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Van de Steen, el medallista paralímpico que vive una “segunda vida” en la Isla

Afincado en Lanzarote, este ‘handbiker’ originario de Bélgica es campeón del mundo, ha participado en tres Juegos y ha logrado dos medallas, la última este año en París

Rubén Montelongo 0 COMENTARIOS 22/10/2024 - 07:04

Jonas Van de Steen vive desde hace seis años su “segunda vida” en Lanzarote, vinculada al deporte profesional representando a su país, Bélgica, pero con su corazón en la Isla. En 2012 un trombo le mantuvo en el hospital mientras veía por la televisión los Juegos Olímpicos de Londres y, a su vez, daba paso a una nueva vida, que le ha llevado a conseguir dos medallas en unos Juegos en la disciplina de handbike, la última este verano en París.

Este atleta paralímpico nació en Gante, al norte de Bélgica, y ahora se dedica al deporte profesional. Al estar en silla de ruedas tuvo que dejar otras disciplinas pero “llegó el handbike”, explica. Se trata de ciclismo adaptado, que se podría comparar con el ciclismo en ruta. Existen tres pruebas: carrera de fondo, contrarreloj y relevos. Las carreras son, como máximo, de unas dos horas, por lo que “hay que encontrar el equilibrio entre fuerza y resistencia”. “Si haces demasiado gimnasio y coges demasiado volumen, llevas demasiado peso. Y si haces demasiada resistencia, no tienes la fuerza. Entonces, el equilibrio es muy importante”, explica Jonas.

Al deportista le encantan tanto la contrarreloj como la carrera de fondo. “En una contrarreloj puedes controlar todo, reconocer el circuito y buscar el ritmo. Es una lucha contra ti mismo, sin factores externos”, cuenta. En cambio, en la carrera de fondo entra en juego la estrategia y la táctica, y “dependes de tus competidores”. “Hay muchos factores externos que no puedes controlar”, añade.

Jonas cuenta que en su “primera vida” hacía mucho deporte, pero nunca había competido. Tras el trombo, en 2012, comenzó lo que él denomina su segunda vida. “Hay que aceptarlo” y seguir adelante “en un nuevo cuerpo”, explica. Mientras le hacían pruebas médicas le comentaron que tenía muy elevada la cantidad máxima de oxígeno que su organismo puede absorber y consumir, por lo que le animaron a competir. A Jonas le fue bien, pero nunca tuvo expectativas.

De esta forma, este handbiker conoció un nuevo mundo y a personas que venían a Lanzarote a entrenar en invierno. “Me apunté a una carrera aquí en febrero, vine por dos semanas y me di cuenta de la calidad de vida, de las facilidades para entrenar y no sufrir dolor por estar en una silla de ruedas”, explica. “Todo aquí está bien adaptado, no como en una ciudad histórica como Gante”, resalta. La accesibilidad y el clima hicieron que este atleta se afincara en la Isla de forma definitiva. 

En su debut en la Handbike de Playa Blanca terminó segundo en la contrarreloj, “pero fue muy corta, no como la hacen ahora”. “Entonces tenía mucha fuerza, pero no tanta resistencia como ahora. Tuve que trabajar esto durante años”, reconoce.  Jonas subraya que Lanzarote es, en cuanto a paraciclismo y handbike, “una referencia” mundial, pues los mejores vienen a prepararse a la Isla. “Tienes Florida, donde hay gente en invierno entrenando, tienes Lanzarote y a veces Mallorca, pero allí depende del clima”, resalta.

Competiciones

Van de Steen cuenta que las competiciones más importantes son las Copas del Mundo y el Campeonato del Mundo que organiza la Union Cycliste Internationale (UCI). Sin embargo, si un handbiker quiere, puede competir cada fin de semana del año, pues hay competiciones de Estados Unidos a China pasando por Europa. Jonas reconoce que enfoca los entrenamientos para las pruebas “más importantes” y esta temporada se centró en tres carreras: una en enero, otra en mayo y la de los Juegos en septiembre. “Hay competidores que hacen más, pero es imposible estar al cien por cien todo el año”, opina.

En handbike “hay que encontrar el equilibrio entre fuerza y resistencia”

El atleta belga pero con corazón lanzaroteño hizo su debut en unos Juegos Paralímpicos en 2016, en Río de Janeiro. “Cuando me pasó lo del trombo en 2012 veía los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, pensaba que lo que hacían era imposible”. Cuatro años después se clasificó para formar parte del equipo de relevos, lo que a su vez le permitió competir tanto en contrarreloj como en carrera de fondo. “Después de lo que me había pasado, poder estar ahí fue súper bonito”, relata. En Río, se colgó el bronce en la carrera de relevos.

