“Los touroperadores, tal y como los entendemos, están condenados a muerte”
Hace casi treinta años que escribe las críticas de hoteles de 'El País' y se ha convertido en uno de los mayores expertos del sector. Gallardo avanza la robotización del turismo y anuncia cambios relevantes para los próximos años.
- Sostiene que casi la mitad de las profesiones que conocemos van a desaparecer o a cambiar. ¿También en el sector turístico?
- Es una previsión que hacen los doctores Benedict y Osborne de la Universidad de Oxford. La robótica avanza a pasos acelerados y eso va a permitir gestionar las rutinas y que pierdan sentido muchas actividades. Hicieron una lista de 702 puestos de trabajo y los ordenaron por índice de riesgo de extinción. Entre los trabajos que tienen más difícil desaparecer están los más creativos, como por ejemplo el terapeuta recreacional, que construye una terapia a partir de unas vacaciones. En el otro extremo está el gremio del taxi, que está condenado a desaparecer en los próximos veinte años, los barman y los recepcionistas de hotel.
- ¿Un turismo dominado por las máquinas va a ser más deshumanizado?
- Al contrario. La robótica va a crear un turismo mucho más humanizado, porque gran parte de lo que hoy hacen los seres humanos son funciones rutinarias, procesos sin escaso valor que no producen una emoción en el viajero. El otro día en Madrid fui a un hotel sin reserva y cuando llego veo una cola enorme en la recepción para hacer checkin. Habrá contacto humano para masoquistas pero no para los que no lo somos. La duda es: ¿habrá suficientes masoquistas para mantener un puesto de trabajo de atención al masoquista?
- Pero el recepcionista siempre aporta algo más…
- Cuando deja de ser recepcionista y se convierte en otra cosa aporta valor, pero para eso tiene que dejar de ser recepcionista e iríamos hacia la figura, extinguida, del conserje, y salvo en los hoteles de mucho lujo ha desaparecido la figura del conserje. Esto indica que nadie quiere pagar esa atención personalizada y que tampoco aporta gran cosa, porque hoy te da información más precisa cualquier aplicación prescrita por millones de personas.
"La robótica va a crear un turismo mucho más humanizado, porque gran parte de lo que hoy hacen los seres humanos son funciones rutinarias"
- ¿El futuro inmediato del turismo es crear al gusto de cada uno las vacaciones? ¿Desaparecerá el clásico 'sol y playa'?
- Es la dicotomía de la cadena de valor. Vamos a asistir a una polarización de la oferta. Vamos a ver cómo se afianza la atención humana con un criterio de valor, con alto precio y muy elitista, y a ampliar la base del low cost regentada por robots. El turismo vacacional, salvo esos nichos concretos, va a ser low cost. El turismo personalizado, de lujo, va a estar en calas aisladas, el de playa, masivo, va a estar en manos robóticas, de bajo coste. Cuando hablamos de atención personalizada debemos hablar del que es atendido, no del que atiende. Y la atención robótica va a ser más personalizada. Podremos ser atendidos por robots con mucho más sentido y conocimiento de nuestras conductas que si fuéramos atendidos por personas, aunque la robótica androide es la que más tarde aparecerá, y la que ya aparece es la robótica de software, la que no se ve.
- ¿Qué papel jugarán los touroperadores?
- Tal y como los entendemos tienen los días contados, están condenados a muerte, pero esa desaparición del intermediario no implica que desaparezca el conector tecnológico, que va a crecer. Es probable que las plazas de hotel las comercialice un conector tecnológico. No ocurre lo mismo con las líneas aéreas porque que hay pocas y son accesibles para cualquier usuario, pero seleccionar un hotel entre 6.000 es distinto. Ahora se hace a través de Tripadvisor pero cada vez más la gente tendrá un asesor personal, una plataforma tecnológica de la que fiarse y a la que le compra todo. El futuro no lo veo en Tui, y a lo mejor tampoco en Booking, como es hoy, pero sí en manos de Amazon ,Google o Apple, o incluso Facebook.
- Va a haber muchos problemas en esa reconversión que anuncia...
- En teoría provocará convulsiones sociales. Estamos en las puertas de un grave problema, pero creo que se puede minimizar el daño si metemos en la bolsa de análisis otro factor, que puede ser un factor cínico, y es que los puestos que antes se van a sustituir van a ser los trabajos cualificados o los no cualificados de más alto valor. De los poco cualificados, su sustitución va a ser más lenta. Pero su destino no es que desaparezcan, sino su bajo coste. Lo lógico es que los salarios de estos trabajos sigan en su actual camino descendente, y eso será difícil de sustituir por un robot porque para que eso ocurra el robot debe salir más barato que el ser humano y todavía la hora de trabajo del robot está por encima de los diez euros, y la mano de obra no cualificada está por debajo, con visos de seguir decreciendo hasta un euro la hora, que es de media lo que cobran los trabajadores asiáticos. Los trabajadores no se van a rebelar contra las máquinas sino contra el decrecimiento de sus trabajos.
"Lanzarote es hoy una isla cosmopolita, acogedora, abierta, y eso son escenarios muy propicios para desarrollar fuertemente la tecnología"
- Fernando Prats volvía a advertir hace poco de la necesidad no sólo de no crecer sino de decrecer. ¿Cómo ve el futuro de Lanzarote como destino?
- Lanzarote era una cosa antes de César Manrique y después devino en otra. Manrique dotó a la Isla de una identidad, un estilo, de arte, sensibilidad… e hizo otra cosa que no quería que fuera mala, que fue abrir las puertas al turismo. Y cuando se abren las puertas entra el aire, y si en lugar de una brisa fresca, hay tormenta, entra la tormenta. A mí me gusta el discurso sostenible pero hay una cara oscura en el mensaje de la sostenibilidad, y es que si Lanzarote está temiendo la presión humana, como Barcelona, Venecia o Amsterdam, con el Planeta con 7.000 milones, ¿qué va a pasar cuando tenga 15.000 millones dentro de tres décadas? Eso nos hace suponer que se duplicará la demanda y se va a duplicar la oferta. Hay dos maneras de afrontarlo: construir el muro de Berlín o repetir las cámaras de gas y eliminar a 10.000 millones de personas. Si ninguna de esas vías son realistas ni posibles, la única que parece que va a suceder es la de una nueva invasión turística de la Isla, que duplicará su capacidad de carga, aunque los científicos como Prats piensen que ya no la tiene. No vale la pena insistir en oponerse a ese fenómeno, que es irresistible. Yo vivo actualmente en la ciudad que es la expresión mundial de ciudad compacta, Nueva York, y nadie ha dicho que su situación sea insostenible. Son 60 millones de visitantes en Manhattan, una isla más pequeña que Lanzarote. Lo que hay que hacer es crear un producto con sensibilidad, para que la oferta no sea sostenible, sino sensible, bonita, atractiva, y para eso tiene mucho que ver la tecnología, la robótica. Lanzarote tiene una enorme ventaja, porque es un microcosmos, por muchas razones. Hoy es una isla cosmopolita, acogedora, abierta, y eso son escenarios muy propicios para desarrollar fuertemente la tecnología. Puede ser un laboratorio tecnológico del turismo en el mundo.
Comentarios
1 #Watson Dom, 03/07/2016 - 17:30
2 Gloster Guanche Lun, 04/07/2016 - 05:37
3 Soilor Mar, 05/07/2016 - 15:50
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