JOSÉ MANUEL DÍEZ, “DUENDE JOSELE”

“En internet hay un público despierto que pone los oídos y el corazón más allá de las modas”

Foto: Felipe de la Cruz.
Myriam Ybot 2 COMENTARIOS 09/12/2015 - 06:38

El músico y poeta extremeño afincado en Lanzarote, José Manuel Díez, despide el 2015 dando la bienvenida a su primer trabajo en solitario como Duende Josele, el disco y audiolibro “La semilla”. Artistas como José Mercé, Lichis, Luis Eduardo Aute o el timplista Toñín Corujo aportan emoción a un proyecto que cuenta ya con una amplia difusión en plataformas musicales en Internet y que se comercializa por la vía tradicional en la librería El Puente de Arrecife y en A Casa José Saramago de Tías.

- Espectáculos poético-musicales, audiolibros, poesía visual... ¿Se mueve el arte ya de manera inexorable en la frontera entre géneros y expresiones?

- En mi caso sí, siempre ha sido así. Creo que encasillar el arte o, peor aún, encasillar a los creadores es contraproducente para la propia expresión artística y poco ajustado a la realidad. Las artes y los géneros artísticos se tocan por reciprocidad evolutiva. La poesía y la música, por ejemplo, son primas hermanas, y hoy en día no entenderíamos ni la una ni la otra sin cierta asociación de imágenes, de conceptos iconográficos y de transmisión por otras redes sensoriales que parten de lo visual. En mi caso, procuro que mi poesía contenga imágenes, ritmos y cauces sonoros en sí misma, y viceversa: me gusta que mis canciones contengan formas y mensajes poéticos y metafóricos, que vayan más allá de lo que dicen o de cómo lo dicen, que igual que un poema puede leerse entre líneas, una canción pueda escucharse también entre líneas y con cada escucha se le descubran nuevos sentidos. En el caso de mi audiolibro, “La Semilla”, esto es muy palpable, pues a las canciones las acompañan diseños, dibujos, poemas y una propia historia de su creación que en el disco no se ofrece a los oyentes.

- Su trabajo es buena muestra de esa fusión artística. ¿Se siente limitado si debe moverse dentro de los márgenes clásicos de la literatura o de la música?

- Limitado no es la palabra, porque los verdaderos límites de la creación siempre están más en uno mismo que en lo externo, pero sí me siento incompleto. Me ha pasado que he visto caras raras cuando en mitad de un concierto me he puesto a recitar un poema o, al revés, cuando en mitad de un recital me he arrancado a cantar una canción. Creo que los estereotipos y prejuicios entre artes deben desaparecer si queremos hacerlas evolucionar dentro de una sociedad y de unas bases culturales que también cambian cada día. En mi caso, poco a poco, voy traspasando esa barrera y favoreciendo que así sea entre mis creaciones y quienes las reciben, ya sea en un espectáculo en vivo, en un libro, en un disco o en un discolibro. No se trata de hacer literatura o de hacer música, sino de hacer lo que te apetece hacer, sin etiquetas, sin imposiciones del mercado, y sobre todo hacerlo como cada cual siente, con rigor pero con libertad, con convicción pero sin convicciones y con personalidad por encima de la despersonalización de las modas. Yo procuro trabajar atendiendo a estas premisas.

“Encasillar el arte o a los creadores es contraproducente para la propia expresión artística y poco ajustado a la realidad”

- “La semilla” es su primer trabajo musical en solitario como Duende Josele, tras sus años como vocalista y compositor del grupo El Desván del Duende. ¿Hacia dónde camina su propuesta, de entonces a hoy?

- Mi propuesta, antes con El Desván y ahora en solitario con Duende Josele, siempre ha sido la misma: expresarme libremente y cantar a cosas que merezcan ser cantadas, sin nadie que me diga esto sí o esto no. Si tengo que decir hacia donde camino, no lo sé a ciencia cierta, nunca lo he sabido y nunca me ha importado no saberlo. Me gusta pensar que camino hacia mí mismo, con mis errores y mis aciertos, pero tratando de ser feliz en el trayecto y, a ser posible, de hacer felices a quienes me acompañan en él.

