José Rial Vázquez y su crítico retrato de Lanzarote y Fuerteventura hace un siglo
Una exposición y unas jornadas organizadas por la Fundación Juan Negrín recuerdan a un intelectual que dejó valiosos textos periodísticos y literarios sobre ambas islas
Vida y obra de José Rial Vázquez (1888-1976) se entrelazaron para deparar una de las figuras más singulares que pasaron por Canarias en la primera mitad del siglo XX. Periodista y escritor, Rial se comprometió fuertemente con los movimientos políticos de izquierda, sufriendo también una emigración forzada por varios países de América durante la dictadura.
La fuerte relación de este autor con Lanzarote y Fuerteventura proviene de su inicial dedicación a la legendaria carrera de farero, ya que Rial fue destinado al faro de Martiño, en Isla de Lobos, donde estuvo tres años. A partir de esa experiencia, que él siempre reconoció como muy significativa para su vida, este polifacético escritor conectó con la dura realidad de estas islas, trasladándola a distintos textos literarios y periodísticos.
La trayectoria de José Rial ha vuelto a la actualidad estos meses por las actividades que está organizando la Fundación Juan Negrín, una institución privada y sin ánimo de lucro que está ligada a la difusión de los valores del humanismo en honor al grancanario que fuera presidente de la II República. Esta fundación cultural, situada en Gran Canaria, consiguió hace unos años abundante documentación de José Rial, gracias a la cesión de su familia. Este material ha servido de base para la exposición José Rial (1888-1973) Lucha, compromiso y reconstrucción. Además, la Fundación Juan Negrín ha organizado un ciclo de conferencias para los meses de noviembre y diciembre.
El mismo nacimiento de José Rial Vázquez está teñido de singularidad, romanticismo y olor a mar. Rial nació en 1888 en Filipinas, donde residía su familia, pero lo hizo cuando sus padres viajaban en un barco que embarrancó en la isla deshabitada de Olongapo, donde su madre dio a luz. Nuestro protagonista continuó en Filipinas hasta 1898, cuando España perdió esta posesión, instalándose su familia en Cádiz de regreso a la Península. Siendo su padre un ingeniero naval andaluz, José Rial tuvo una fuerte vinculación con los oficios de la mar y especialmente con la armada española, al tiempo que se formó como maestro y comenzó desde muy joven a escribir en periódicos.
Isla de Lobos
José Rial llegó con 25 años, mujer y dos hijos a la solitaria Isla de Lobos, donde permanecería tres años como farero y tendría dos retoños más, una de las cuales fue Margarita Rial González, madre del famoso escritor Alberto Vázquez-Figueroa, cuyo segundo apellido es Rial.
José Rial estuvo destinado al faro de Isla de Lobos entre los años 1920 y 1923
Ignacio Romero, autor del libro Isla de Lobos. Naturaleza e historia (Ediciones Remotas, 2017), comentaba sobre Rial como la “soledad del islote le llevó a leer sin descanso creando una auténtica biblioteca en la Isla de Lobos, escribió novelas, poemas, dramas, cuentos, artículos, etcétera”. Efectivamente, en contra de lo que se podía prever, a Rial el aislamiento de Lobos no le impidió aprovechar el tiempo para escribir, de hecho dos libros que publicó unos años más tarde beben mucho de esta experiencia. En 1926 sacó a la luz Isla de Lobos, una primera novela que tiene mucho de autobiográfica y que se centra en sus vivencias en el islote. En 1928 le llegó el turno a Maloficio, que recoge tres pequeñas novelas inspiradas de nuevo en Isla de Lobos.
En Maloficio la visión crítica de la realidad de Fuerteventura se agudiza: “los campos majoreros se despueblan de hombres y de bestias, embarcados para las islas dichosas donde el agua cae a su tiempo y se guarda para su ocasión en los estanques”.
