MEDIO AMBIENTE

Las obras en el barranco de Temisa, al Seprona y la Fiscalía

La denuncia señala que el Consejo de Aguas vierte cemento sobre una superficie lineal de 400 metros, lo que estaría afectando a la biodiversidad protegida

La ONG cuestiona la eficiencia de cementar un barranco para prevenir inundaciones. Fotos: Adriel Perdomo.
Saúl García 5 COMENTARIOS 09/03/2021 - 19:27

Ecologistas en Acción Lanzarote ha denunciado ante el Seprona de la Guardia Civil y ante la Fiscalía de Las Palmas las obras que está llevando a cabo el Consejo insular de aguas de Lanzarote en el barranco de Temisa, cerca de Tabayesco, en Haría.

La obra, que se comenzó a ejecutar a mediados de enero, se denomina ‘Encauzamiento, defensa y laminación del tramo del barranco de Temisa’, en un tramo de tan solo 400 metros.

La denuncia, según el grupo ecologista, está destruyendo las estructuras tradicionales y “de la biodiversidad protegida” en el cauce de un barranco natural en suelo rústico. El encauzamiento ha consistido en echar cemento sobre el barranco en ese tramo.

Los ecologistas cuestionan que la obra sea necesaria y que la ejecución sea el método correcto. El objetivo del proyecto es “la prevención de inundaciones y destrozos en las fincas colindantes”.

Sin embargo, según la última Revisión de la evaluación preliminar del riesgo de inundación, publicada en septiembre 2018 por la Demarcación hidrográfica de Lanzarote, este barranco, que desemboca en la playa de La Garita, no figura como una de las zonas de peligrosidad y riesgo de inundaciones.

“Tampoco se aprecian en el proyecto evidencias de antecedentes que justificaran la necesidad de transformar y desnaturalizar irreversiblemente un ecosistema donde la biodiversidad convivía con estructuras agrarias tradicionales”, señala el grupo ecologista.

El lugar donde se ejecutan las obras no es zona protegida, pero las especies que anidan allí sí lo son, y la obra se ha llevado a cabo en época de nidificación.

Son los “muros derruidos de piedra seca y la excesiva vegetación”, como se escribe en el proyecto, el lugar de nidificación de varias especies incluidas en el Catálogo Canario de Especies Protegidas de 2010, como especies de interés para los ecosistemas canarios.

Estas especies serían el alcaraván majorero, la curruca tomillera y la abubilla, principalmente, aunque en ese mismo área, durante estos meses, se pueden observar ejemplares de otras especies autóctonas como la curruca cabecinegra, el herrerillo canario o el canario silvestre.

El grupo ecologista, que se constituyó recientemente, adjunta a la denuncia un listado de las especies cuya nidificación se podría ver afectada.

En cuanto a las especies vegetales afectadas por esta obra, los ecologistas señalan la crepis canariensis y sonchus pinnatifidus.

En la denuncia se especifica que la Ley del Patrimonio Natural y la Biodiversidad obliga a garantizar la conservación de las especies autóctonas silvestres y que se deben adoptar las medidas necesarias para garantizar la conservación de la biodiversidad.

El documento ambiental del proyecto contempla las medidas para prevenir la destrucción de esas especies, que consisten principalmente en el trasplante de aquellas especies autóctonas que pudieran verse afectadas y que podrían no haberse respetado.

Antes y durante los trabajos, se debía haber realizado una inspección de las zonas afectadas para posibles puntos de nidificación de aves.

En la denuncia se señala que “considerando el trato que han recibido las especies protegidas vegetales y debido a la calidad de todo el documento ambiental, cabe expresar la duda de que haya hecho la inspección en cuestión porque si se hubiera realizado, el informe y la metodología deberían estar recogidos en el Libro de Órdenes que estaría depositado en la Oficina de obra, según lo dispuesto en la página 270 de dicho proyecto”.

“Siendo la entidad responsable de la obra el Consejo Insular de Aguas de Lanzarote, es notable que como institución pública no haya dedicado más atención a los impactos medioambientales de la obra y su temporalización”, indica la denuncia.

