La reforma del paseo marítimo de Playa Honda ha despertado la polémica. Un grupo de vecinos se ha movilizado al considerar una “aberración” ciertas partes del proyecto, como los muros laterales que se han levantado en los accesos a la playa. Denuncian que genera un “fuerte impacto visual”.

“Nos están quitando la vista de la playa”, se queja una vecina, quien advierte que “esto no lo vamos a tolerar, porque creo que tengo la obligación de defender lo nuestro”. El miércoles tuvieron una reunión con técnicos de la obra y del Ayuntamiento de San Bartolomé a pie de obra y le trasladaron sus quejas.

El sábado prevén reunirse en la propia avenida, recoger propuestas –los muros consideran que es “lo más grave”, pero tampoco ven bien otros aspectos como unas pérgolas metálicas- y entregárselas al Ayuntamiento. No descartan medidas de protesta.

La reforma del paseo marítimo, que el Consistorio considera deteriorado, se adjudicó el año pasado a la constructora Pérez Moreno por un importe neto de 1,5 millones de euros. El plazo de ejecución previsto es de siete meses y se pretende renovar pavimento, mobiliario urbano, instalar riego para las áreas ajardinadas y cubrir obras de saneamiento.

Un técnico de la empresa explicó a los vecinos que están pendientes de ejecutar las rampas de acceso para minusválidos y que, por el desnivel entre la avenida y la playa, “la normativa exige poner un muro” de casi un metro o “una barrera de protección”, con una distancia entre barrotes que no supere los doce centímetros.

“He visto ya a niños subidos en los muros, que se caen y se rompen la cabeza”, advierte un vecino

“¿Creen que una barandilla con barrotes, de acero inoxidable, es mejor?”, le preguntó a los vecinos el técnico, quien aseguró que le “hubiese gustado no tener que hacer ese muro” porque le gusta el “lenguaje” arquitectónico de la avenida, pero que tiene que acatar los “condicionantes legislativos”. De lo contrario, añadió, “me voy a la cárcel”.

Las explicaciones de los técnicos, de momento, no han convencido a los vecinos –unos cuarenta se juntaron el miércoles por la mañana-, que consideran que se ha adoptado la solución “más barata” y esperan que el Ayuntamiento atienda sus reclamaciones. “He visto ya a niños subidos en los muros, que se caen y se rompen la cabeza”, advierte un residente en la zona.

“Los 1,5 millones parece mucho dinero pero el metro sale a menú del McDonald’s”, señala el técnico

El técnico de la constructora se defiende: “Este proyecto tiene una longitud de 1,7 kilómetros, un presupuesto de millón y medio, parece mucho dinero, pero el metro cuadrado sale a menú de McDonald’s y el problema de este paseo, además de lo que se ve, es que hay muchas cosas que se han hecho muy mal siempre”.