La censura de Rial se dirige principalmente a los terratenientes y caciques del momento: “Las elecciones de este año caen, simbólicamente, en Carnaval. Los siervos se disfrazan de hombres libres para otorgar un voto que les impone el estigma de la servidumbre”. No obstante, el autor señala la falta de rebeldía de la población: “Hay muchas maneras de pobreza, y la de estos pescadores es más moral que material. Un código inflexible de leyes primitivas (…) rige sus vidas, y se someten sin protesta a ellas con una mansedumbre de bestias domadas”.
Prensa y emigración
Su relación con la prensa se acentuó a partir de 1916, cuando fue destinado al faro de La Isleta en Las Palmas de Gran Canaria. De hecho, en esta ciudad terminó trabajando entre 1927 y 1931 como redactor jefe del periódico La Provincia, en una faceta que sobresale en el análisis por la atención que le prestó a Lanzarote y Fuerteventura. Precisamente, el investigador Gregorio Cabrera Déniz dedicó un artículo en las Jornadas de Estudios de Lanzarote y Fuerteventura a esta faceta.
En un contexto de desconocimiento a escala regional, José Rial reivindicó soluciones para las islas más orientales y pobres a través de la línea editorial del periódico, solicitando insistentemente, ante la falta de respuesta institucional, ayuda al Cabildo de Gran Canaria y la Mancomunidad Provincial para mejorar el abastecimiento de agua, la falta de infraestructuras, los problemas económicos, los bajos salarios, etc. El mensaje de Rial era muy claro: “Ayuda señor, auxilios y socorros para Fuerteventura, que se muere, más que de hambre de pan y de sed de agua, de hambre y sed de justicia...”.
La otra línea de actuación de Rial eran sus Crónicas de viaje, que él mismo firmaba y en las que describía el panorama de ambas islas o entrevistaba a los propios isleños, como cuando el delegado del Gobierno en Lanzarote le contó que había recibido a “una comisión de vecinos de Femés que comprende casi todo el pueblo, reducido a unas pocas familias por la emigración, pidiéndome trabajo y pan. Uno de los que la formaban me ha dicho: tengo once hijos, Señor Delegado, y gano diez reales; dígame usted cómo puedo mantener esas bocas y mantenerme yo... Y este hombre pinta la situación de un pueblo entero”.
Fue fundador del PSOE en Las Palmas y estuvo en la fuga de Villa Cisneros
Los textos de Rial no esconden el régimen “feudal” en el que viven la población ni los estragos que causaba la sequía: “Lo que representa esa sequía desoladora de las dos islas menores; una sequía que socarra la tierra y la piel; los campos y la carne; las entrañas de las islas y las de sus moradores. Esa sequía absoluta hasta de lo más preciso, que encamina las reses a los puertos mal vendidas y a los hombres a la emigración”. Desde Las Palmas de Gran Canaria, José Rial llevó una amplia actividad intelectual y política: fundó el Partido Socialista Canario en Las Palmas, compartió charlas y afición con autores como Tomás Morales, Saulo Torón y Alonso Quesada, colaboró con periódicos de la Península y América, publicó textos de poesía o crítica teatral, entrevistó a grandes nombres de la época como Unamuno y Niceto Alcalá Zamora, etc.
El levantamiento franquista le llevó al campo de concentración de La Isleta y desde allí fue deportado al Sáhara Occidental Español, donde junto a sus compañeros, protagonizó la famosa fuga de Villa Cisneros en el barco Viera y Clavijo (años más tarde publicó el libro Villa Cisneros: deportación y fuga de un grupo de antifascistas). José Rial y 23 presos republicanos lograron huir a Senegal y de ahí a la zona republicana de la Península.
Tras la derrota de la II República se exilió en Francia, siendo internado en varios campos, para lograr viajar a América en 1940. El largo periplo americano le deparó una casi constante reinvención, entre la actividad periodística y la política, que también le trajo problemas en varios países por su significación ideológica de izquierdas. Rial pasó por República Dominicana, México y Venezuela trabajando en radio, televisión y prensa, al tiempo que siguió publicando libros.
Finalmente regresó a Canarias en 1964, donde siguió colaborando con el periódico La Tarde hasta su fallecimiento en 1973.
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1 Observador Dom, 10/12/2023 - 19:26
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