REPORTAJE

Pico Partido: Aula natural de los volcanes

Fotos: De la Cruz.
Saúl García 2 COMENTARIOS 12/10/2014 - 11:44

La de Pico Partido fue la segunda de las grandes erupciones que cambiaron la piel de Lanzarote en el Siglo XVIII. La primera había sido la de la Caldera de los Cuervos, en septiembre de 1730 y la segunda comenzó un mes más tarde, el 10 de octubre, arrojando lava y material hacia el Norte.

Según la reconstrucción que hacen Carracedo, Rodríguez Badiola y Soler, se abren dos centros eruptivos: uno sobre el poblado de Santa Catalina y otro sobre Mazo (núcleos que quedaron sepultados), en perfecta alineación con la Montaña de los Cuervos y lanzando gran cantidad de lava y piroclasto.

Después, según el famoso cura de Yaiza, Andrés Lorenzo Curbelo, se abren nuevos cráteres hacia el Suroeste, por Chupadero y arrasando la Vega de Uga. La crónica del párroco sobre Pico Partido cuenta que, en un primer momento, las lavas corren con la velocidad del agua pero que después se tornan más viscosas y corren como la miel. La segunda fase de las erupciones se inició en enero de 1731 y terminó en junio.

Todo esto fue hace tres siglos pero hoy las cosas no han cambiado mucho. Pico Partido parece una foto fija de aquel momento. Se accede por una vereda, machacada piedra a piedra, que parte enfrente del punto donde el Diablo de Timanfaya anuncia que se está llegando al Parque Nacional. Tras unos pocos minutos de camino, donde se abren paso algunas calcosas o vinagreras, que están “invadiendo” ya el Parque, aparece una pradera de ceniza, limpia, sin huellas, como si alguien acabara de pasar el cepillo, y tras ella un tubo volcánico que invita a entrar y a comprobar que el tiempo se paró cuando se enfrió la lava.

Pico Partido es un aula de volcanología al aire libre. Un libro abierto. Cuenta Alejandro Perdomo, maestro, caminante incansable y estudioso de guardia del territorio insular, que sentaba en esa pradera a los alumnos (y a los profesores) cuando los llevaba de excursión para explicarles las erupciones. Los sentaba en un aula abierta antes de una clase práctica sobre cómo se formó el territorio, hacia dónde se dirigió la lava, qué es un hornito y cómo se forma un jameo.

Asentado ya más arriba, en el primer cráter, no se oye nada. La definición de tranquilidad se queda corta mientras se observa el camino que recorrió la lava. El cráter fue emisor hacia abajo, y receptor de la lava que nacía a una profundidad de setenta kilómentros y que llegó desde la segunda boca, más arriba. Subiendo hacia el límite con el Parque Nacional, la vista alcanza las dos orillas. Bajando de nuevo, hacia las montañas del Señalo, se llega a una cueva de los verdes en miniatura: una maqueta que sirve para entender cómo se forma una cueva y un jameo, rodeada de flores amarillas: la macrobia tortuosa. No hay otra cueva igual, a esa escala, en la Isla.

Es una zona en que aparecen hornitos, que son acumulaciones de escoria que acaban saliendo por una boca y formando un pequeño montículo. A su lado, en un paisaje negro y gris, siempre se encuentran las piedras más bonitas que aportan los colores del olivino, o azules, o rojos... Tras rodear esa vertiente de la montaña y observar a la izquierda por dónde bajó la lava hace 300 años se llega de nuevo a la pradera, y con ella al camino y después a la carretera y a la vida en movimiento.

Comentarios

Muy de acuerdo. No sé por qué se ha publicado este artículo pero me alegra mucho.
Pico Partido es una zona protegida y hay empresas de senderismo que están llevando a grupos de turistas. No hay control de la zona ni de que se salgan de los caminos. No tienen autorización, pero como nadie vigila, hacen su agosto. El Volcán del Cuervo está en la misma situación.

Añadir nuevo comentario