Samuel Cabrera

Colillas para una Reserva de la Biosfera, ese destino “cualificado y sostenible"

Una Reserva de la Biosfera, RB, pretende ser un territorio cuyo objetivo es "armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural y el desarrollo económico y social a través de la relación de las personas con la naturaleza". Con semejante directriz, resulta chocante que la UNESCO haya otorgado tal declaración a siete islas canarias, total o parcialmente, pues la mayoría de ellas andan muy lejos de aquella intención, Lanzarote incluida. Realmente es más un elemento publicitario que atrae más turistas, sin tener muy claro cuantos volverían después de la experiencia de darse de bruces con una realidad tan alejada de las expectativas que tal declaración genera. Las RB deben ser lugares de aprendizaje donde convertir los principios globales del desarrollo sostenible en prácticas locales. La pregunta es cuánto hay de verdad en ello y si los resultados, tras 30 años cumplidos el pasado 7 de octubre, permiten afirmar que hemos hecho nuestros aquel principio.

Lanzarote habría aportado para inspirar su declaración, entre otras singularidades, un modelo turístico basado en criterios estéticos y ambientales diversos, y una legislación precursora como fue el Plan Insular, pero eso es historia antigua y de sus intereses hemos vivido y hasta delinquido en su nombre.

Lanzarote y la Graciosa se han vendido en Londres como destinos cualificados y sostenibles. No es exactamente que se hayan vendido solas, sino que entre Oswaldo Betancort y Héctor Hernández, presidente del Cabildo y consejero delegado de la SPEL, experto este último en sobrevivir gobierno tras gobierno a pesar de sus manifiestas limitaciones, han echado toda la carne en el asador para seguir creciendo. La habilidad radica en vender La Graciosa como destino sostenible, y Lanzarote como cualificado y sostenible, y centrarse en la recuperación de valores como el “acento manriqueño”, que, en boca de estos representantes, causa rubor. Habría que conocer qué entienden por “acento manriqueño”, concepto novedoso en el marco del abuso de los representantes públicos al legado del artista, pues su nombre ha venido sirviendo de coartada para casi todo, menos para parar a meditar sobre aquel mensaje que ponía el énfasis en las limitaciones del territorio insular. Es como para denunciarlos por el uso perverso del nombre del artista, cosa que la FCM, a la que respeto profundamente, tarda en hacer, al menos, en forma de declaración pública. El Cabildo y la SPEL, vuelven a presentar en Londres, de la mano de CC, el proyecto Premium, como ya hizo el PSOE en una pasada edición, por el que decían pretender, y dicen pretender, una cualificación del destino. Con el PSOE no pasó nada y está por ver con CC qué es lo que va a pasar con tal intención, más si en paralelo siguen aspirando a récords de visitantes.

Vuelven a hablar de números, de conexiones aéreas y de vender lo mismo a los mismos travistiéndolo como destino de calidad a los que siguen buscando sol, playa y cerveza, pues captar turistas exclusivos con estos mimbres parece una utopía y, mucho menos, se acercarían a una RB a convivir con el turismo masivo, que es el destino que somos, como una Marbella embustera sin torres, que intenta engañar para que vean, no ya lo magnífico que somos, sino el espejismo de lo que fuimos.

Lo cierto es que hace demasiado tiempo que constato que el galardón que la isla recibió como RB, sirve de bien poco. Tampoco es que el órgano creado a partir de aquella distinción sirva de mucho si no hay seres comprometidos, ni demanda social, ni inteligencia política.

Si de lo que hablamos es de un observatorio de la RB, el diagnóstico sobre nuestras muchas debilidades y pocas fortalezas, ya está hecho, no habiendo más tarea que la de la toma de decisiones por parte de las instancias públicas. La gestión de tal distinción depende de un órgano creado en 1996 por el Cabildo, el Consejo de la RB, y puestos a esperar algo, sería que los técnicos de tal órgano desplegaran algo de crédito, de influencia, sobre nuestros gobernantes insulares para revertir algunos de los problemas que existen en el tambaleante territorio insular, pero no es esa una aspiración sensata para la RB. Lo adecuado es que la RB del Cabildo de Lanzarote emprenda una campaña de recogida de colillas, esos residuos que enrasan e integran a los fumadores de aquí y de los que nos visitan. Si es que no paran de sorprendernos por la originalidad, la entidad y la trascendencia de las medidas que se adoptan.

