“La batalla contra el puerto en Berrugo hizo que saliera toda la corrupción”
“La corrupción no está en lo más bajo, sino en lo más alto: en la Justicia, en Hacienda, en el Registro... Ahí empieza, aunque luego paga el infeliz, el que no sabe lo que dicen los papeles”. De papeles ha aprendido mucho Santiago Medina, (Berrugo-1937) a pesar de manejarse mejor con la madera. Cuando empezaron las obras del puerto Marina Rubicón, hace casi veinte años, comenzó a protestar, se unió a Foro Lanzarote y fue presidente de la asociación ecologista El Guincho, un mundo que no conocía.
Hace muchos años que Santiago no se acerca a la que fue la casa de su familia, donde nació, donde nacieron los tres hermanos más jóvenes de una familia de diez. No se quiere deprimir. La confesión del ex alcalde de Yaiza, José Francisco Reyes, aceptando que dio la licencia del puerto deportivo de forma ilegal y que los dueños del puerto no le cobraban por el atraque de su barco, un ahorro de 60.000 euros, ha vuelto a traer aquellos días al presente: los días en que la playa de Berrugo dejó de ser playa y perdió su nombre, y en que la familia Medina perdió su casa.
No fue de un día para otro: “Honorio (García Bravo, ex alcalde de Yaiza) empezó con la urbanización de aquello con Castillo del Águila y Parador Vista de Lobos”. Desde mediados de los años ochenta. “Nunca hablaron con nosotros, decía que éramos una cueva de socialistas”. “Honorio encargó un informe que decía que mi padre estaba en esa casa sólo en calidad de encargado de las salinas; hizo el informe que le convenía”, dice Santiago.
Pero el padre de Santiago empezó a vivir en esa casa, que ya estaba construida, antes de que existieran las salinas, en 1905. Berrugo era puerto de embarque de productos agrícolas y de “piedra cal y piedra barrilla”. “Mi padre fue de ‘listero’ en 1905, luego fue a hacer las salinas de Janubio y después volvió, con Ginés Díaz, en 1921, para hacer las de Berrugo y se quedó como encargado, pero la casa nunca estuvo en las salinas”, cuenta. Su padre murió allí y él se mudó a Arrecife en 1978. Después de unos años de abandono, volvieron a la casa. “Era el punto de encuentro de toda la familia, toda la familia se conoció allí, había una vinculación muy grande... Tengo tres hermanos con demencia que no se acuerdan del nombre de sus hijos pero si les preguntan dónde viven, dicen que en Berrugo”.
La especulación, los apaños sobre casas o terrenos, no eran nuevos en Playa Blanca. La época en que García Bravo fue alcalde fue fructífera (para algunos). Medina recuerda que llegó un tal Lozano desde Las Palmas y compró unas casas viejas al lado del Brisa Marina, pero Honorio no le dejó fabricar. Días después apareció en Las Palmas Domingo Rodríguez, el mismo que se hizo con la subasta, anulada por la Justicia después, de los terrenos de Las Coloradas. Le dijo que se las vendía pero que le tenía que decir la verdad, que ahí no se podía fabricar. La verdad era que sí se podía fabricar pero que dependía de quién fuera el propietario.
“Hacían expedientes de dominio y lo sabía todo el pueblo y hasta que lo metieron en la cárcel lo siguieron votando”, dice Medina. Una historia que se repitió después con Reyes, el aprendiz. “Cuando Honorio entró de alcalde estaba arruinado y siendo él alcalde hizo planes parciales a nombre de sociedades suyas, donde está el Lanzarote Princess”. “Ahora se habla de la corrupción pero la ha habido siempre”, dice, y asegura que el puerto, la batalla contra el puerto, “es lo que ha hecho flotar la corrupción, que saliera todo, porque nos obligó a salir a la calle, al Foro Lanzarote y a las manifestaciones”.
Medina no ha vuelto a ir a la casa de Berrugo, donde nació: “A mí, hoy, me dan a elegir entre la casa o limpiar el mar y prefiero que desocupen el mar, que lo limpien, antes que la casa”
“A nosotros lo que nos levantó fue ver que estaban echando tierra al mar, y siempre pensamos que la Justicia nos iba a dar la razón”, asegura. “A mí, hoy, me dan a elegir entre la casa o limpiar el mar y prefiero que desocupen el mar, que lo limpien, antes que la casa”. Porque en esa bahía, dice, estaba toda su vida “y toda la historia de los marineros de Playa Blanca”, que se subían al Castillo, y en cuanto saltaban los delfines, que agrupaban el pescado, se echaban a los botes para pescar. En esa bahía había de todo: pulpo, morena, vieja… “Si me acuesto en la noche y me da por soñar que voy con el barco con el mirafondo en la mano, veo todas las peñas que había debajo”, dice Santiago.
“¿Cuántas veces estuvo el Puerto en el Juzgado y ahora dicen que es ilegal?”, se pregunta. Recuerda que “pararon las obras y volvieron porque decían que venía mal tiempo y podía ser peor”. “También decían que había que hacer el puerto por los puestos de trabajo, y ¿dónde están los puestos de trabajo, si hay más paro que antes?”.
También recuerda que en el Gobierno de Canarias estaba Román Rodríguez y en el Ministerio estaba Matas, “y mira cómo ha acabado”. Cree que ahora la Fiscalía debería actuar “y llamar a todos los que sobornaron” por licencias en Yaiza. Si al final se declara ilegal el Marina Rubicón, cree que no va a pasar nada: “Para mí, lo suyo sería que lo limpien, que lo quiten de ahí, pero como eso no va pasar, que se lo quiten a sus dueños y hagan un puerto público”.
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1 Compañero Vie, 14/04/2017 - 09:20
2 Compañero Vie, 14/04/2017 - 09:22
3 Gurfín Vie, 14/04/2017 - 10:59
4 Antonio Jorge T... Vie, 14/04/2017 - 12:13
5 ciudadano Vie, 14/04/2017 - 14:57
6 Zonzamas Vie, 14/04/2017 - 17:01
7 lolo Vie, 14/04/2017 - 21:32
8 Nana Vie, 14/04/2017 - 23:47
9 lola Sáb, 15/04/2017 - 07:01
10 lola Sáb, 15/04/2017 - 07:01
11 K Sáb, 15/04/2017 - 10:49
12 anón Sáb, 15/04/2017 - 14:03
13 adosinda Sáb, 15/04/2017 - 15:37
14 neptuno Sáb, 15/04/2017 - 19:25
15 Zonzamas Dom, 16/04/2017 - 01:47
16 Gonzalo Dom, 16/04/2017 - 11:17
17 Gurfín Mar, 18/04/2017 - 08:42
18 al 5 Mar, 18/04/2017 - 10:42
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