El fiscal Javier Ródenas abrió la última jornada de la vista oral del caso Jable, celebrada este miércoles en la Audiencia Provincial. Comenzó su extenso alegato, que se prolongó durante una hora y media fijando la “esencia de este juicio”. La cuestión es si se trata de una “actuación corrupta” protagonizada por los acusados, algunos de ellos políticos y funcionarios públicos que, “como mercaderes turbios de la función pública, pusieron un precio a sus competencias”.

Habrían solicitado, aceptado y recibido viajes, hoteles de lujo, dinero y regalos por otorgar el concurso de la basura y limpieza a Tecmed (luego Urbaser) y la construcción del pabellón de Argana a FCC. “Esa es la esencia de este juicio”.

“No hay mayor acto prevaricador que alterar un concurso, eliminando la ventaja competitiva”, dijo el fiscal. Se trata de demostrar “si actuaron menudeando con los deberes propios de su cargo, avasallados por el sentimiento del dinero” y si es “una lacra corrupta” que se mantuvo entre 2001 y 2007 y que afecta “a un tejido indispensable para los ciudadanos: su confianza.

“Han demolido ese patrimonio sentimental de los ciudadanos, porque el Ayuntamiento no es solo un edificio”, aseguró. Ródenas señaló que el de la basura era el contrato más caro del Ayuntamiento de Arrecife y que era tan caro como el de la ciudad de San Sebastián”.

“No encontrarán un caso de corrupción con este culto al becerro de oro”. El caso reúne la “simbología del culto al becerro de oro”: viajes a destinos exóticos, regalos de marca como Rolex o Loewe, la compra de un barco, varias casas...

La Fiscalía considera que hay pruebas suficientes para condenar incluso sin tener en cuenta la declaración de los acusados que han reconocido los hechos. “Sin la declaración de los coacusados, la narración es la misma”. 

Ródenas dijo que hay varios pilares para condenar: esas declaraciones, los informes de la UCO, la testifical del trabajador de Urbaser Juan Antonio Gutiérrez y una extensa prueba documental, como las libretas del exgerente de Urbaser en la Isla, Jacinto Álvarez. Una documental “que supera el estándar de la prueba más allá de toda duda razonable”. Frente a esto, los acusados apenas han presentado pruebas de descargo ni testigos. Tan solo  una pericial sobre el patrimonio de Isabel Déniz.

La participación de Fernández Camero

El fiscal explicó el amaño del concurso de Tecmed, y fijó la participación de Fernández Camero en esa alteración. Ródenas, que habló sin papeles y citó de memoria decenas de sentencias y pruebas con su ubicación exacta en un sumario de decenas de miles de folios, ocupó la mayor parte de su tiempo de conclusiones en consolidar las pruebas contra Déniz y Camero.

Repasó uno por uno los pagos y regalos a Déniz, “que están corroborados en otras pruebas, como facturas, ingresos, compras o anotaciones. Considera que están probados tres pagos en efectivo a Déniz: de 30.000, 9.000 y 42.000 euros, el bolso de Loewe (418 euros), el viaje al Kilimanjaro (14.000 euros), el Rolex (4.750 euros), dos entradas a la ópera (474) y el pago de su empleada de hogar, contratada por Urbaser, que cesó cuando ella dejó de ser alcaldesa.

Fernández Camero habría recibido de Urbaser un bolígrafo Montblanc (765 euros) y el viaje a Tanzania junto a Isabel Déniz. Camero no admite haber hecho ese viaje, mientras que Álvarez dice que le entregó un sobre con dinero para que pagara el viaje. Sí admite que viajó con su mujer junto a la exalcaldesa y su marido pagados por Urbaser de Arrecife y Madrid y vuelta tres semanas después. Camero alega que asistió a una feria durante todo ese tempo.

Ródenas recordó que con este ya son siete juicios del caso Unión y que todos han terminado con condenas. Dijo que su primera intervención fue en mayo de 2009 y que ya termina su participación.  “Ha sido un honor representar a la Fiscalía en este procedimiento”, concluyó Ródenas.