Manrique se instala en La Mareta
Presidencia del Gobierno solicitó el traslado de la obra de César ‘Fósil 1’ a la residencia de La Mareta, donde Pedro Sánchez y su familia han podido disfrutarla
El cuadro de César Manrique Fósil 1 está de visita en La Mareta. Esta obra, junto a otras joyas del arte canario, permanecía en los fondos del Palacio Real de Madrid. La pintura fue el regalo que el Gobierno de Canarias hizo a los entonces Príncipes de Asturias con motivo de su boda y pertenece a Patrimonio Nacional.
Quizás la suerte quiso que en una misma exposición temporal, en el Palacio Real de Madrid, coincidieran las obras de varios artistas canarios: Manrique y Chirino compartieron incluso la misma sala. Y así llegó lo inesperado: una lámpara de esas gigantes, de esas que se imaginan en cualquier espacio grandilocuente, iluminaba la estancia y de pronto en una pared apareció el cuadro de César Manrique titulado Fósil 1.
Sobre un fondo oscuro, oscuro como el rofe, destaca la figura evocadora de un pez: grande, amarillo, sugerente, de otro mundo. Pertenece a la serie Fauna Atlántica, y basta un ligero parpadeo para descubrir la autoría de esta pieza. Una pintura de César Manrique que fue el regalo que el Gobierno de Canarias, que presidía Adán Martín, hizo a los entonces Príncipes de Asturias con motivo de su boda en mayo de 2004.
Meses después esta pieza fue entregada a Patrimonio Nacional. Y no fue el único regalo que recibieron. Justo en esa misma estancia del Palacio, como mirando de reojo, llama la atención la escultura de Martín Chirino: Lady Salinas de Lanzarote II.
Esta coincidencia destapó el tarro de las esencias, apareció como un vapor que abraza, una especie de orgullo al ver en este escenario a dos artistas canarios que hacían referencia a la misma isla. La escultura de Chirino también fue el regalo que recibieron los Príncipes por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
El paseo por esas salas en las que se ofrecía una muestra de las joyas de arte contemporáneo que posee Patrimonio Nacional deparó más sorpresas. En otra estancia, aún más grande aparecía otra obra impresionante, cautivadora, y muy reconocible, Objeto Negro, del gran Manolo Millares. Esta pieza fue adquirida por el Estado en 1987 y pertenecía a la colección privada de Elvireta Escobio.
La obra fue el regalo que Canarias hizo a los actuales Reyes por su boda
El arte canario se hace un hueco en los fondos más ilustres de Patrimonio Nacional. Y a veces, los sacan de estos armarios y los muestran. Fue una suerte poder contemplar en una misma exposición, que se celebró hace algún tiempo, a estos genios, compartiendo espacios, lámparas y las miradas de los visitantes que se quedaban perplejos ante las obras.
Patrimonio Nacional tiene tal cantidad de joyas que una gran parte de estos tesoros permanecen bien custodiados en grandes almacenes y lo que suele ocurrir es que estas piezas rotan sus destinos por los distintos palacios, residencias y centros de arte que solicitan su préstamo.
La escultura de Chirino parece mirar de reojo a la obra de César Manrique.
Manrique vuelve a casa
En el caso de la pintura de Manrique, esta obra ha sido trasladada a la residencia de La Mareta a petición de Presidencia del Gobierno. Esto supone que Pedro Sánchez y su familia han podido disfrutar de la obra de César Manrique, algo que pudieron seguir haciendo por lo menos este verano.
Resulta paradójico que, de esta manera, aquel regalo que recibieron los entonces Príncipes de Asturias, con motivo de su boda, haya regresado a sus orígenes, al punto de partida, a ese lugar en el que Manrique ideó esa obra, y a escasos metros de su casa en Tahíche.
En el caso de la escultura de Martín Chirino también ha rodado bastante. Son piezas de un valor y una singularidad que las hace rotar, salir de viaje, con facilidad. Desde Patrimonio Nacional aseguran que esta escultura con nombre lanzaroteño estuvo un tiempo en el Palacio de la Zarzuela.
Obra de Manolo Millares en una pared del Palacio Real.
La realidad es que el arte canario se maneja bien por los distintos museos. Sólo hay que visitar el Reina Sofía, y estar atentos, porque estas joyas de Patrimonio pueden volver a aparecer en otra estancia, de esas con largos pasillos, con alfombras hechas con hilos de oro, o con tapices que superan el millón de euros y que estos días pueden verse en las recién inauguradas Galerías de las Colecciones Reales, un auténtico oasis en el que resulta divertido tratar de perseguir los rastros que Canarias ha dejado en algunos cuadros, en varios tapices, y con la ilusión de poder ver nuevamente en una nueva exposición temporal sobre arte contemporáneo a obras de estos genios insulares, reconocibles con un solo parpadeo.
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