
Por "N" empieza su nombre

En la entrega de los Premios Princesa de Asturias de 2025, el filósofo Byung-Chul Han nos dijo que vivimos en un régimen neoliberal despótico que explota la libertad. Lo paradójico de ese vivir es creernos libres cuando, en realidad, estamos siendo manipulados para que consumamos cualquier cosa.
Múltiples son las estrategias empleadas. Una de ellas es la música en los establecimientos. Los grandes grupos empresariales, textiles, por ejemplo, saben bien que el techno u otros ritmos estimulan la producción de dopamina, un mecanismo amable y efectivo para incitarnos a la compra de ropa, aunque no nos haga falta.
Otra estrategia es el adelanto de la Navidad. Si el cambio climático ha alargado los veranos, los alcaldes han alargado las fiestas. Si en mi niñez las bombillas se ponían días antes del Nacimiento, hoy se colocan en octubre, y en noviembre tiene lugar el encendido en un acto-espectáculo que es eminentemente electoral.
Da igual si hace un calor que raja las piedras, si el grupo de gobierno ha declarado la emergencia climática o hace tiempo que se adhirió al Pacto de Ciudades por el Clima. Mientras con una mano se firman declaraciones de mitigación y adaptación al cambio climático, con la otra se compite por tener el alumbrado con más bombillas o el árbol más grande. En el caso de mi ciudad, los adornos llevan semanas iluminando su belleza, pero también sus vergüenzas, como la bandera roja de la playa del Reducto, izada desde el pasado mes de octubre por la presencia de bacterias fecales en sus aguas.
Por muchos adornos que se coloquen, Arrecife seguirá ofreciéndonos un elenco de inmundicias, fruto, por desgracia, del incivismo de algunas personas: bolsas de basura en aceras y papeleras, miles de colillas en alcorques y en zonas ajardinadas, gran cantidad de basura y enseres alrededor de contenedores o en solares, etc. A las ratas les encanta que dejemos nuestras basuras por ahí, y si encuentran de paso un trozo de turrón en el mes de noviembre, mejor. Para ellas también hemos adelantado la Navidad.
Pero más allá de toda esta indolencia, hay muchas personas que cuidan nuestra capital. N. barre Arrecife; es delgada, rubia y tiene los ojos azules como el mar más limpio. Pasaría desapercibida si no fuera porque, escobillón en mano, hábil y amable, de repente nos mira. Y con una amplia y bella sonrisa, da los buenos días. N. es de ese tipo de personas que alegran la mañana e iluminan el día sin contaminar.
N. tiene el don de la eficacia y una gracia particular. Si termina la jornada agotada, alivia su cansancio dándose un remojo en el mar de Las Caletas. Así toma fuerzas para un nuevo amanecer. N. alumbra tan bien nuestra ciudad que, si hubiera muchas más personas como ella, no habría necesidad de tanto LED. Y es que la verdadera "luz" de Arrecife radica en la decencia, el trabajo bien hecho, el respeto de lo común y la humanidad de sus habitantes.
Por "N" empieza su nombre, por "N" de Navidad.
¡Feliz Navidad!
Foto: N. barriendo la Avenida y un amanecer de Arrecife.












Comentarios
1 Alegria Mié, 24/12/2025 - 10:55
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