El ojo desarmado: desenfocando el patriarcado
El Almacén acoge una exposición colectiva que aborda la cultura de la violación desplazando el foco de atención de las víctimas hacia los perpetradores
En el primer vídeo de la exposición, Cristina Lucas la emprende a martillazos contra la escultura del Moisés de Miguel Ángel, el patriarca de los patriarcas, el que recibió las tablas de la Ley directamente de Dios, esculpido (el original, no el del vídeo) por Miguel Ángel, uno de los patriarcas del arte. Una declaración de principios inicial: Moisés acaba sin cabeza en menos de siete minutos.
Cañón de carne, y no carne de cañón, es el título de otra videocreación, en este caso de Valeria Andrade. Ella misma se pasea por las calles de Quito en 2006 y recoge todo lo que le dicen los hombres a su paso. El audio que acompaña a las imágenes es una llamada al teléfono de la esperanza en la que ella relata su preocupación por esta deriva acosadora, y su interlocutor acaba recomendándola que salga a la calle vestida de otra forma.
El foco, en la víctima. Por eso, El ojo desarmado es una exposición colectiva que “aborda la cultura de la violación desplazando el foco de atención de las víctimas hacia los perpetradores y el sistema que ampara la violencia”. Uno de sus objetivos es el de identificar los “filtros sibilinos que condicionan la mirada, los mecanismos de naturalización del abuso y de la opresión, para desarmar el ojo y enseñarle a ver por sí mismo”.
En el bar de El Almacén también se ha instalado una de las creaciones, una pancarta con un mensaje claro, como si fuera el undécimo mandamiento: “No violarás”.
Olalla G. Valdericeda propone en su obra ¿Qué tienes en la cabeza? un repaso en dibujo de instrumentos, utensilios, herramientas o armas, como si fuera una taxonomía del Siglo XVII en la que se dibujan y se describen la pica, el estoque, pistola, trabuco, cipote, garrocha, porra o mazo. Todos tienen en común que son sinónimos del pene. A su lado se puede ver una pizarra escolar que recoge la siguiente frase: “Este niño será el terror de las nenas”.
En la exposición también se muestra el trabajo de Nuria Güell, que llevó a cabo en México con niñas que habían sido secuestradas para su explotación sexual. Se llama Una película de Dios, y en él las niñas y sus ex proxenetas (ahora pastores cristianos) reinterpretaban obras de carácter religioso. Las niñas eligieron diez obras de museos mexicanos que se colgaron en la exposición con unas audioguías realizadas para la ocasión en las que se podía escuchar su interpretación de dichas obras.
El título de la exposición ‘El ojo desarmado’ alude al ojo como “filtro de la realidad”
Las obras seleccionadas para esta muestra hablan de las diversas máscaras del patriarcado: la religión y los mitos en el caso de Cristina Lucas; la moral y los hábitos, por Valeria Andrade; el lenguaje e imaginario visual de Olalla G. Valdericeda; la cultura y la historia del arte con Núria Güell; las leyes y mandatos de Regina José Galindo; los estereotipos y las creencias naturalizadas en la obra de David Martín, Marta Pujades y Arantxa Boyero y el sistema neoliberal capitalista abordado por Shoja Azari.
El título de la exposición alude al ojo como “filtro de la realidad” y habla también de una mirada “que creemos que es la nuestra y resulta que no es propia, es impuesta, es una construcción social”. Esa mirada es un filtro y por eso la muestra habla de erradicar los filtros y desarticular los mecanismos, según señaló Nerea Ubieto, la comisaria de la exposición, para quien la muestra recoge “los diversos tentáculos de la superestructura que es el patriarcado, que se convierte en un camaleón que adopta la apariencia de su entorno para lograr no ser detectado o en un dado con muchas caras que comparten el núcleo de la dominación y la violencia”.
Conversación
Dos de las artistas, Núria Güell, Olalla G. Valdericeda y la comisaria Nerea Ubieto mantuvieron una conversación en El Almacén el día de la inauguración de la exposición en la que trataron el contenido de la muestra pero también hicieron un recorrido sobre su trayectoria artística. Ubieto insistió en la necesidad de poner el foco sobre los perpetradores de la violencia e invitó a pensar en las fórmulas de desarticular el patriarcado y la cultura de la violencia, “que tiene tantas máscaras” y para “generar y abrir conciencias”. Señaló que el patriarcado está tan metido en el sistema, en pequeños detalles “de los que no nos damos cuenta o no somos conscientes” que es difícil de afrontar. Comentó la necesidad de hacer cambios profundos en la educación para avanzar.
Güell habló de la responsabilidad de tener voz propia a través del arte y de abrir puertas y realizar preguntas con su obra, articular fórmulas de desobediencia y dar a conocer los abusos que implican cada día pequeñas acciones en su “propia intimidad”.
Olalla Valdericeda dijo que “lo más potente ha empezado siempre por lo mínimo”, señalando así la “fuerza individual para generar piedras de toque a través del ejemplo”. Aseguró que, cuando se alude al patriarcado, “se toca la fibra principal y la gente se siente agredida porque para muchas personas es lo más básico”. Dijo que es necesario “hacer visible que es un monstruo que muta y se pone diferentes disfraces”. Las artistas hicieron un recorrido por algunos de sus trabajos anteriores.
La exposición se encuentra en la galería El Aljibe, de El Almacén, y se podrá ver hasta el próximo 13 de enero de 2024.
Comentarios
1 Comentario refl... Dom, 29/10/2023 - 21:51
2 Mariano Mar, 31/10/2023 - 08:25
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