REPORTAJE

El grito de Yerbamúa

Adonay Bermúdez y Vanessa Rodríguez / Foto: David GP.
M.J. Tabar 0 COMENTARIOS 07/02/2015 - 06:49

‘Lanzarote, arte y temporalidad’ (Yerbamúa-Ediciones Remotas, 2015) es el primer libro de los gestores culturales Adonay Bermúdez y Vanessa Rodríguez (Yerbamúa), un “manifiesto” que quiere agitar un panorama artístico “dormido” y sumido en el “ostracismo”.

Provienen de diferentes ámbitos profesionales: él es comisario de arte y ella, diseñadora gráfica. Nacidos en 1985 y 1980 respectivamente, se conocieron en Lanzarote porque ambos trabajaban como profesionales independientes en el sector cultural insular. Después de algunas conversaciones, identificaron parecidas necesidades y pasiones, así que decidieron sumar sus fuerzas, reunirse en la plataforma cultural Yerbamúa y empezar a desarrollar proyectos. El primero fue el festival The Erizo, en Puerto del Carmen.

Su segundo trabajo se llama ‘Lanzarote, Arte y Temporalidad’ y reúne la obra de los artistas lanzaroteños Daniel Jordán, Elena Betancor, Francisco Castro, Gerson Díaz, Moneiba Lemes, Nicolás Láiz Placeres, Rigoberto Camacho, Roberto F. Perdomo, Rubén Acosta y Sabotaje al Montaje. Pertenecen a la generación de los años setenta y ochenta, algunos viven en la isla y otros residen en Madrid, Barcelona, Tenerife o Berlín.

Su denominador común es la “enorme calidad plástica” de sus obras, muy diferentes entre sí. El volumen está prologado por la fotógrafa Carmela García (Lanzarote, 1965), cuyo trabajo forma parte de la colección del Museo Reina Sofía (Madrid), el Kanasawa Museum (Japón) o el Centre National de la Photographie, (París). También ha contado con el patrocinio del Cabildo de Lanzarote, el Ayuntamiento de Tías, el Ayuntamiento de Arrecife y el Ayuntamiento de Teguise.

'Lanzarote, Arte y Temporalidad', un libro-manifiesto para agitar el "dormido" panorama artístico insular

“Decidí apoyar el proyecto porque me pareció que, por fin, pasaba algo interesante… algo fresco y atractivo”, dice Carmela García. “Hace cuatro años lo intentamos y no salió –explica Adonay-. Estábamos tan cabreados y teníamos una visión tan negativa del panorama cultural que, en realidad, casi me alegro de que no saliera…”, dice.

El enfado permanece pero ahora llega cargado de un optimismo determinante: “No hay que depender de las instituciones, la cultura tiene que estar por encima de ellas”, hay que mostrar “la excelencia artística insular”, muchas veces ignorada o despreciada por una herencia artística manriqueña, “maravillosa, pero excesivamente manoseada”, analiza. “Ha dado mucho pero no ha permitido que otros afloren y tengan la visibilidad que merecen”.

“Queremos presumir de la ‘marca Lanzarote’ en este campo de la cultura que son las artes visuales”

El libro, editado en español y en inglés, se enorgullece, divulga y pretende exportar la cultura contemporánea que se desarrolla en la isla (o en sus proximidades) y que a menudo pasa desapercibida para el circuito oficial. “Pensar únicamente en lo local es un error. Vivimos en 2015, en una isla que recibe estímulos externos constantes”, dicen los autores, “Dos millones y medio de turistas anuales sólo en los Centros de Arte, Cultura y Turismo”, concreta Mario Ferrer, periodista e historiador corresponsable de Ediciones Remotas junto al fotógrafo Rubén Acosta. En definitiva: “Ya está bien de ‘lo nuestro, con nosotros, para nosotros’”, dice Adonay.

El libro reclama a la cultura lanzaroteña que se deje de anacronismos y haga honor al siglo XXI. “Queremos mostrar lo que hay y exportarlo al exterior”, dice Adonay. “Y queremos presumir de esta increíble calidad artística -añade Vanessa-. Queremos presumir de la ‘marca Lanzarote’ en este campo de la cultura que son las artes visuales. Sólo estamos poniendo en valor un pequeño porcentaje de la cultura lanzaroteña; imaginen hasta dónde podemos llegar si abarcáramos la literatura, la gastronomía, la música…”.

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