La pesca del atún sobrevive en Lanzarote: seis barcos dan trabajo a unas 350 personas
Andrés Cedrés, gerente de Optuna 42, consulta con su teléfono móvil dónde están sus atuneros, qué dirección llevan, cuánta carga y a qué hora atracarán en Puerto Naos, donde tiene unas instalaciones con la última tecnología.
Las cosas han cambiado mucho en el sector pesquero de la Isla y especialmente en el del atún. Ahora hay pocos barcos, sólo seis, frente a los 23 que llegó a haber en los noventa, pero hay otras mejoras.
El atún llega a la nave de Puerto Naos, se selecciona y se envía directamente a Mercamadrid, de donde se reparte para cualquier lugar del mundo. Otra parte se envía directamente al Norte de España, congelado, y otra a fábricas de conserva.
También hay una parte que se queda en Canarias, y en Lanzarote. En la nave de Optuna se vende atún de lunes a viernes entre las 11.00 y las 13.00 a casi la mitad de precio de lo que se encuentra en el supermercado. “La campaña está siendo buena, de momento”, señala Cedrés.
La flota de Optuna, los seis barcos, está en campaña desde marzo, principalmente en aguas canarias, entre La Palma y El Hierro. Ahora se pesca el bonito del Norte, que también se llama barrilote o albacora. Eso sí: hay cosas que no han cambiado. El atún se sigue pescando a caña. Cuando no hay pescado por las islas pueden ir a pescar a Madeira, gracias a un acuerdo con Portugal, que es recíproco, y también pueden ir al caladero del Sáhara, por el acuerdo entre la Unión Europea y Marruecos.
“El acuerdo es vital”, según Cedrés, aunque hay años que no van, o no van hasta el final de la campaña, en noviembre o diciembre, porque hay suficiente pescado por las islas. Pero es importante tenerlo como opción. “Esto es como la agricultura, si no llueve...”, dice Cedrés. El acuerdo se tiene que renovar el año que viene, y los gastos de un barco son altos, unos 40.000 euros al mes.
Siguen faenando en Canarias, Madeira y el Sáhara y envían el pescado a Mercamadrid
Además de los atuneros, en verano también se suman otros barcos más pequeños, de hasta catorce metros, de las cofradías de La Graciosa, Puerto del Carmen o Playa Blanca, pero ya son pocas las familias que viven de la pesca.
Según el Centro de datos de Lanzarote, la producción de especies pelágicas en la Isla fue de 1.500 toneladas. En Lanzarote, la pesca de atún sigue dando trabajo de forma directa e indirecta a unas 350 personas, ya que cada puesto de trabajo en el mar, que son unos setenta, se multiplica por cinco en tierra.
El precio ha bajado, según Optuna, porque hay mucha competencia. Hay barcos extranjeros, grandes barcos que pescan con arrastre en África, que inundan el mercado de pescado y que provocan que las especies no pasen tan cerca del Archipiélago. “Ahora hay pescado por todas partes”, dice Cedrés. De hecho, una gran cantidad del pescado que se come en Canarias no se pesca aquí, sino en África.
El atún rojo
Después de un parón biológico para que la especie no se extinga, este año España dispone de 3.534 toneladas de atún rojo para poder capturar en la campaña del 2016, según los datos del Ministerio. Para la flota cañera canaria se permiten desembarques de hasta 140, lo que supone un porcentaje mínimo del total, aunque también es un incremento del cuarenta por ciento con respecto al año anterior. La flota atunera canaria pide que la cuota sea mayor.
Cada puesto de trabajo en el mar, que son unos setenta, se multiplica por cinco en tierra
“No se pide gran cosa, sólo 400 o 500 toneladas, porque ahora el atún rojo se ha recuperado y está aumentando demasiado, está en expansión, ya hay más de la cuenta”, señala Cedrés, que compara la cantidad que se deja a una flota de 200 barcos con la que capturan en el Estrecho mediante almadrabas, un arte mucho más agresivo que la pesca con caña.
“Las almadrabas cogen unas 900 toneladas y lo justifican porque es antiquísima, del tiempo de los romanos pero más antiguo aún es pescar con caña”, dice. Además, hay otras flotas del Norte de la Península que ni siquiera aprovechan la cuota que les toca, según Optuna. Así, tal y como están las cosas, cabe preguntarse cuál es el futuro del sector pesquero en la Isla. “¿El futuro? - se pregunta Cedrés en alto- …pues mantenernos”.
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