¿Cuál tranquilidad?
En un momento “dorado” el amigo del narco Marcial va y dice que “los españoles tienen derecho a salir tranquilos a la calle”. Lo dijo Alberto Nuñez Feijóo pocas horas antes de que su partido, el PP, hundiera esta semana en el Pleno del Congreso de los Diputados el inicio de la tramitación para modificar la Ley de Extranjería, una modificación que obligaba a las comunidades autónomas españolas a ayudar a otras regiones como Canarias en la acogida de menores inmigrantes que llegan a las costas en embarcaciones precarias. Sus socios en esta cruzada antirreformista fueron Vox y Junts per Catalunya, que también votaron en contra.
Tendencioso que el presidente y líder del principal partido de la oposición establezca una relación directa entre inmigración y delincuencia, y tiene jeta además que lo haga precisamente una persona que paseaba en yate junto al narco Marcial Dorado, sentenciado por la Justicia por delinquir.
Claro que el fenómeno migratorio preocupa a España y toda Europa, sobre todo al Archipiélago canario que atiende ahora a seis mil niños y niñas vulnerables, y más preocupación para Canarias que acaba de recibir un tremendo varapalo a su llamamiento a la solidaridad nacional.
Sin embargo, las principales preocupaciones del conjunto de la sociedad española son, en su orden, los problemas políticos en general, así lo considera un 23 por ciento de la población; la falta de vivienda o su excesivo coste de compra o alquiler, 21,2 por ciento; y en tercer lugar para el 19 por ciento de la población el principal problema es el desempleo, según los resultados del último estudio publicado en junio por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
¿No deberían preocuparse más el Gobierno de España, la oposición y los gobiernos de las Comunidades Autónomas porque hoy la principal preocupación de los españoles sean sus riñas políticas que frenan avances?, o ¿no deberían preocuparse más porque el 83,6 por ciento de la población opine que no todos tenemos las mismas oportunidades para acceder a una vivienda? Esto sí que causa mucha intranquilidad, pero es más fácil echar mierda a la inmigración sin hacer Europa los esfuerzos suficientes en los países africanos con quienes existe una deuda histórica por la mamanza de su riqueza y la explotación forzada de su mano de obra.
Aparte de dejar por el suelo y desoír a sus compañeros del PP de Canarias, que junto a Coalición Canaria forman el Gobierno regional que suplicaba a gritos la reforma de la Ley de Extranjería, tan desafortunado fue el argumento y destape de Feijóo copiando el discurso xenófobo de Vox, aunque ya lo había hecho en las campañas de las elecciones catalanas y europeas, con la diferencia que ahora lo hizo en el ámbito del debate legislativo y no en un periodo efectista de búsqueda de votos, que ya encontró respuesta, indirecta, dentro de su propio partido, y no de cualquiera, del presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla.
El presidente andaluz en un debate parlamentario de su Comunidad fue a la yugular contra Vox tachando de “disparate colosal” asociar inmigración y delincuencia, pero como si fuera poco también avisó que él no iba a participar de la “cacería del inmigrante”, recordando con cifras que del total de delitos cometidos en Andalucía en 2023, “solo” fue responsable el 7 por ciento de personas migrantes. Lo escuchó Vox y también lo habrá escuchado Feijóo.
Para los barones del PP como Moreno Bonilla, que quieren marcar distancias entre la derecha moderada que dicen que representa el PP y la derecha ultra de Vox de cara a la disputa del espacio de derecha en España, Feijóo se ha metido en un ‘fregao’ difícil de justificar teniendo en cuenta la situación de alarma que vive y seguirá padeciendo Canarias y la postura de los propios conservadores en las Islas. La xenofobia no tiene justificación ninguna y menos por rédito político y un puñado de votos. Quedaron señalados por la insolidaridad.
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