Los ecologistas creen que se podría estar produciendo un delito de prevaricación administrativa 

Según indica el proyecto, la justificación de las obras reside en que el barranco presenta un estado de deterioro debido al abandono de la actividad agrícola y “como consecuencia de ello, a falta del mantenimiento de las infraestructuras hidráulicas, se puede observar un curso irregular del barranco que dificulta el flujo de la escorrentía debido a una excesiva vegetación, muros derruidos y otros elementos que dificultan un adecuado funcionamiento del cauce”.

“En estas condiciones, el barranco puede suponer un peligro de inundaciones en el caso de grandes lluvias, especialmente debido a la cercanía de núcleos urbanos e infraestructuras”, se añade.

“Asimismo, el mal estado del lecho hace intransitable el mismo, impidiendo que se pueda emplear como vía de acceso a las fincas y también que se pueda usar como sendero para caminantes”, se agrega.

El proyecto considera que la incidencia medioambiental que tiene la actuación es poco significativa. La denuncia del colectivo ecologista considera que hay afirmaciones que carecen de rigor, ya que la vivienda más cercana se encuentra a 500 metros de la zona de obras, a treinta metros del cauce y a una cota de cuatro metros por encima de la rasante del barranco.

“En estas condiciones es difícil que se produzca la inundación de los núcleos urbanos”, señalan. Tampoco se observa abandono en las parcelas colindantes con el barranco y los muros de piedras se mantienen en buen estado.

En definitiva, los ecologistas consideran que la obra no era ni necesaria ni urgente. Cuestionan, desde el punto de vista técnico, la eficiencia de cementar un barranco para prevenir inundaciones, por la falta de absorción y la posibilidad de que el agua corra más rápido.

Por otra parte, la obra se licitó en 137.000 euros y, según el portal de licitación electrónica del Cabildo, queda desierta esa licitación. Las obras las realiza, finalmente, la empresa Terra Obra Civil por casi 174.000 euros.

Los ecologistas creen que se podría estar produciendo un delito de prevaricación administrativa y piden que se lleven a cabo las comprobaciones necesarias para corregir la situación, restablecer la legalidad y sancionar a los responsables por esta obra que estaría “destrozando espacios naturales, estructuras hídricas tradicionales y un ecosistema con especies protegidas en plena nidificación”.

La obra, en imágenes

Comentarios

Es que son tan cutres en Lanzarote, que no son capaces ni de disimular ese cemento, al menos colocándo en su lugar un empedrado, que disimular ese lámina de hormigón. Lo de arrancar la vegetación ya en esta isla no me sorprende. A ecologistas en acción les pido que estén al tanto de la ampliación de la carretera de Masdache a La Vegueta, donde también morirán miles de bejeques sepultados por asfalto. Las obras son necesarias y se pueden hacer bien, no como la actual consejería de Jacobo Medina, el cual se limita a llenar la isla de barreras metálicas, redes metálicas en las curvas de Tabayesco por el desprendimiento de 4 piedras (desprendimientos que en otras islas darian risa). La ignorancia de los políticos de Lanzarote.
Creo que han tardado demasiado en actuar, creo que se debe actuar antes de, incluso presentarse en el Cabildo y Ayuntamientos, y solicitar las obras previstas, para no actuar, sin ver las necesidades básicas, y sobre todo para comprobar su legalidad, ahora no es tarde, pero si es imposible solucionar ese problema, porque será paralizada la obra, serán multados, pero el cemento quedará ahí, tengan en cuanto que esa carretera lleva como tres a cinco años cerrada al tráfico, algo está pasando ahí.
El agua correrá por debajo del cemento, se llevará la tierra, y luego habrán hundimientos del cemento que puede causar daños en personas y vehículos. Consulten con cualquier ingeniero de caminos.
¿a que finca de algún político del Cabildo llevará esa carretera?, ahí lo dejo
Un sinsentido absoluto, especialmente cuando hay un camino que corre paralelo al barranco a unos metros más de altura. Una verdadera pena, ya que ese barranco (perfectamente transitable para caminantes) es una preciosidad.

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