La Asociación de Mujeres por y para el Barrio de Altavista cumple un año, suma más de 80 integrantes y entre sus principales reivindicaciones está recuperar la obra abandonada de la residencia de Cruz Blanca
Mujeres para transformar Altavista: el colectivo AMBA pide una salida para la residencia paralizada
La Asociación de Mujeres por y para el Barrio de Altavista cumple un año, suma más de 80 integrantes y entre sus principales reivindicaciones está recuperar la obra abandonada de la residencia de Cruz Blanca
Saro, Pino y Magdalena son tres componentes de las más de 80 que conforman la Asociación de Mujeres por y para el Barrio de Altavista (AMBA). Un colectivo que ha cumplido ya un año de actividad y que nació fruto de una simple conversación. Este grupo incansable de mujeres no ha parado de tocar las puertas de las instituciones públicas y proponer siempre en positivo, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de un barrio que en 2025 cumple ya 70 años de existencia, cuando vecinos procedentes de Haría fundaron la barriada con el nombre de los harianos.
“La asociación surge a raíz de ver lo que antes era una obra y ahora se ha convertido en un vertedero en medio del barrio”, comenta la presidenta Saro González. Precisamente, recuerda cómo en una conversación con una amiga sobre el proyecto de la residencia de la Cruz Blanca se acordaban de aquellas personas mayores que han ido falleciendo con el paso de los años y cuyo mayor anhelo era la finalización de ese equipamiento social. “A partir de aquella conversación, empezamos a hablar unas con otras y así somos ya más de 80 las integrantes de la asociación”, presume la presidenta.
La primera acción del colectivo fue de carácter social: una situación que se tuvo que trasladar a los Servicios Sociales de Arrecife. Tras esto, comenzaron a tocar la puerta del Ayuntamiento para comunicarle los problemas del barrio. “Aportando ideas, no protestando”, matiza la antigua edil del Ayuntamiento capitalino. A su vez, Pino Hernández, la vicepresidenta de AMBA, señala que han intentado ponerse en contacto, sin éxito por ahora, tanto con el presidente Fernando Clavijo como con el vicepresidente Manuel Domínguez, y la consejera autonómica de Bienestar Social, Candelaria Delgado, para buscar una solución al que consideran el principal problema que “ocupa y preocupa” a esta asociación: la obra inacabada de la Cruz Blanca.
Lo que iba a ser hace 15 años, cuando se colocó la primera piedra, una residencia de mayores con 80 habitaciones, se ha terminado convirtiendo en un foco de suciedad y peligro, como denuncian desde el colectivo vecinal. Las obras se paralizaron al poco tiempo por falta de financiación. Ya en aquel entonces se apuntaba a la necesidad de contar con siete millones de euros. Los trabajos empezaron, pero los recursos económicos no estaban garantizados.
El estado de la edificación, a medio construir, no ha generado sino problemas y se ha convertido en un foco de suciedad que ocupa una parcela mal vallada de más de 3.600 metros cuadrados, en una pieza de suelo estratégica para el barrio, entre la parroquia de San Antonio María Claret y el parque. “De una obra a un vertedero, es algo que no se puede permitir en medio de un barrio”, denuncian desde AMBA.
En febrero del año pasado, unos tres meses antes de las últimas elecciones, se presentó la que parecía iba a ser la solución definitiva: la obra se convertiría en un edificio gestionado por Cáritas, que serviría tanto como residencia para mayores, centro de día, centro de empleo y para personas sin hogar. A la presentación del proyecto asistió el obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos, la entonces consejera regional de Bienestar Social, Noemí Santana, y las máximas responsables del Cabildo y el Ayuntamiento. La inversión necesaria se estimaba en ocho millones de euros.
Pino subraya que se han “movido” en Lanzarote para tratar de buscar una solución, que pasa, en opinión del colectivo vecinal, por el desarrollo de “un centro social” que dé respuesta a “todas aquellas necesidades” de la población de Arrecife, sin olvidarse de las específicas que tienen los residentes en el barrio. En la zona, lamentan desde AMBA, viven personas “en malas condiciones”. También denuncian que albergar este “vertedero” en pleno corazón del barrio supone un peligro tanto para mayores como para niños. Sin ir más lejos, las miembros del colectivo rescatan un suceso impactante que ocurrió hace una década en esta obra abandonada, cuando un menor se encontró un cuerpo sin vida en el interior: “Un niño entró a recoger un balón que se le cayó y encontró el cadáver”. Una medida a corto plazo pasaría por tapiar el interior de la edificación, pero no dejaría de ser un parche.
Hace 15 años se inició la residencia, convertida ahora en un “vertedero”
Desde la Asociación de Mujeres por y para el Barrio de Altavista señalan que el Cabildo, a través de las Áreas de Bienestar Social y Obras Públicas, está en disposición de “aportar un millón y medio de euros para que se comience a trabajar en el proyecto, para que la Diócesis de Canarias y Cáritas, los dueños del terreno, empiecen la obra”, comenta la presidenta del colectivo. Por su parte, Pino Hernández añade: “Nos hemos reunido tanto con el vicepresidente Jacobo Medina como con el consejero Marci Acuña por separado y de forma conjunta, aportamos nuestras ideas y nos trasladaron que iban a ayudar en lo que fuese necesario. Hay predisposición para ayudar”.
