Una superviviente de la Ruta Canaria narra cómo sobrevivió, con un chaleco salvavidas, tras arrojarse al mar junto a dos amigas por miedo a una pelea y al hundimiento de la lancha neumática con la que trataban de llegar a Lanzarote
Diez horas agarrada al cadáver de su amiga
Una superviviente de la Ruta Canaria narra cómo sobrevivió, con un chaleco salvavidas, tras arrojarse al mar junto a dos amigas por miedo a una pelea y al hundimiento de la lancha neumática con la que trataban de llegar a Lanzarote
En los últimos días, desde el pasado fin de semana, han desembarcado en Puerto Naos (Arrecife) más de 1.500 personas, rescatadas a bordo de pateras o lanchas neumáticas. La cifra aumenta de forma imparable y el Cabildo habla de “emergencia social” por la falta de infraestructuras para atender las llegadas. Tres de esas personas no pudieron sobrevivir. Se trata de dos jóvenes marroquíes de unos veinte años que rescató un pesquero de ese país y de una chica, de 25 años, también marroquí, que llegó en la Salvamar Concepción Arenal el domingo por la mañana.
Esta chica, nacida en 1999, había partido desde una zona indeterminada de Marruecos, pero probablemente de los alrededores de Tan Tan, junto a otras dos amigas, de la misma edad, que pudieron llegar vivas al Puerto de Arrecife. En la lancha neumática viajaban 58 personas de origen magrebí y senegaleses, en su mayor parte. Un atestado de la Policía Nacional recoge el testimonio de una de las supervivientes, que narra que sobrevivió después de pasar 10 horas agarrada al cadáver de una de sus amigas.
En un momento de la travesía comenzó una pelea porque hubo acusaciones de que alguien había pinchado la lancha con un cuchillo
Según el relato de esta mujer, en un momento de la travesía los ánimos comenzaron a caldearse porque empezó a propagarse el rumor de que alguien había pinchado la lancha con un cuchillo. Unos acusaban a otros del pinchazo y comenzó una pelea. Ella y sus dos amigas, también la fallecida, llevaban chaleco salvavidas y, por miedo a lo que estaba ocurriendo en la lancha, decidieron tirase al agua. Era ya de noche, sobre las siete o las ocho de la noche. “No se veía nada”, relata en el atestado.
La otra superviviente, según el atestado, dice que a su vez le dijo un compañero que otra mujer, de origen senegalés, había pinchado la lancha, pero no sabe si fue así. En la declaración sí dice, en cualquier caso, que ve cómo una parte de la lancha se mantiene a flote y otra parte se estaba hundiendo.
Las chicas llevaban chaleco salvavidas y, por miedo a lo que estaba ocurriendo en la lancha, decidieron tirase al agua: “No se veía nada”
Ni ella ni una de sus amigas sabían nadar. La otra amiga sí, y la escucha diciéndole que la siga, pero no puede. También escucha a la otra amiga pedir auxilio. Tarda un tiempo en poder estabilizarse gracias al chaleco y cuando lo hace está cerca de una de ellas, que tiene espuma en la boca y no se comunica, con síntomas claros de que se ha ahogado. Se agarra al cadáver y permanece así hasta cerca de las seis de la mañana del domingo, 3 de noviembre, cuando un buque mercante marroquí las rescata, tanto a ellas como al resto de ocupantes de la lancha.
El buque mercante, según el atestado policial, regresa a Marruecos con los ocupantes de la patera, excepto la mujer fallecida y sus dos amigas que han sobrevivido, que las recoge la Salvamar Concepción Arenal y las desembarca el domingo por la mañana en Puerto Naos junto a otras cien personas, aproximadamente, procedentes de otras embarcaciones. Después fueron trasladadas al centro de atención en Montaña Mina.
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