La Audiencia Provincial de Las Palmas juzgará la próxima semana a seis personas de nacionalidad rumana por pertenecer a un grupo criminal dedicado a robar joyerías en Lanzarote. Se les acusa de delitos de robo con fuerza en las cosas e integración en organización criminal de carácter internacional.

Cada uno de los miembros de la banda se enfrenta a penas de hasta seis años de prisión por un delito continuado de robo con fuerza y otros dos años por pertenencia a grupo criminal. Se les acusa de haber asaltado tres joyerías en Puerto del Carmen y robado joyas por valor de cinco millones de euros.

La detención de los acusados, pertenecientes a un clan familiar con base de operaciones en Rumanía donde se recuperó parte del botín, se llevó a cabo a través de la operación Kalax II, llevada a cabo en julio de 2018 por el Equipo de Crimen Organizado de Canarias perteneciente a la Unidad Central Operativa (UCO) y la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Comandancia de Las Palmas.

Las diversas joyas sustraídas fueron saliendo de la Isla de manera escalonada, a fin de no ser descubiertos, portándolas los propios acusados, según el escrito de la Fiscalía. Tres de los acusados fueron sorprendidos cuando pretendían abandonar la isla de Lanzarote el día 22 de junio de 2018, en un vuelo con destino a Barcelona, en tránsito dirección a Rumania. En el equipaje dos de las detenidas portaban joyas sustraídas en la noche del 17 de junio de 2018 en la Joyería Santos en Puerto del Carmen, robo que el propietario había valorado en 4,7 millones de euros.

También se emitieron dos órdenes europeas de detención del resto de la banda, entre los que se encontraba el cabecilla, en la ciudad de Constanza (Rumanía). Los registros domiciliarios llevados a cabo en esa ciudad permitieron recuperar parte de los efectos sustraídos.

Las pesquisas se iniciaron después de que el pasado 8 diciembre de 2017 se produjera un robo con fuerza en una de las joyerías que un conocido grupo empresarial tiene en Lanzarote,  mediante el método del butrón, en la que se sustrajeron una gran cantidad de relojes y piezas de joyería de alta gama valorados en 540.000 euros.

A raíz de este robo, la Guardia Civil comenzó una investigación denominada Kalax I. Aunque en un primer momento no se pudo precisar la autoría del hecho, el 8 de junio de 2018, en otra joyería del citado grupo empresarial se produjo otro robo con el mismo modus operandi, en el que esta vez los ladrones se hicieron con un botín de 4.700.000 euros en diversas piezas de joyería, diamantería y relojes de alta gama. Debido a los indicios que relacionaban ambos hechos con la organización criminal ahora desarticulada, dio comienzo la operación Kalax II.

Además, los investigadores pudieron relacionar a esta organización con otro robo cometido con idéntica naturaleza el 24 de marzo de 2018 también en Lanzarote, sustrayendo esta vez un motín de joyas y relojes valorados en unos 40.000 euros.

Esta organización criminal, integrada por personas de nacionalidad rumana, era especialista en la comisión de este tipo de hechos, y estaba conformada por profesionales con alta preparación, que se reparten tareas especificas para la perpetración de robos de gran entidad, preferentemente en joyerías. Se ha constatado que suelen actuar en todo el territorio de la Unión Europea, no descartando su relación con hechos similares acontecidos en otros países.

Los investigadores encontraron que algunos miembros de esta organización criminal ya habían sido detenidos años atrás en otros países europeos como Alemania e Italia. En este  último país fueron apodados como ‘La banda del Buco’ (La banda del agujero), por un robo que perpetraron en la ciudad de Alessandria (Italia) de las mismas características al cometido en Lanzarote.

Modus operandi

Del estudio de la actividad delictiva de la organización criminal en cuestión se determinó que parte de los componentes se trasladaban inicialmente al lugar donde se iban a cometer los lícitos penales, con el fin de preparar el robo y estudiar el objetivo, analizando bien como acceder al negocio. A las pocas horas de haber cometido el robo, los autores realizaban una operativa de salida escalonada utilizando diferentes rutas, sin realizar contacto alguno entre ellos, quedando únicamente en Lanzarote un miembro de la organización que custodia el botín y organiza el transporte de los efectos robados a Rumania a través de otros miembros de la organización, “mulas” que entraban en España simulando ser turistas.