obviamente, comenzaron a reclamar solicitando la expropiación forzosa primero y reclamando en los tribunales después.

Y lo único que parece haber hecho el Ayuntamiento durante dos décadas (sus alcaldes, sus concejales de urbanismo, su secretario o su dirección letrada, que eran la misma persona), es ganar tiempo o dejar que pase mirando los expedientes pero sin responder siquiera en algunos casos y defendiéndose muy débilmente ante esas reclamaciones.

Continuará...

(No se vayan que puede que tenga final feliz)