Una cadena humana en la playa del Reducto, en Arrecife, simbolizó este miércoles por la tarde la lucha contra la “precariedad” laboral en el sector turístico. El acto, organizado por Las Kellys de Lanzarote, sirvió para visibilizar las condiciones de trabajo a las que se enfrentan.

“Los tiempos que vive Canarias y España, con récords de ocupación y beneficio no se traducen ni en nuestro salario ni con condiciones laborales”, señaló Myriam Barros, presidenta del colectivo, que ha denunciado la “sobrecarga de trabajo” de las camareras de piso.

“Limpiamos una media de 25 a 30 habitaciones al día en cinco o seis horas, corriendo contra reloj porque las habitaciones hay que entregarlas lo antes posible”, denunció Barros, quien criticó que las contrataciones se efectúan “por horas, semana a semana o mes a mes”.

Además, denunció que cuando una trabajadora coge una baja laboral o solicita alguna licencia para ausentarse de su puesto es “despedida”. “No tienes derecho a vacaciones y tu salario se deteriora muchísimo cuando estás contratada por una empresa externa, que nos suele robar, porque no se puede decir de otra manera, unos 400 o 500 euros al mes”, añadió.

En ese sentido, desde Las Kellys de Lanzarote se ha hecho un “guiño” al comité de empresa de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT), que se encuentran en huelga, por sus críticas a la contratación de empresas de trabajo temporal en el ente público.

“Nadie está a salvo”

En el acto se advirtió que “nadie está a salvo de la precariedad” y que en la misma situación que las camareras de piso están los “cocineros, camareros, recepcionistas, socorristas o vigilantes”. “Somos trabajadores pobres, máquinas baratas de producir”, criticaron.

También denunciaron la incertidumbre de muchos empleados del sector turístico de “no saber si trabajarán mañana” y los “fraudes a la Seguridad Social que ponen en riesgo las jubilaciones”. “Estamos sufriendo la venta de nuestros derechos laborales”, concluyeron.