Ahora son las cuentas, el pago (o no) del canon o el cambio de la entrada a Timanfaya y hace años eran, igualmente, las cuentas, el canon y las entradas a Timanfaya, pero también el pleito de la Cueva de los verdes, el convenio colectivo o el Museo Atlántico.
Y hace algunos años más era el modelo de gestión. Hasta 2003 casi ni había modelo ni había gestión. A Dimas Martín se le ocurrió crear una sociedad anónima, que llegó a constituirse pero no a funcionar y a Pedro San Ginés, que era entonces el consejero encargado de los Centros, le apareció un encierro de los trabajadores en pleno Cabildo en Navidad para impedir la privatización.
El resultado fue la creación del ente público empresarial local que parecía que iba a traer un poco de paz, pero no fue así. Hay dos cosas que se han mantenido, la sombra de la privatización y la utilización de los Centros para hacer otros negocios: la creación de más Centros o la organización de todo tipo de eventos y patrocinios.
Hay una cosa clara: si los Centros no dieran dinero, no serían los protagonistas principales de la disputa política. Todo el mundo quiere su parte, aunque se olvide que el Arte y la Cultura, al menos en la denominación, están por delante del Turismo. No son una caja registradora.
Han pasado ya veinte años desde el nacimiento de esa EPEL y a lo mejor ya va siendo hora de que la política haga su trabajo una vez para no hacer el ridículo otras cien veces más. Los que tienen opciones de gobierno ya han gobernado juntos o lo van a acabar haciendo. No debe ser tan difícil llegar a un acuerdo en lo básico. A no ser que lo que se quiera es crear la sensación de que los Centros son un problema y que nos cuestan dinero y que sería mejor que los gestionara otro.
Comentarios
1 Anónimo Lun, 16/10/2023 - 17:57
2 El Chacho Lun, 16/10/2023 - 18:05
3 Anónimo Lun, 16/10/2023 - 21:18
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