- Cuenta con varias colaboraciones de mucho nivel, entre las que reconocemos el timple de Toñín Corujo... ¿Más fusión? ¿Cómo ha sido la selección y el trabajo con los artistas colaboradores?

- Cada artista es un mundo y de todos se aprenden cosas valiosísimas. Toñín es un maestro del timple, por supuesto, pero es sobre todo un maestro de la transmisión de sentimientos. Mi disco está básicamente hecho de sentimientos. Cuando pido colaboración a músicos como José Mercé, Lichis o Luis Eduardo Aute, entre otros, lo hago por empatías muy concretas con ellos y por la necesidad de compartir emociones, tanto las mías como las suyas. Todo lo que hago en mi trabajo tiene una base emocional, y creo que en este nuevo disco se nota más que en los anteriores. Sin emoción no hay vida, quien vive sin emociones vive muerto.

“No se trata de hacer literatura o de hacer música, sino de hacer lo que te apetece hacer, sin etiquetas”

- Plataformas musicales en Internet, financiación por ‘crowdfunding’, descargas legales o no tanto… ¿Es más sencillo o más complejo vivir de la música hoy, al margen de las grandes discográficas comerciales?

- Muy pocos músicos viven hoy en día exclusivamente de su música, lo más común es sobrevivir de ella, y apoyar ese trabajo con otras actividades como la enseñanza o la publicidad o la interpretación de música ajena, etc. En mi caso, compagino música y literatura, y ahora mismo me sería imposible llegar a fin de mes con una sola actividad. No obstante, internet nos ofrece algo que hace quince años, cuando yo empecé a componer canciones y a cantar profesionalmente, no existía, y es la posibilidad de tener una ventana al mundo y poder mostrarte en ella. En internet y las redes siempre hay un público despierto que pone los oídos y el corazón más allá de lo que las radiofórmulas o las modas le ofrecen. Ese es el público para el que yo canto y al que yo trato de llegar.

- El escritor Enrique Vila-Matas denunció hace días en la Feria del Libro de Guadalajara la proliferación del “prosaico lector-cliente que demanda sus 50 sombras de cada temporada”. En este contexto, dedicarse a la poesía resulta algo heroico, ¿no?

- Ser poeta es una necesidad para quien lo hace desde lo mejor de su persona, y no creo que haya heroicidad en hacer lo que a uno le satisface hacer, pero sí debe haber tenacidad, convencimiento, ilusión y sobre todo amor. Ser poeta, cuando se es plenamente poeta, supone principalmente un acto de amor; amor al mundo, amor a los demás.

“Muy pocos músicos viven hoy en día exclusivamente de su música, lo más común es sobrevivir de ella”

- ¿Tiene algo que ver su traslado con esa energía creativa que dicen que desprende su esencia volcánica?

- Llegué en junio de 2014 aquí, aunque no me he asentado definitivamente hasta mayo de 2015, que comienzo a colaborar con la Casa José Saramago y a ser plenamente consciente del bien que me hace la isla. Efectivamente, hay una energía creativa en Lanzarote que nunca había sentido antes en ningún otro lugar fuera de mi tierra, Extremadura, pero también tiene que ver con el paisaje, con el clima, con la gente y, sobre todo, con el aislamiento que deriva de la propia palabra isla, que es una bendición para cualquier persona que aspire a una vida tranquila y creativa. Todo eso me está enseñando mucho de mí mismo y de mi propia obra en este espacio, la mayor prueba es que el 2015 ha sido muy prolífico para mí, pues nunca antes había publicado disco y libro en el mismo año.

Comentarios

Me encanta este hombre. Humildad y sabiduría. Y su disco es una obra de arte. Le deseo lo mejor en nuestra isla.
Gran disco y gran entrevista!

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