Los siguientes Juegos fueron los de Tokio, que coincidieron con el Covid y que, en un principio se iban a celebrar en 2020, pero finalmente se pospusieron a 2021. “Al igual que todo el mundo, lo viví fatal”, rememora. Jonas cuenta que cada día tenían que hacerse una PCR y estuvieron confinados dos semanas en el hotel, sin poder salir de un perímetro, entrenando en una “burbuja” y siendo escoltados por la policía. “La competición se hizo en un circuito de Fórmula 1 y no había nadie. Sin Covid habría sido una experiencia inolvidable”, señala.

A estos últimos Juegos de París, Jonas llegaba como campeón del mundo. Una competición que tuvo lugar en Escocia en 2023, con un clima completamente diferente al de Lanzarote. “Eso afecta muchísimo”, matiza. Sin embargo, el paratleta belga tiene “la suerte” de que estas carreras importantes se organizan en verano, cuando hace más calor. “Me beneficia entrenar en Lanzarote y competir en momentos de calor, pero si toca un sitio muy frío me afecta”, explica. “Al contrario, para alguien que está siempre entrenando al frío y después les toca Lanzarote a 35 grados...sufre”.

El paratleta belga define estos últimos Juegos como “especiales”. “Vino gente de Lanzarote y de mi pueblo en Bélgica. Al final el deporte es emoción y poder compartirlo hizo la experiencia más bonita todavía”, cuenta. Van de Steene llegó a la capital gala con el objetivo de conseguir la medalla y lo hizo en la prueba de contrarreloj, en la que se colgó el bronce. “La carrera de fondo no la pude terminar por un accidente. Olvido el accidente y me quedo en la medalla y obviamente estoy contento. Es una oportunidad que llega cada cuatro años”, resalta.

Jonas se pasa el día entrenando: entre 18 y, como máximo, 26 horas semanales

De hecho, el nuevo ciclo olímpico acaba de empezar y eso que este mismo mes de septiembre han tenido lugar los Juegos de París: “Es una lucha de cuatro años donde cada deportista va ganando puntuaciones en cada carrera que compite para su país. Al final, se suman y ese país acaba en un puesto del ranking”. Dependiendo de la clasificación final, el país en cuestión tendrá un número de plazas para asignar entre todos sus atletas. “No te puedes clasificar individualmente. Puedes ganar puntuaciones y ser el que más ha conseguido para tu país, pero si el año de los Juegos llegan otros deportistas con mejor nivel que tú, te quedas en casa”, cuenta. Se trata, al final, de una decisión en la que intervienen muchos factores como el circuito donde tendrá lugar la prueba, el clima o el nivel del atleta.

Jonas entrena entre 18 y, como máximo, 26 horas semanales. “Hay cuatro o cinco entrenamientos de gimnasio por semana y seis días de handbike”, resume. Siempre tiene dos entrenos a diario, que dependen también de la época del año: “En invierno, sin competir, hay más volumen, más horas y se hace más resistencia. Cuando se acercan las fechas de competición, los entrenos se parecen más a la intensidad de la carrera. Hay menos volumen, pero es más intenso”. Entre sus entrenamientos con más volumen se encuentra la Gran Canaria Bike, una competición que dura en torno a una semana, con entre cinco y ocho horas de bici al día. “Es una matanza que no veas”, admite.

Recorrer mundo

A Jonas le tocan unas merecidas vacaciones, para recuperar cuerpo y mente “que es muy importante”, recalca. Sin embargo, dentro de poco retoma los entrenamientos para prepararse para las tres Copas del Mundo y el Campeonato del Mundo que tendrán lugar el próximo año y, cómo no, para competir en la HandBike de Playa Blanca de febrero.

En 2025, el paratleta belga volverá a recorrer el mundo con el firme objetivo de seguir cosechando éxitos. En concreto, competirá en Ostende, en su Bélgica natal, para una de las Copas del Mundo y, además, el Campeonato del Mundo también se celebrará allí. Las otras Copas se celebrarán en Australia y en Italia. En definitiva, unas competiciones que le otorgarán puntos con el objetivo de representar, una vez más, a Bélgica (y a Lanzarote) en los Juegos de Los Ángeles de 2028. “Depende de muchos factores, de la vida personal, de la suerte y de si puedo mantener mi nivel, pero ojalá que sí”.

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