“Ha de señalarse que el Presupuesto General del Cabildo de Lanzarote del ejercicio 2021 es un presupuesto que cabe considerar como atípico, pues nace fuertemente condicionado por las consecuencias de la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2”. Eso decía la Memoria de los presupuestos del Cabildo de Lanzarote del año pasado, que se aprobaron con el ejercicio ya iniciado, en marzo de 2021. La Memoria consideraba el presupuesto como atípico, pero ha acabado adaptándose a lo común, ya que es el presupuesto que aún sigue vigente.

El año 2022 va a terminar sin que el Cabildo haya aprobado sus presupuestos, o al menos sin que se sepan sus intenciones. Diario de Lanzarote ha preguntado tanto a la institución como a la consejera de Hacienda, Rosa Callero, y no ha obtenido respuesta. En esa Memoria se habla de la necesidad de incrementar el nivel de compromiso con la protección de la población más vulnerable, de subir los niveles de gasto para atender esas “nuevas necesidades” y de aumentar la inversión pública “por su efecto tractor sobre el conjunto de la economía”. Ponía el acento en la emergencia social. Y así sigue, aunque la situación ha cambiado.

La presidenta, Dolores Corujo, señalaba: “Estos presupuestos garantizan respuestas reales a las necesidades reales que tiene la sociedad insular ante una situación de crisis generada por la pandemia sin precedentes”. Las cuentas se articulan en torno a cuatro grandes bloques: bienestar social, creación de empleo, vivienda y obra pública, pero estas dos últimas apenas se han desarrollado.

El de Lanzarote es el único Cabildo que se ha saltado el presupuesto de este año, sin que se conozca el motivo. La Ley Reguladora de las Haciendas Locales señala que la aprobación definitiva y la entrada en vigor de los presupuestos debe realizarse antes del 31 de diciembre del ejercicio anterior al que deban aplicarse.

Así lo han hecho el resto de los cabildos excepto El Hierro, que aprobó las cuentas de 2022 en el mes de mayo. Los demás lo hicieron en el momento que corresponde: Tenerife en noviembre; La Palma, Gran Canaria y Fuerteventura en diciembre; y La Gomera, que ya ha aprobado los de 2023, durante el mes de octubre. El Gobierno de Canarias también tramita ya las cuentas del año que viene.

El retraso en la aprobación de los presupuestos es casi una cuestión de costumbre en el Cabildo y en la mayoría de los ayuntamientos de la Isla. En la última década, solo en 2013 se aprobaron antes de que terminara el año anterior. Durante el mandato de Pedro San Ginés, en 2017 se aprobaron en febrero, en los años 2010, 2011, 2012 y 2014 se aprobaron en marzo, mientras que en 2015 se aprobaron en abril, en 2016 y 2018 en junio y en 2019, en octubre, después de las elecciones y tras el cambio en la presidencia.

Durante el mandato de Corujo, los de 2020 se aprobaron en mayo de ese año y los de 2021 en marzo. Si las cuentas no se aprueban, se prorrogan automáticamente. Se destina el mismo dinero para las mismas partidas que el año anterior, pero se pueden hacer modificaciones de crédito e incorporar remanentes para cubrir las subvenciones, que es lo que ha estado haciendo el grupo de gobierno.

En septiembre, el Cabildo incorporó a sus cuentas 14 millones de euros en remanentes para emergencia social para los ayuntamientos y ayudas orientadas al fomento del empleo o subvenciones al sector primario, transporte, ocio, deporte, sostenibilidad y medio ambiente. Diez asociaciones, que se reunieron a finales de octubre, se quejan de que el retraso continuo en la aprobación de las cuentas les obliga a trabajar sin previsión o a llevar a cabo su trabajo autofinanciándose, y que eso solo favorece a las ONG grandes, como Cáritas, Cruz Roja o la ONCE.

Si el presupuesto se aprueba tarde, la convocatoria de la subvención se resuelve aún más tarde y cuando finalmente se entrega el dinero sirve para pagar lo que ya se ha gastado. Señalan los responsables de las asociaciones que muchas, ante la incertidumbre, optan por no pedir la subvención. Lo que no se puede hacer es incluir nuevas inversiones. Hay que llevar a cabo las que se habían pintado en el ejercicio anterior.

El grado de ejecución de las inversiones que se dibujan, por otro lado, suele ser muy bajo. No suele llegar ni siquiera al cincuenta por ciento. Las cuentas en vigor ascienden a más de 148 millones de euros, un diez por ciento más que las anteriores, aunque la cantidad llega hasta 183 sumando los consorcios y los Centros de Arte, Cultura y Turismo.

El retraso en la aprobación de las cuentas es casi una cuestión de costumbre

La mayor partida iba dirigida a vivienda social, con 13,8 millones para adquirir viviendas, y no se ha ejecutado. El portavoz del Partido Popular, en el Cabildo, Jacobo Medina, dice que “no se ha hecho nada”. “No tenemos respuesta de lo que quieren hacer”, añade Medina, quien apunta que hay hasta 78 millones de euros de remanentes.

El portavoz de la oposición señala que si no se aprueba el presupuesto no se puede aprobar el Plan de Cooperación Municipal y que tampoco se pueden hacer nuevas obras. “Por eso no están haciendo nada”, apunta. En cuanto a obras concretas, dice que no ha salido el carril de aceleración en Argana ni el proyecto de zona comercial abierta para Altavista. “Si en 2021 el grado de ejecución fue bajo, en este año es más fácil saber las inversiones que hay, que son cero, porque ni lo han aprobado”, asegura.

Medina señala que están usando los fondos Fdcan como si fuera un presupuesto paralelo y se cuestiona si el crédito que se pidió para la adquisición de viviendas tiene unas condiciones determinadas de plazo para su utilización.

Pleno reciente del Cabildo de Lanzarote.

Inversiones

En el apartado de inversiones para 2021 se contemplaban partidas como la compra de un barco de vigilancia para Alegranza por 290.000 euros, que sí se ha llevado a cabo, la ampliación y reforma integral de un centro de menores por algo más de medio millón de euros, unas obras en la Ciudad Deportiva o inversiones por casi un millón para el transporte insular de viajeros.

La mayor partida iba dirigida a vivienda social, con 13,8 millones sin ejecutar

Además, había otras partidas que no se han ejecutado, como obras en la Granja Agrícola y sobre todo la compra de esas 160 viviendas para uso social. Se contemplaba, igualmente un Plan Insular de Obras en municipios por nueve millones de euros.

Respecto al año anterior, en cuanto a contratos finalizados de cierta envergadura, los que superaban el millón de euros, según el Portal de Transparencia del Cabildo de Lanzarote, estaban el campo de fútbol de Playa Blanca, el centro de atención a menores de Yaiza y el contrato de suministro de energía de las instalaciones del Cabildo. Tan solo esas que superen esa cantidad.

El total ejecutado de 2020 fue de 12 millones de euros (cuatro en servicios, 4,6 en obras y 3,2 en suministros) a los que hay que sumar el contrato de mantenimiento de zonas ajardinadas en carreteras del Cabildo por 2,5 millones. En el mismo sentido, en 2021, en cuanto a contratos resueltos de más de un millón de euros, tan solo aparecen los semáforos de Arrecife, un proyecto de eficiencia energética en Mala, el acondicionamiento de la carretera de Nazaret por 3,2 millones, la carretera Mozaga-El Peñón, el arreglo de la carretera de Los Hervideros (que no se ha ejecutado) y el pabellón de la ciudad deportiva de Tías por 1,7 millones. El total adjudicado es de 21,5 millones más 2,8 del mantenimiento de carreteras.