Una vecina de Lanzarote lanza un crowdfunding para adquirir desfibriladores tras la muerte de su marido por un paro cardíaco
Patricia está convencida de que, si hubiera habido un desfibrilador disponible y alguien capacitado para usarlo, su marido aún estaría con ella
Patricia, una residente de Puerto del Carmen, Lanzarote, ha convertido su dolor en una misión. Tras la trágica pérdida de su marido el 18 de marzo de 2025, mientras trabajaba repartiendo, Patricia se ha propuesto evitar que otros sufran la misma tragedia que ella. Su esposo sufrió un paro cardíaco y, aunque turistas y policías intentaron reanimarlo, la ambulancia tardó más de 45 minutos en llegar. Patricia está convencida de que, si hubiera habido un desfibrilador disponible y alguien capacitado para usarlo, su marido aún estaría con ella.
Con la ayuda de Sarah English, una mujer que ha decidido unirse a su causa, Patricia está trabajando arduamente para adquirir desfibriladores para la Isla. Su objetivo es instalar uno cada 100 o 200 metros entre bares y restaurantes, lugares donde el turismo y la vida social son vibrantes, pero donde la falta de este equipo vital puede poner en riesgo vidas. "La prevención es la clave", afirma Patricia, quien ha decidido transformar su dolor en acción.
Cada desfibrilador tiene un coste de 1.795 euros, y además, Patricia y Sarah están dispuestas a financiar la formación necesaria para el personal de los establecimientos, que asciende a 100 euros por persona. Esta capacitación, legalmente certificada en España por tres años, incluye el uso del desfibrilador, así como técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) y la atención ante crisis de asfixia. "La formación es esencial para que el personal se sienta seguro y preparado para actuar en una emergencia", destaca Patricia.
La necesidad de esta iniciativa es "urgente". "Demasiadas vidas se están perdiendo en nuestra pequeña isla por la falta de este equipo", lamenta Patricia. Su mensaje es claro: "Nadie debería enfrentar el dolor y la tristeza que yo vivo todos los días". Con cada desfibrilador instalado y cada persona capacitada, se pueden salvar vidas y dar esperanza a quienes se encuentran en situaciones críticas
Patricia hace un llamado a la comunidad y a quienes deseen colaborar en esta noble causa: "Por favor, ayúdennos a ayudar a otros". Su lucha no solo busca honrar la memoria de su marido, sino que también es un esfuerzo por crear un entorno más seguro para todos los que habitan y visitan Lanzarote.
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