La basura campa a sus anchas en las zonas comunes de Los Alonso. En las entradas a los bloques hay cristales rotos y la imagen de esta promoción, tres décadas después de su entrega, es lamentable. El barrio capitalino, formado por 150 pisos, la última gran promoción de vivienda pública en Lanzarote, se queja del abandono que sufre por parte de las instituciones, de la falta de limpieza y de seguridad.

Una encrucijada burocrática -la promoción es del Gobierno de Canarias, el Ayuntamiento alega que no es de su competencia y la comunidad de vecinos no arranca- mantiene a Los Alonso en una especie de limbo. Mientras tanto, el barrio se degrada.

Pedro Segura Ojeda, quien se describe como McGyver, un manitas que se ha dedicado a la hostelería, es el secretario de la comunidad de vecinos que se formó en Los Alonso desde sus orígenes. Critica que las instituciones miran para otro lado y que falta vigilancia policial, pese a estar en una zona céntrica de la ciudad. Esto se traduce, según Pedro, en que sea habitual ver a menores consumiendo sustancias estupefacientes en zonas comunes y que la basura se haya apoderado del barrio.

Las 150 viviendas de protección oficial se construyeron y entregaron por el Gobierno de Canarias en 1993, en régimen de alquiler. Tres décadas después, el Ejecutivo regional, según los residentes, se ha desentendido del mantenimiento del barrio.

La comunidad de vecinos también ha atravesado por problemas. Según Pedro Segura, “no se estaban haciendo las cosas bien”, se pagaban cuotas pero “no se veían resultados” y las cuentas no cuadraban. La Consejería regional de Vivienda pretendió constituir otra agrupación vecinal. Tras algún intento fallido, salió adelante: se puso en marcha una comunidad durante varios meses, pero no todos los residentes pagaban.

Pedro destaca que ya existía una organización previa, con sus estatutos y con una “deuda”, por lo que no compartió esa duplicidad. Con el paso de los años, la “despreocupación” por parte de la Consejería de Vivienda se ha hecho más que evidente. Pedro Segura ha enviado tres escritos al Gobierno de Canarias, que vienen a ser tres resúmenes históricos de la situación de Los Alonso: desde su creación a su estado actual, pasando por posibles soluciones. Todos ellos, lamenta, sin respuesta.

A la situación en la que se encuentra el barrio se suma que los residentes de los 14 bloques de viviendas de Los Alonso no son propietarios de las casas y, por tanto, cuando quieren hacer cualquier obra tienen que pedir permiso a la Consejería de Vivienda de la comunidad autónoma.

Los vecinos llevan años reclamando servicios regulares de limpieza al Gobierno canario

Por su parte, el Ayuntamiento, dice Pedro Segura, en alguna ocasión sí ha dado respuesta a las demandas de los vecinos de Los Alonso, aunque sea de forma puntual. En concreto, este pasado mes de marzo, el portavoz vecinal se dirigió al concejal de Limpieza y Obras Públicas, Roberto Herbón, con un escrito de “auxilio”. “Tardaron unos 15 o 20 días, pero finalmente vinieron a limpiar”, señala.

Cuando los vecinos se ponen en contacto con el Ayuntamiento, como institución más cercana, no siempre reciben una respuesta positiva: “A veces vienen y a veces no, porque siempre nos dicen que se trata de una zona privada y que no pueden hacer nada”.

Las batidas puntuales tampoco solucionan el problema: la falta de limpieza continua provoca que en poco tiempo las calles interiores y zonas comunes vuelvan a ser colonizadas por la basura. La principal petición del portavoz vecinal es que la Consejería de Vivienda se implique, porque Los Alonso se ha convertido en un barrio “sin orden”, como “una comunidad sin ley”, en la que tampoco faltan las críticas a la falta de presencia de la Policía, que “no viene”. “Siempre están ocupados o no tienen efectivos, o dicen que ya vienen pero no aparecen”, lamenta.

El Ayuntamiento interviene solo de forma puntual: “Nos dicen que es una zona privada”

Además, Pedro se queja de la falta de civismo de viandantes que transitan por Los Alonso, algunos de los cuales, asegura, “miran para los lados” y terminan tirando basura en el barrio. Casas okupadas En los 14 bloques y 150 viviendas que componen el barrio, como poco, viven más de 300 personas y, según señala el secretario de la primera comunidad de vecinos, “en el bloque 14 se han cogido casas abandonadas”.

Un problema que se magnifica, dice, pues los okupas están cogiendo agua sin abonarla y eso está repercutiendo en la factura del resto de los vecinos. “Se le han mandado escritos a Canal Gestión”, explica Pedro. “Al quitarles los contadores, meten un latiguillo y se conectan”. Pedro asegura que cada vecino paga entre siete y ocho metros cúbicos de más. Algo que, multiplicado por todos los vecinos que conviven en el barrio, hace que “Canal Gestión se pueda estar llevando unos 3.000 euros al mes” de esa diferencia. Otro problema más en Los Alonso.