Comentarios

El punto de inflexión en Lanzarote, en mi opinión, fue cuando la FCM denunciaba hoteles ilegales. Ahí, en gran parte gracias al clientelismo político y mediático, se radicalizó el ecologismo insular y se pintó como una perspectiva de izquierdas contraria al progreso económico y de odio al rico (perspectiva asentada con el vínculo entre la FCM y la fundación José Saramago). Sucesivas "oleadas" ecologistas en la isla han radicalizado aun más al ecologismo, últimamente dándole tonos anti-humanistas de llamar a los seres humanos un cáncer sobre el planeta. Esa ideología de ecologismo profundo es diametralmente opuesta a la ideología de ecologismo social del proyecto MaB del que surgen las reservas de la biosfera. La influencia exterior del ecologismo profundo (Greta Thunberg, JustStopOil, etc) solo han empeorado aun más la situación. Lanzarote no crece descontroladamente por un exceso de gente motivada por el dinero, sino por una aversión a todo lo negativo que viene con querer proteger la isla: ecolojeta, comunista, perro-flauta, pijo, anti-humanista, NIMBY, elitista, clasista, machista, conservador, xenófobo, etc. Ya no se puede tener un grupo ideológicamente diverso unido por la protección del medio por encima de los beneficios a corto plazo. Todo esto está relacionado con el término "decrecimiento". Un ecologista social como se podría considerar a Manrique nunca defendería el decrecimiento. Un ecologista social quiere el crecimiento, pero lo mide en términos sociales, no necesariamente económicos. Manrique quiso que Lanzarote creciera en belleza y felicidad de su gente. Manrique buscaba la utopía. El ecologismo hoy nos vende la austeridad y el celibato porque no cuestionan que el crecimiento solo se pueda medir mediante el PIB. Y es muy acertado el comentario sobre las colillas, ya que el único activismo ecologista que queda en Lanzarote se dedica a eliminar las señales del problema, lo cual fomenta que el problema se perpetúe. Quizás la RB también debería crear un sello de "avión ecológico" si la compañía se compromete a servir el café bio exclusivamente en vasos de papel reciclado y el 1% del coste del café se destine a plantar árboles en el amazonas. La solución no es despolitizar a la ecología, sino politizarla aún más. Quiero un ecologismo de izquierdas y un ecologismo de derechas porque esa es la única manera de que ambos bandos se interesen por la ecología. El problema es que la izquierda radical, por postureo, se ha puesto del lado del ecologismo profundo, mientras que la iglesia católica se ha puesto del lado del ecologismo social (o integral como ellos lo llaman). Las únicas que son coherentes son las eco-feministas materialistas. Luego nos preguntamos por qué nadie se identifica con el ecologismo. Es como si la gente del Barça fuese al estadio con la bufanda del Madrid y viceversa. Así es evidente que no habrá afición.
Usted mismo lo dice, "hoteles ilegales". Me sorprende que considere que ese sea el momento en que los ecologistas se radicalizan. Mucho antes de eso, la sociedad ya se movilizaba, no contra el desarrollo (del que todos se benefician -nos beneficiamos-) sino de los abusos y de la apropiación. Además, la denuncia se realiza sobre lo ilegal y eso es el pan de cada día de los ecologistas y otros movimientos sociales, miremos, si no, la costa mediterránea. El crecimiento descontrolado de Lanzarote no se mide en términos sociales sino de avaricia. Manrique probablemente no dijo "decrecer" porque no vivió lo suficiente pero sí defendió lo de "parar ya". Y no comparto que en Lanzarote se construya desaforadamente como respuesta a la exigencia de más protección. Construyen porque pueden o se lo permite el silencio de las administraciones o la compra de voluntades.
Hubo denuncias a hoteles ilegales hasta que se toparon con JFR, quien denunció a la FCM por la casa de las cúpulas (con sentencia firme de derribo, como el hotel Son Bou de JFR y puso en marcha su maquinaria mediática. Luego fueron gente muy cercana a la FCM quienes denunciaron la bodega stratvs (con sentencia absolutoria) y pusieron en marcha su maquinaria mediática.Toda esa saga ha marcado al ecologismo en esta isla. Y ahora que el director de la FCM publica libros sobre Saramago, gran defensor del comunismo, la gente vincula al ecologismo en la isla con ser de izquierda radical. Aunque Manrique no ha sido tan politizado gracias a la censura del libro de Fernando Castro. No quiero decir que sea malo ser de izquierda radical, pero si la mayoría de la gente en la isla es de centro-izquierda pues no se van a sentir muy cómodos siendo ecologistas cuando, dada la des-politización de la ecología, es imposible ser ecologista en Lanzarote sin defender o ser visto como defensor de la la FCM. Dices que me equivoco cuando digo que las denuncias a hoteles fue el punto de inflexión (que no quiere decir que fuera un error denunciar la ilegalidad), pero no propones otro. En cuanto al "paren ya", Manrique lo dijo para que parasen con el destrozo de lo que él consideraba la utopía. Pero incluso si Manrique hubiera pensado que lo que hacía era defender el decrecimiento, su genialidad era no usar una palabra relacionada a la castración para movilizar a la población. La ironía final es que el uso del término "avaricia" como algo negativo tiene connotaciones cristianas que encajan muy bien con la ideología conservadora del ecologismo profundo. Y ese es el problema de la des-politización de la ecología: no se elimina la ideología, sino que se ignora. Por eso acabamos con aberraciones como comunistas defendiendo ideologías ecologistas más propias de fascistas. Y ahí está la ontología de naturaleza antropocentrista del ecologismo profundo que nos dice que nosotros los seres humanos somos los responsables de gestionar la biosfera. Y nosotros nos hemos elegido a nosotros mismos como responsables. Según los humanos, solo los humanos somos capaces de lo artificial porque somos seres especiales "caídos de la naturaleza". Sin esa ontología abrahámica es imposible clasificar las especies en nativas y no-nativas, ya que no se entendería una introducción "artificial". La ecología está des-politizada precisamente porque no hay nada más ideológico. El consejo de la RB solo busca mantener esa despolitización. Debería tener una izquierda y una derecha como un parlamento. Debería politizarse.
También podría ser un consejo de la RB trilateral: izquierda (ecología social), derecha (ecología profunda, ecofascismo), y contraria a los binomios opuestos (ecofeminismo). Como en los plenos del cabildo, está tu bando y luego están los estúpidos.
... blah blah blah mientras la Central Termica sigue echando humos negros y toxicos a nurstro etorno... Arrecife la ciudad mas enferma en toda la españa, solo su vecina Puerto Rosario, que tambien tiene una Central Termica en frente, compartiendo el mismos sufrimiento..... como todo en españa, la reserva de la biosfera es una mentira que bien sirve los politicos y los cadenas hoteleras que no pagan impuestos aqui...

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