Es importante matizar que las instituciones “simplemente van a colaborar”. La pelota está ahora en el tejado de Diócesis de Canarias y de Cáritas Diocesana, que son “quienes tienen que dar el paso, buscar la financiación y comenzar la obra”, resalta Saro, quien insiste en que se debería comenzar lo antes posible. Este pasado mes de septiembre, la asociación pudo mantener un encuentro con la Diócesis, que cuenta con varios locales alquilados en Arrecife y, con el nuevo centro, podrían centralizar todas sus actividades.
Suciedad en las canchas deportivas.
Colaboración
En la asociación no solo mantienen el pulso reivindicativo con el fin de mejorar los equipamientos del barrio, sino también dinamizarlo. “Organizamos actividades como el Día de Canarias o las Navidades y, de hecho, ya estamos preparando las de este año, con un día, en el parque, para que vengan las familias”, explica Saro.
AMBA colabora tanto con el CEIP Los Geranios como con el IES Altavista. La vicepresidenta de la asociación explica que está tratando de que en los centros educativos se oferten clases de español para aquellas personas que lo necesiten, pues al final, dice, Altavista es “un barrio multicultural”. Otras propuestas del colectivo que se han presentado son el denominado “camino seguro al colegio”, con pasos elevados para reducir la velocidad de los vehículos en las zonas aledañas al centro de educación infantil y primaria. “Lo que nos piden los vecinos”, resumen.
El colectivo vecinal pide que la Diócesis dé “el paso” y busque “la financiación”
Entre las iniciativas que han impulsado se encuentra la zona comercial abierta, que une los barrios de Titerroy y Altavista, además de propuestas para calles del barrio, como la plantación de árboles, pasos de peatones y acondicionamiento de vías, para que las personas con movilidad reducida puedan transitar sin ninguna dificultad.
La presidenta del colectivo adelanta con ilusión la más reciente propuesta realizada al Ayuntamiento: un homenaje a la mujer comerciante. “Se trata de reconocer a esas mujeres de hace muchos años que se hacían cargo de las tiendas. Antes siempre estaba, por ejemplo, la tienda de Chano, pero era su mujer la encargada de llevarla. Eran las que, por ejemplo, cuando llegaba la Navidad, se encargaban de que aquellas familias que no tenían para comer pudieran tener esa cena y ese detallito. Gracias a esas mujeres se ayudó a muchísimas familias en el barrio”, resalta.
Entre las ideas que manejan “en positivo”, se encuentra dinamizar con actividades el parque de Altavista o el grupo de teatro que comenzó el curso pasado, gracias a la colaboración de las profesoras de teatro y música del CEIP Los Geranios. Contaban con ocho personas, “no eran muchas, pero la calidad era muy buena”, presume Pino. Llevaron a cabo dos obras que fueron “muy originales”, en mayo y en Navidad. “Vamos a seguir en esa línea, haciendo cosas con la gente joven”, adelanta la vicepresidenta de la asociación.
El parque del barrio carece de espacios con sombra.
Carencias del barrio
Entre algunos de los déficits del barrio, destacan la carencia de zonas de sombra en el parque, así como la recogida de aguas pluviales. “Hay muchas calles que se inundan cuando llueve”, denuncia Pino, que pone el foco en la falta de mantenimiento de los imbornales. “También hay mucha gente que se queja de las tapas de las alcantarillas, que no están bien colocadas y hacen mucho ruido”, señala.
Por su parte, Magdalena resalta que los contenedores de basura “siempre están llenos” y que en ocasiones la falta de civismo de los vecinos provoca que se encuentren con objetos fuera del lugar al que deben ir. “Por ejemplo, me acabo de encontrar una maleta tirada en el suelo. También se tiran colchones... La gente debe concienciarse, hay un servicio de recogida de enseres, que es gratuito y te los recogen en la puerta de casa”, apunta, al tiempo que recuerda que el punto limpio municipal abre los fines de semana. “No todo el mundo tiene coche, pero para eso tienen el número de teléfono gratuito. Así podremos tener un barrio más limpio para todo el mundo”, resalta.
Magdalena indica que la asociación tiene un grupo de WhatsApp donde comparten las diferentes deficiencias que aprecian en el barrio. “Cuando vemos algo lo ponemos ahí y contactamos con el Ayuntamiento o directamente con el alcalde para que mande a arreglarlo. Al final, los políticos no pueden verlo todo y somos los vecinos los que tenemos que decir si algo está mal”, señala.
Al margen del contacto por la aplicación de mensajería también se reúnen de forma presencial. Por norma general, lo hacen o bien en Tinasoria, en un espacio dentro del local de la Tercera Edad de Altavista o en la iglesia. Sin embargo, se está gestionando la posible cesión de un espacio que dispone el Ayuntamiento en el barrio. “Primero habría que acondicionarlo”, matiza la presidenta. Uno de los caballos de batalla es que el barrio cuente con “un lugar de encuentro para la gente joven”, resalta Pino, quien recuerda que Altavista no tiene un centro socio cultural público que sirva para fomentar la integración en el barrio.
Comentarios
1 El vijilante Mar, 15/10/2024 - 09:13
2 Lola Lun, 21/10/2024 - 23:00
3 aguitadeko0ko Mié, 23/10/2024 - 08:39
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