CULTURA

Viaje al centro de la regla

Mariajo Tabar e Íñigo Franco publican ‘Querida monstruación. Diario de una exploradora en el país de las hormonas’

Saúl García 2 COMENTARIOS 12/08/2023 - 08:02

“Pedagógico, didáctico, ilustrativo, entretenido y valiente”, dice un lector. “Para las que nacimos en los 80, especialmente mujeres, es un viaje en el tiempo entrañable, algo canalla, didáctico, pero sobre todo reivindicativo. Expresa sin tabúes el choque cultural, religioso y la explosión del desarrollo femenino; las inseguridades y mensajes contradictorios con los que tuvimos que lidiar hasta la adultez (…) y cómo tuvimos que definir, a título individual, cómo queríamos vivir nuestro cuerpo y sus procesos naturales. Me llevo aprendizaje y risas a carcajadas”, dice una lectora, y otra completa así: “No podemos desconectar de nuestro cuerpo, de menstruar, de hormonar, de expresar emociones... Nos queda camino aún por recorrer para ser mujeres independientes de forma económica, emocional y sexual. En ese camino, libros como este nos liberarán un poco más”.

Son algunos de los mensajes que ha recibido la autora de Querida monstruación. Diario de una exploradora en el país de las hormonas, un libro que se ha cocinado a fuego lento, como todo lo que hace su autora, pero con la llama precisa. Mariajo Tabar es una lanzaroteña de Pamplona, “juntaletras”, dice ella, escritora y periodista, amiga de la ciencia y de las palabras y compañera de estas páginas.

Escribió el texto hace diez años, cuando cumplió los 33, una edad ideal para la crucifixión, pero también para que aparezca “la llamada de la tribu” en un terreno abonado para la duda. “Estaba más sensible a las fluctuaciones emocionales, había decidido no tener hijos, pero de vez en cuando, en la ovulación, se abría una ventana de enajenación y pensaba: esto no me afectaba antes”, explica.

Ante cualquier duda, lo mejor es ponerse a escribir, y eso es lo que hizo. Lo empezó, lo terminó y lo guardó, pero entre medias lo leyó Íñigo Franco. “A mí me encantó -dice Franco- porque me gustan mucho las historias autobiográficas, sinceras, y le dije que quería hacer las ilustraciones”.

“Ella tenía claras algunas de las ilustraciones -sigue diciendo- que quería, como una de la pachamama echándole la bronca o haciéndole una peineta a Magneto mientras pasa una ballena por detrás, pero también me dijo que tuviera libertad para hacer otras”.

Se lo tomó al pie de la letra y dibujó 40 ilustraciones que le regaló por su 40 cumpleaños. Los dibujos están hechos con acuarela donde predominan los colores cálidos como el carmín o rojo cereza. En eso no tuvo muchas dudas el ilustrador, que tuvo alguna más para definir el aspecto de la propia autora convertida ya en protagonista. Se movió entre el realismo y la caricatura y acabó por optar por una cosa intermedia, por un equilibrio como el que hay en el propio texto entre el drama y la comedia.

El ilustrador, que también es cortometrajista. por cierto, acaba de presentar otra novela gráfica, ¿Y si sale mal?, y es autor, también de No con tu hija, que recibió el Premio Diario de Avisos al mejor guión de humor. Así que el texto se empezó a convertir en un libro ilustrado o en una novela gráfica, o en “un librito”, según la autora, que también dice que es “un fin y un medio” para divulgar, pero también para hablar de otras cosas: de igualdad, de economía (por los impuestos, ya reducidos, a productos como tampones o compresas) de educación (porque por la regla se pasaba de puntillas o no se explicaba, directamente) y de otros temas que aparecen en el libro.

Cada capítulo es una parte del ciclo menstrual. Lo protagoniza la autora, junto a sus amigas, que empieza siendo una niña de diez años a la que le baja la regla y acaba siendo una mujer de 33 años. “Ahora se han publicado muchas más cosas sobre la regla que hace diez años, cuando lo escribí”, dice, pero es un asunto que sigue siendo un tabú.

Ya han pasado unos cuantos años desde que la NASA preguntara a la astronauta Sally Ride si cien tampones eran suficientes para seis días en el espacio, pero no tantos como para que Google siga contestando a la menstruación con páginas de clínicas de fertilidad, así que el tema sigue siendo pertinente.

El libro combina la historia personal, las anécdotas y el humor con el rigor científico. “Para una vez que escribo algo que no es de encargo...”, dice la autora. Para publicarlo acudieron a Ediciones El Drago y, antes de eso, a 140 personas que ejercieron un padrinazgo preventivo (o previo). Un crowdfunding. El libro, “el librito” se puede encontrar en El Puente, Cerelan, Diama y La Madriguera, pero también en librerías de Madrid, La Palma, Tenerife, Gran Canaria o Málaga. En septiembre está previsto un acto acompañado de exposición de los dibujos en el Bar Asturias.

La editorial destaca este pasaje: “Los libros decían que menstruar era una cosa muy natural, pero la vida diaria me gritaba constantemente otro mensaje: las chicas con la regla teníamos que ser divinas y recatadas. Nos vendían mochilas con compartimentos “discretos” para productos de higiene “íntima” y si un chico te veía con un tampón en la mano, te señalaba como si estuvieras sujetando la polla incorrupta de un santo polaco. La sociedad veía la regla como una cosa desagradable que las ‘afectadas’ debíamos camuflar de la forma más eficaz posible”.

Lo define como “un viaje por el organismo y la vida emocional de una niña de 10 años que acaba de entrar en la edad fértil, la bitácora de una adolescente que explora su ciclo menstrual para comprender mejor su cerebro y su sitio en el mundo. Un libro sobre lo gracioso que es ser mujer y tener la regla en un mundo católico neoliberal”.

Comentarios

Ojo con los tampones. Incluso si te los cambias con la frecuencia recomendada, cabe la posibilidad de un shock tóxico debido a toda la mierda que le echan. Hay mujeres que han muerto por esto. Pocas sobreviven y solo tras amputaciones varias. No es "la polla incorrupta de un santo polaco"; es el pastuño de satanás.
Felicidades por el libro.

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