Consejo de la Reserva de la Biosfera, paisaje muerto
Al fin creo que lo he entendido, o me estoy aproximando, cuanto menos. Y todo gracias al último Consejo de la Reserva de la Biosfera, el del pasado jueves 29 de febrero. ¡No saben qué peso me ha quitado de encima! Porque resulta que el malestar que me corroe cuando veo playas cerradas por culpa de vertidos incontrolados; bolsas repletas de basura amontonadas al pie de los contenedores desbordados; la Plaza de Las Palmas levantada a bocados; cortes de agua potable y agrícola, constantes, persistentes, dolientes; campos de golf verdes y suavecitos, muy suavecitos; espectaculares piscinas hoteleras de agua dulce, azulada, clorada; la inmundicia de colores plásticos que revolotea desde el vertedero de Zonzamas hacia Arrecife… Todo el malestar, digo, que acumulo al ver estos diversos elementos, y muchos más, relacionados íntimamente entre sí a través de las administraciones competentes (que no se me enfade nadie por este último adjetivo) es mi responsabilidad, y solo mía. ¡Porque vivo en un paisaje! ¡Al igual que todos los lanzaroteños! Y nosotros sin saberlo (al menos yo lo desconocía).
No vivimos en una isla llamada Lanzarote, no. Sino que más de ciento cincuenta mil residentes formamos parte de, colaboramos en, una marca llamada Lanzarote. ¡Marca! Como lo leen, así nos lo contaron durante el consejo. Una marca no es un territorio, es un concepto intangible creado para el marketing, que contiene diversos valores; y en el caso de la marca Lanzarote, uno de los principales es el paisaje. Por eso durante media hora, en el último Consejo de la Reserva de la Biosfera, se nos presentó un estudio que trataba de mejorar el paisaje conejero para que la marca (insisto) Lanzarote adquiriera más valor. Parece ser que es muy necesario adecuar los colores de las carreteras y sus márgenes, las fachadas de las tiendas y sus escaparates, las rotondas y sus elementos centrales, usted y su familia… Bueno, de nosotros no hablaron, ni para lo bueno ni para lo malo. Porque nosotros no formamos parte del paisaje, solo estamos aquí para mantenerlo y darle forma y lustre. Lo de habitar un territorio, ya si eso, hablamos otro día sobre ello.
En fin, que de modelar un paisaje a montar un decorado turístico para que la marca siga atrayendo a millones y millones de turistas al año, solo queda un peldaño más hacia el cielo. Y puede que no esté tan mal, a lo mejor así empiezan a pagarnos como a actores y no como a montadores de escenarios. Con lo cual, si te molesta que la isla sea cada vez más inhabitable es porque no has entendido que tú no vives en ella, que no tienes derechos como residente, porque, en realidad, no lo eres, solo eres, en el mejor de los casos, un actor de reparto.
Comentarios
1 Anónimo Jue, 07/03/2024 - 12:24
2 Anónimo Jue, 07/03/2024 - 15:14
3 ja ja ja Dom, 10/03/2024 - 14:49
4 MADRIZ MADRIZ Dom, 10/03/2024 - 14:52
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