Jacobo Medina

Palacio de congresos: la razón por la que las cosas de palacio, no deben de ir despacio

Es curioso cómo llevamos oyendo, sobre todo en las instituciones, ese dicho que dice: “Las cosas de palacio, van despacio”. Y no soy hipócrita, conozco la administración y sí es cierto que hay procedimientos que, por mucho que uno intente acelerarlos, la propia burocracia y el ‘papeleo’ impide que se haga con mayor celeridad.

Sin embargo, no siempre es así. Y en Lanzarote tenemos muchos ejemplos de proyectos que se han alargado en el tiempo y no precisamente por culpa de la burocracia, sino por la incapacidad de alguno de los dirigentes. Uno de esos proyectos es el Palacio de Congresos, nuestra Sagrada Familia particular. Con la diferencia que la famosa basílica catalana está en construcción, y nuestro palacio está en nuestras mentes.

Además de visitar nuestra isla hermana Fuerteventura, y ver con envidia el Auditorio insular que tienen (similar al Palacio de Congresos), en Lanzarote únicamente tuvimos una cosa: un cartel anunciador, que se fue mimetizando con el rofe del suelo a medida que pasaban los años, hasta que un día se retiró.

Pero lo que se pregunta la ciudadanía es: ¿por qué tantos años para construir un Palacio de Congresos?, y la pregunta es aún más elocuente cuando es una edificación que no solo quiere un partido político o dos, sino que, aparentemente, existe un consenso para que exista.

Lejos de falsos discursos, la realidad es una y directa: el Partido Popular ha sido la única formación política que ha trabajado para que Lanzarote tenga su Palacio de Congresos.

Para ello, nos tenemos que subir al DeLorean de Doc Brown y viajar hasta el 2009, año en el que nuestro querido Cándido Reguera, en paz descanse, ostentaba la alcaldía de Arrecife, y fue él, junto a la compañera Rita Martín en el Gobierno de Canarias, quienes trabajaron para ceder el suelo en el que iría el futuro Palacio de Congresos. 

¿Qué pasó? Que el Gobierno cambió, nos echaron y entre ese año y el 2019, período en el que el Partido Popular no gobernaba en la capital, el proyecto guardó gobijo en alguna gaveta del sótano del Consistorio. Olvidado a su suerte, y a la suerte de todos los lanzaroteños.

Afortunadamente llegó el 2019. y Astrid Pérez cogió el bastón de mando de la capital. Trabajo, trabajo y más trabajo definen la actuación de la ex alcaldesa durante su mandato, y entre todos los proyectos que se retomaron, uno fue el del Palacio de Congresos. Sacó de la gaveta este asunto e inició todo el trámite, costoso, pero lo logró.

En ese momento, yo también era vicepresidente y consejero de Obras Públicas, y firmé un documento en el que encargamos a la empresa pública Gesplan, la realización de un estudio urbanístico y de planeamiento para albergar el Palacio de Congresos a la vez que actualizábamos el proyecto.

Ahora, en apenas dos meses, y con la alcaldía de Yonathan de León, y el Partido Popular en el gobierno del Cabildo, hemos conseguido que se culmine el procedimiento de cesión del suelo por parte del Ayuntamiento de Arrecife, para caminar hacia el futuro Palacio de Congresos.

Desde el Cabildo estamos deseando recibir el suelo para iniciar la Declaración de Interés Insular y además iniciar los trámites y ejecutar el proyecto de urbanización del futuro Palacio de Congresos.

Y al César lo que es del César, y los únicos avances que han habido en relación con el Palacio de Congresos ha sido con la presencia del Partido Popular en los gobiernos. ¿Y cómo es posible? Con trabajo. Porque es la única manera de demostrar que a veces, las cosas de palacio, no deben de ir despacio.

 

 

* Vicepresidente y consejero de Obras Públicas del Cabildo de Lanzarote

 

Comentarios

Jacobo, la expresión de que las cosas de palacio van despacio hace referencia a que los asuntos delicados requieren prudencia y precaución.
Qué mania con llamar palacio a todo. Palacio de Deportes, Palacio de Congresos... cualquier día le cambian el nombre al Cabildo y lo llaman Palacio de Lanzarote, con el rey Oswaldo en la poltrona y la línea de sucesión endogámica a su derecha. Horteras!

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